Por las manos de Simón pasa buena parte de las aspiraciones de La Roja en Alemania. EFE

Unai Simón

Portero de España
«Leía cosas positivas y me creía el rey del mundo»

El guardameta de la selección aprendió a jugar con el pie y dice que le encanta tirarse «en el barro»

José Carlos Carabias

Enviado especial a Donuaeschingen

Sábado, 29 de junio 2024, 00:29

Por fin hace calor en Donuaeschingen, la sede de la concentración de España en la Selva Negra. El tiempo cambiante, lluvia, sol, frío, nubes, es una lotería y depara esta vez una mañana sofocante en charla con Unai Simón. Ligeras gotas de sudor caen por ... la frente del portero de la selección, que ha concluido hace unos minutos el entrenamiento. El guardameta del Athletic volverá a ocupar el cajón de titular ante Georgia, en el cruce de octavos de final de la Eurocopa (este domingo, 21.00 en Colonia).

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- Aparenta ser introvertido, pero bastante contundente en las respuestas…

- Bueno, podría ser una definición de mi persona, aunque no sé si tan aproximada. Soy distante con la gente con la que no tengo confianza de tiempo antes. Soy un poco tímido en ese sentido, pero bueno, tampoco soy contundente con las respuestas. Creo que intento hablar lo más claro posible para que no se malinterpreten mis declaraciones.

- ¿No le gustan las redes sociales?

- No me gustan. Al principio de mi carrera profesional, con 21 años, cuando empecé con el Athletic, me influyó bastante leer comentarios tanto positivos como negativos en las redes sociales. Leía los positivos y pensaba que era el rey del mundo. Y cuando leía los negativos pensaba que me iban a echar un Athletic. Hice un esfuerzo bastante grande por desvincularme, me hizo bien y ahora, con más madurez, ya no me influye tanto. Sigo manteniéndome un poco al margen, sobre todo de opiniones personales. Al final no puedes estar al margen completamente de las redes sociales, porque te informas de muchas cosas de fichajes, de cosas que pasan a gente de tu entorno y de tu gremio… De los temas personales respecto a mí, intento mantenerme al margen para evitar influencias.

- Tiene vínculos con Zamora. ¿Suele visitar la tierra de sus antepasados?

- Hace mucho que no voy a San Marcial, que es el pueblo de mis abuelos. Solía ir los meses de julio y agosto. Con este tema del fútbol llevo más de un mes sin ir a verlos, y me cuesta bastante estar separado de los abuelos. Siempre he ido todos los veranos a las fiestas del pueblo, a estar con mis amigos. Yo me he criado en Euskadi, soy de Vitoria, y me crié en un pueblecito que se llama Murgía. Siempre que puedo saco un rato para ir a San Marcial.

- ¿Sigue estudiando ADE?

- No, lo dejé para estar centrado en el fútbol. Empecé fisioterapia y luego intenté hacer ADE, pero no me enganchó. No le cogí el gusto, no era lo mío. Si no hubiese sido futbolista, me hubiera encantado ser fisioterapeuta, me gusta ese mundo de la medicina, del cuerpo humano.

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- ¿Por qué se hizo portero?

- Nada especial. En el equipo del pueblo, con 5 o 6 años, me puse de portero un día y no sé si es porque era grande o más gordito que los otros compañeros, pues me salieron bien las cosas. Luego en el fútbol 7, teníamos un campo de hierba natural que era un barrizal y a mí me encantaba tirarme en el barro. Luego lo pagaba mi madre con la ropa. Ese don o esas virtudes los vio un chico que se llama Javi Barbero y a partir de ahí fui creciendo como portero.

- ¿Le gusta el barro?

- Es mucho más auténtico. Estos días de lluvia y frío, de campo encharcado que a nadie le gustan, a mí me encantan. Me recuerdo ahí jugando en el pueblo. Y sigo conservando esa esencia de cuando era pequeño.

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- Hay cuatro exporteros en el staff técnico de la selección. ¿Le beneficia porque le ayudan o le perjudica porque le exigen más?

- Tampoco hablamos mucho de ello, pero es verdad que es curioso. Lo que tengo que hablar de la portería, lo hablo con Remi (Remiro), David (Raya) o con Miguel Ángel (España, el preparador de porteros). Somos los que estamos más cerca. Juanjo (González, tercer entrenador) fue preparador de porteros y Javier (López Vallejo) trabaja ahora de psicólogo con nosotros y la verdad que hace funciones muy interesantes.

- ¿Cómo lleva el juego de pie? Ya dijo el otro día que Luis Enrique le enseñó…

- Hay dos maneras de valorar el juego del pie, uno es la táctica y otro la técnica. Considero que la táctica la entiendo a la perfección, tomo buenas decisiones. Tengo que mejorar la técnica de golpeo, conseguir que el balón no coja mucha altura para que le llegue más rápido al compañero, que el pase sea más preciso y no conceder un metro a la derecha o a la izquierda, porque en estos niveles tienes que ser muy preciso. En las categorías inferiores del Athletic y en el primer equipo con Garitano era un juego más directo, no era tanto de influir con el portero en la salida de balón. Luis Enrique me enseñó la táctica, tuvo esa paciencia de educarme en la salida de balón y tiene bastante responsabilidad en que haya llegado donde estoy.

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- ¿En general no se abusa del juego de pie? ¿Un portero no debe parar y luego tal vez jugar?

- Yo pienso que el portero tiene que parar, si yo fuese entrenador un portero que no para en mi equipo no valdría. El fútbol en el que vivimos hoy, está todo tan igualado que tienes que buscar la superioridad con el portero. En los equipos que quieren tener el balón desde atrás, esa función es muy importante. No tanto de arriesgar porque un balón perdido es una ocasión de gol, sino de dar ayudas. Yo elegí ser portero de pequeño y lo asumo perfectamente.

- ¿Es el peor puesto en el fútbol o el mejor?

- Los fallos se ven más y los aciertos se ven menos. Pero eres portero y tienes que asumir que el fútbol son goles y tú estás haciendo lo contrario. Intentar evitarlos. Si quieres ser la estrella del equipo, haberte hecho delantero.

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- Es la soledad del portero, ¿siente que todos van contra usted?

- No sé. Tienes a 10 tíos por delante que están haciendo todo lo posible para que no te tiren. Tú eres el último reducto del equipo, la última opción, tienes que estar preparado para actuar.

- También es el que está más cerca del público. ¿Escucha los insultos?

- Aquí en la Eurocopa, si me insultan no entiendo nada de lo que me dicen los rivales. Los gritos se solapan unos con otros en el fondo, no llego a escuchar nada de lo que me dicen. Es peor jugar un partido de Copa del Rey con 300 espectadores detrás que un partido de Liga con 5.000 detrás, porque al final de los 300 son 10 los borregos que te van a decir cosas. De los 5.000 hay 500 borregos que te dicen cosas y no se entiende nada. Soy un poco lelo para esas cosas. No escucho muchos comentarios.

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Un camino propio

- España es un país de porteros fantásticos. Iribar, Arconada, Zubizarreta, Casillas… Usted es el siguiente en la lista de la selección.

- Pero no, no me considero a la altura de Ángel Iribar, no me voy a poner nunca por mucho que consiga todos los títulos de aquí al final de mi carrera, porque lo que ha significado para el Athletic, para mí y para todo mi entorno nadie lo va a igualar. Y a la altura de Iker o Zubizarreta, tampoco. Han levantado muchos títulos y yo soy Simón e intento hacer mi camino.

- En la portería de la selección no hay mucho debate…

- Nunca sabes cuando van a pasar cosas inesperadas o cuando va a suceder algo que no está previsto.

- ¿Le gusta estar siempre en alerta?

- Sí, me gusta. En el fútbol de élite cuando no estás al nivel, siempre hay alguien que lo va a estar. Así que tienes que intentar demostrar ser mejor que los compañeros que tienes alrededor, siendo un buen compañero.

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- ¿Por qué cree que España siempre tiene menos aficionados en las gradas que el resto de las elecciones?

- No sé, no sabría decirte cuál es el motivo, pero yo los he escuchado mucho, se dejan notar. El día de Italia se escuchó mucho más a los españoles que a los rivales, eso habla muy bien de que estamos en buena dirección, que pueden venir pocos pero lo dan todo. Quieren apoyar a la selección y hay que animar a que vengan.

- Por el oficio de sus padres, guardia civil y ertzaina, ¿ha tenido una educación más recta?

- No es un tema del que me guste hablar, pero tampoco quiero que se me caracterice por ello. Mis padres me han dado la educación de un chaval de pueblo, de Murgía, y con valores. Disciplina, gratitud, fidelidad, soy agradecido con los que me han dado todo y si a eso le sumas los valores que también me han inculcado en el Athletic, han conseguido la persona que soy. Le estoy muy agradecido a la educación que me han dado mis padres, yo estoy totalmente al margen de sus oficios. Soy Unai Simón, portero de la selección española y del Athletic y hago mi camino. Con dos pedazos de padres que tengo y muy orgulloso de la educación que me han dado.

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- ¿Cómo es ir en la gabarra?

- Todavía no lo valoramos tanto como pensamos. Siempre ha sido un sueño pero en sueños no te imaginas cómo es estar ahí dentro, con tanta gente alrededor de la ría durante horas, gente que veíamos subida en los andamios, en edificios, azoteas, casi dos millones de personas para vernos a nosotros. Yo me paraba en la barandilla y veía gente y gente y gente. Con el paso del tiempo cada vez que lo recuerdo me emociono más. Y cada vez me vienen sentimientos más bonitos cuando lo recuerdo. Fue muy bonito no solo para nosotros, sino para todos esos familiares que pensaban que sus hijos o sus nietos no iban a ver algo así, ahora lo han visto y es algo maravilloso para todos.

- Si está jugando la Eurocopa, no será muy grave la operación de la muñeca que tiene que hacerse después de la Euro…

- No es nada, lo que pasa es que hay que operar porque es la única solución. No es una operación grave, como veis no es algo que me vaya a afectar en el rendimiento porque ahora mismo está perfectamente para competir el domingo.

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