12.000 españoles contra 50.000 ingleses: las causas de la enorme diferencia

¿Qué ha sucedido? Para empezar, cada federación finalista ha recibido 10.000 localidades para público en general y otras 1.200 para invitados. La española no ha logrado más pese a que lo ha intentado. Esto ha provocado que las agencias de viajes no hayan fletado vuelos con localidades para la final.

Hay otra dificultad añadida. Quienes deseaban venir a Berlín se han encontrado con que no hay plazas disponibles desde hace días en vuelos directos a la capital alemana. En Inglaterra se han fletado aviones, aunque el billete haya alcanzado los 1.000 euros en algunos casos.

¿Y cómo han conseguido entradas los ingleses? A las que han llegado a través de su federación suman que se han hecho con la gran mayoría del último paquete de localidades que puso a la venta la UEFA. Se premiaba la fidelidad de quienes han acudido a partidos anteriores y aquí los británicos han sido muchos más.

Además, tienen la costumbre de comprar entradas para la final desde que salen a la venta (el año pasado) en previsión de que su selección se plante en ella. Además, los hinchas ingleses tienen acceso más sencillo a los patrocinadores del torneo, a los que se asignan muchísimas entradas.

Y han sido también los que más han recurrido al mercado de la reventa. Ya en la semifinal de Múnich ante Francia se apreciaba que había muchos seguidores alemanes con carteles en los que ofrecían localidades que habían comprado con la esperanza de ver a su selección en ese partido.

Salvando las distancias, los ingleses se mueven como los hinchas del Athletic ante las finales de Copa. Saben de cada sitio del que se puede rascar una entrada.

Estar en minoría en las gradas no es una novedad para la selección de España. Esta situación se ha dado en los seis partidos de la competición, ante Croacia, Italia, Albania, Georgia, Alemania y Francia.