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Lamine Yamal y Nico Williams, buenos amigos, celebran unos de los goles a Georgia. EFE
A propósito de la Eurocopa
Opinión

A propósito de la Eurocopa

El impacto de Nico y Lamine, la personalidad de España y también de Suiza, las angustias de Cristiano y la pobreza de Inglaterra y Francia están marcando el torneo

Miércoles, 3 de julio 2024, 00:26

Avanza la Eurocopa y, cerrados ya los octavos, tras 44 partidos disputados, hay algunas reflexiones que merecen la pena sobre lo que está ocurriendo con España y con algunas otras selecciones y personajes.

Lamine y Nico. La verdad es que tienen su gracia los descubrimientos ... de la pólvora a los que asistimos cada cierto tiempo en el fútbol. El último, propiciado por la explosión de Nico Williams y Lamine Yamal, es el regreso de los extremos como gran factor desequilibrante. Leíamos ayer que con estos dos chavales España ha rescatado un recurso pasado de moda poco menos que desde los tiempos de Garrincha. No es fácil creerlo, la verdad. Si los grandes extremos desequilibrantes no han proliferado en algunos momentos habrá sido porque no los había de la calidad suficiente, no porque los entrenadores, salvo algunos cegatos, los desterrasen por principio, como si recelaran de los futbolistas con las medias manchadas de cal. No. Sospecho que en esto no hay modas que valgan. Cuanto aparece un Vinicius, un Mbappé, un Saka, un Diaby, un Garnacho, un Doku, un Dembelé, un Lamine o un Nico, los técnicos lo celebran como el viejo buscador de oro que descubre una pepita del tamaño de un puño. Esto ha sido una constante, pero es que en el fútbol actual abrir espacios es más imprescindible que nunca.

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