Secciones
Servicios
Destacamos
Era todo un clásico, un partido que, de tanto repetirse, ya parece obligatorio en las Eurocopas, y acabó siendo la confirmación de que España ha vuelto. La exhibición que ofreció el equipo de Luis de la Fuente remite a las que ofreció la selección entre ... 2008 y 2012. De hecho, en muchas fases de un partido en el que debió golear y en el que Nico Williams se bautizó como estrella del fútbol europeo, la selección recordó a la que arrasó a Italia en la final de Kiev. Sólo la mala suerte y la falta de pericia impidieron una goleada humillante para la escuadra de Spalletti, que no supo por dónde le dio el aire, sometida por un rival muy superior en todas las facetas del juego.
El partidazo de España en Gelsenkirchen deja a España no sólo clasificada directamente para octavos sino confirmada como una de las candidatas más sólidas al título. También sirvió para poner en valor a un equipo con grandeza, mucho talento y las ideas muy claras; un equipo que quiere la pelota, aunque sin obsesionarse con la posesión. Si la tiene no es para manosearla y fardar de su propiedad, sino para utilizarla como medio para atacar sin contemplaciones, con la profundidad que requiere el fútbol moderno, para rematar a destajo -ayer fueron 20 por 4 de los italianos- y dejar a su rival a punto de sacar la bandera blanca. Sostenida a duras penas con vida por un Dunnarumma estelar, Italia fue tan inferior en el juego que no sorprendería que Spaletti inicie esta semana un tratamiento de recuperación psicológica con sus pupilos.
España
Simón; Carvajal, Le Normand, Laporte, Cucurella; Rodri, Pedri (Baena, m.71), Fabián; Lamine (Ferran, min.71), Nico (Ayoze, min.78) y Álvaro Morata (Oyarzabal,m.78).
1
-
0
Italia
Donnarumma; Di Lorenzo, Bastoni, Calafiori, Dimarco; Jorginho (Cristante,m.45), Barella; Frattesi (Cambiaso, m.45), Pellegrini (Raspadori,m.82), Chiesa (Zaccagni, m.64) y Scamacca (Retegui, m.45).
Gol: 1-0, m.55: Calafiori (propia puerta).
Incidencias: Veltins-Arena. Árbitro: Slavko Vincic (SLO). Amonestó a Rodri, Le Normand y Carvajal por España, y a Donnarumma y Cristante por Italia.
Dos de ellos, los laterales Di Lorenzo y Dimarco, encargados de cubrir a Nico y Yamal, es probable que necesitan una sesiones individualizadas. Especialmente, el jugador del Nápoles, al que el rojiblanco le volvió directamente loco. Fue, sin duda, el mejor futbolista sobre el terreno de juego. Hizo de todo: sacrificarse en la presión alta, abrir el campo, destrozar la defensa rival, ofrecer asistencias -el 1-0 vino de un pase suyo- y tener ocasiones. Sólo le faltó el gol. Se le escapó en un cabezazo en el minuto 10 y en un derechazo impresionante al larguero en el minuto 70. Si llega a marcar, le sacan a hombros. Pero incluso sin hacer gol, todo el fútbol europeo hablaba ayer noche de Nico.
Noticias relacionadas
Javier Ortiz de Lazcano
Javier Ortiz de Lazcano
José Carlos Carabias
La exhibición española fue de principio a fin. Fue dar el pitido inicial Slavko Vincic, un árbitro esloveno tiquismiquis y pitador, y la Roja se lanzó al abordaje con una fiereza de pirata hambriento. Cuando sólo se llevaban 126 segundos de juego, Nico se fue por primera vez de Di Lorenzo y puso un centro soberbio con la izquierda que Pedro no supo aprovechar. Su cabezazo fue al muñeco y Donnarumma mostró sus reflejos. El delantero del Athletic estaba tan enchufado que, dos minutos después, volvió a firmar otra diablura por su esquina que no tuvo consecuencias. Bueno, en realidad sí las tuvo. La selección de Spalletti plegó velas mientras que la de Luis de la Fuente, rebosante de confianza, fue poniendo las bases de un partido inolvidable.
Es cierto que a España le faltó la gran efectividad que mostró ante Croacia, pero el nivel de su juego fue muy superior. En todos los conceptos. En defensa, no dieron ninguna opción a Italia, que sólo metió un poco de miedo en los instantes finales, como no podía ser de otra manera con un solo gol de desventaja. Laporte volvió a un buen nivel y Cucurella se confirmó como una de las revelaciones de la Eurocopa. El centro del campo manejó los hilos como el duelo requería y el frente de ataque estuvo imperial. Sólo le faltó contundencia, pero la fabricación de ocasiones, y la cantidad y diversidad de éstas, fue sobresaliente.
España dio la impresión de estar sobrada de argumentos, que es la mejor impresión que puede dar un equipo, como es bien sabido. Italia se sintió muy pronto inferior. En el minuto 10, Nico Williams, que no paraba por su banda, estuvo muy cerca de abrir el marcador con un cabezazo desde el borde del área pequeña, a pase de Morata, que se le marchó por muy poco. Junto a la de Pedri, era la segunda oportunidad clamorosa. Llegarían media docena más: De Morata, de Fabián en un chutazo formidable, de Rodri, de Pedri, de Le Normand, de Yamal, de Nico... Incluso de Ayoze, que salió en la recta final junto a Oyarzabal, y dispuso de dos oportunidades clarísimas.
Donnarumma evitó la goleada. Su actuación fue tan espectacular que hasta provocó miedo, el temor que provocan los jugadores que parecen bendecidos, cuando en la última jugada, un córner, se animó a ir a rematar. La defensa española, sin embargo, pudo despejar el balón y no pasó nada. Hubiera sido una broma pesadísima el empate de Italia, que no mereció nada. Aunque sería mejor decir que fue una gran España la que le impidió merecer nada que no fuese una derrota sin paliativos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.