José Carlos Carabias
Enviado especial a Donuaeschingen
Viernes, 28 de junio 2024, 00:42
El deporte profesional, sus habitantes en las especialidades de resistencia, cuenta con una larga trayectoria en la búsqueda de recuperaciones que le ganan tiempo al tiempo. Deportistas que conocen la fórmula: cuanto más oxígeno y glóbulos rojos circulan por la sangre, más se rehabilita el ... organismo, más energía fluye hacia los músculos, mejor se aguantan los esfuerzos. Son métodos legales como las concentraciones en altura (alejados de las inyecciones de eritropoyetina tan desdichadas en algunos deportes) o las terapias 'premium' que aplica la selección a sus futbolistas.
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España, su fútbol, dispone de una tecnología que no está al alcance de todos los atletas. Es maquinaria de elevado coste al servicio de los futbolistas, de su restablecimiento muscular, alivio para golpes, inflamaciones o pequeñas lesiones no óseas. Son las cámaras hiperbáricas, de crioterapia y de fototerapia, al servicio de cualquier jugador que necesite purificar su cuerpo.
Después de su espectacular partido contra Italia, Nico Williams ingresó en la sala de la ciencia que la selección tiene instalada en el hotel de Dounaeschigen. Para empezar, 45 minutos en una diminuta tienda de campaña, la cámara hiperbárica. La medicina hiperbárica consiste en respirar oxígeno puro a una presión superior a la atmosférica. Como subir a Sierra Nevada a 3.000 metros para aspirar aire con déficit.
La sangre circula entonces a lo largo del cuerpo distribuyendo oxígeno y nutrientes. El deportista profesional trabaja a alto rendimiento en estado de hipoxia (bajo aporte de oxígeno) durante mucho tiempo, y la cámara de hipoxia reduce la fatiga, estimula la actividad celular y favorece la recuperación muscular.
«Ese aumento de oxígeno a nivel tisular favorece la recuperación de esa fatiga y de la inflamación muscular que se produce tras los ejercicios del día a día o tras un ejercicio intenso como puede ser un partido. Siempre lo utilizamos como estrategia de recuperación», comenta Claudio Vázquez, el jefe de los servicios médicos de la Federación.
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Fue célebre la habitación hiperbárica donde dormía el madridista Raúl en su propio domicilio, descubierta por ABC. Y en los últimos tiempos ha adquirido especial relevancia el revolucionario hotel de la hipoxia ubicado en Denia (Alicante) regentado por el exciclista ruso Alexander Kolobnev, habitaciones con oxígeno puro regulado como si fuera el aire acondicionado donde se han preparado estrellas del pelotón tipo Remco Evenepoel o Mathieu van der Poel. Una sesión en una cámara hiperbárica de nivel medio puede costar entre 125 y 400 euros.
Las cabinas de crioterapia se han convertido en una corriente en el ámbito de los deportistas profesionales de alto nivel. En la crioterapia de cuerpo entero, a las que someten los jugadores de la selección, los futbolistas entran en una cámara durante un breve periodo de tiempo, que normalmente varía entre 2 y 5 minutos, y se exponen a bajísimas temperaturas que oscilan entre -100 y -160 grados.
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El frío extremo activa los mecanismos de respuesta del organismo, provoca la contracción de los vasos sanguíneos y su posterior dilatación una vez finalizada la terapia. Y según la ciencia, este proceso favorece la circulación de la sangre, reduce las inflamaciones, alivia las agujetas y aumenta los niveles de energía del organismo.
«Utilizamos el método de bajar la temperatura de manera drástica y se produce una vasoconstricción periférica. Esto provoca una minimización de la inflamación, un aumento de shock térmico con esa bajada de temperatura y un incremento de la frecuencia cardiaca que ayuda a que ese edema vaya disminuyendo progresivamente y facilitemos la recuperación del jugador tras un entrenamiento o un partido», dice el doctor Vázquez.
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Otro de los elementos rehabilitadores en modo premium de la selección española en Donaueschingen es la máquina de fototerapia, también conocida en el ecosistema del deporte como 'luz roja'. Se trata de una técnica que está ganando popularidad entre los atletas del máximo nivel, ya que la utilizan como complemento para la recuperación y tonificación muscular después del entrenamiento y también para curar y prevenir lesiones.
La fototerapia, que se asemeja a una sesión de rayos uva, se relaciona con la disminución inflamatoria, el efecto analgésico y alivio del dolor, la regeneración de tejidos y cicatrización de heridas, la salud de la piel, la reducción del acné, las arrugas y la producción de colágeno y, sobre todo, la activación del riego sanguíneo, lo que puede ayudar a la recuperación y la ganancia de masa muscular.
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«La fototerapia es una terapia asociada que utilizamos dentro de la estrategia de recuperación de un jugador», comenta el doctor Claudio Vázquez. «Se produce una vasodilatación y la utilizamos habitualmente después de la terapia de oxígeno en la cámara hiperbárica. Esa hiperoxigenación, al producirse esa vasodilatación, consigue que el oxígeno se difunda con mayor facilidad y ayude a la recuperación del jugador».
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