El trofeo de la Eurocopa antes de la final de Berlín. J. J. Guillén / EFE
Eurocopa 2024

España dio lustre a un torneo huérfano de las grandes estrellas

El combinado de Luis de la Fuente hizo un gran favor al fútbol al conquistar una Eurocopa marcada por el exceso de tacticismo, el miedo a perder y la fatiga acumulada

Ignacio Tylko

Enviado especial a Berlín

Lunes, 15 de julio 2024, 20:31

El título de España tras una trayectoria inmaculada ha sido una gran noticia para el fútbol porque premia la apuesta más valiente y vistosa en una Eurocopa por lo general discreta, huérfana de las grandes figuras por todos conocidas. España, con ese fútbol rápido, vertical ... y alegre, fue la excepción que confirmó la regla.

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Las grandes figuras del torneo hablan castellano. Lamine Yamal, el niño prodigio, el mejor joven y el autor del mejor gol nada menos que en una semifinal ante Francia; Nico Williams, desconocido para el aficionado medio europeo, fue el MVP de la final y se situó en el gran foco mediático y de mercado; Dani Olmo se coronó pichichi del torneo y Rodri Hernández resultó elegido el mejor jugador del torneo, la base sobre la que se sustentó el combinado de Luis de la Fuente.

Hubiera supuesto una gran injusticia el título de Inglaterra, aunque el combinado de Gareth Southgate fue de menos a más y solo perdió el partido ante España. Jude Bellingham y Harry Kane regresan con un aprobado, ya que se esperaba más de ambos tras sus actuaciones descollantes en el Real Madrid y en el Bayern. Muy flojo Phil Foden, elegido el mejor jugador de la Premier y casi desaparecido en tierras alemanas.

Aunque Francia se metió entre las cuatro mejores, el primer gran fracaso de la Eurocopa, reconocido en primera persona, fue el de Kylian Mbappé. El nuevo astro del Real Madrid había demostrado su talento en el Mundial de Catar, con un 'hat-trick' pese a la derrota contra Argentina en la final, y era el elegido para lograr el único torneo que le falta con 'Les Bleus'.

Tras una segunda parte de curso más bien discreta, con más titulares por su salida del PSG que por sus actuaciones, ya dejaba alguna duda sobre su frescura física y mental. Se rompió la nariz en su primer partido ante Austria y se marchó del torneo sin dejar más noticias que su máscara, un gol, y de penalti, y su alegato político contra los extremismos políticos en Francia.

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El insaciable CR7 batió el récord de competir en seis Eurocopas, pero resultó intrascendente. Su suplencia en Catar y su marcha al Al-Nassr saudí parecían sendos pasos hacia una jubilación dorada, pero el cinco veces Balón de Oro completó una gran fase de clasificación con 10 goles. Soñaba con otro título continental que sumar al de 2016 con Portugal, pero condicionó por completo a Roberto Martínez y se fue sin marcar, desesperado y ansioso.

Irrelevantes

Tampoco se vio al mejor Toni Kroos, de vuelta a la 'Mannschaft' después de tres años ausente. El metrónomo de Greifswald fue indiscutible, pero no marcó diferencias. Tampoco el joven Florian Wirtz, pretendido por los grandes de Europa. El más destacado de los anfitriones fue Jamal Musiala, que a sus 21 años demostró desborde, gol (3) y hasta liderazgo. Tras un Mundial en el que las expectativas le pesaron demasiado, la perla del Bayern no se cansó de pedir el balón y fue descarado.

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A sus 38 años, el futuro de Luka Modric parecía incierto. Decidió renovar con el Real Madrid y capitaneó a la veterana Croacia que, tras ser finalista en el Mundial 2018 y tercera en el anterior, imaginaba un torneo mejor en Alemania. Los ajedrezados se fueron a casa en la primera fase y Modric no fue el de antaño.

Irrelevante la Italia de Luciano Spalletti. Era una selección sin estrellas, y la que asomaba, Federico Chiesa, se fue de vuelta a casa en octavos y gracias. Pasó de milagro en el mal llamado grupo de la muerte, y Suiza puso a la 'Azzurra' en su sitio. El belga Lukaku siguió con su gafe de ocasiones falladas y goles anulados y el polaco Lewandowski apenas compareció, lastrado por una lesión.

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Fuegos artificiales

En el plano colectivo, la gran cita continental comenzó con fuegos artificiales, ese 5-1 de Alemania ante Escocia que precedió a partidos con un fútbol de varios quilates, como el España-Croacia (3-0) o el Turquía-Georgia (3-1). La Roja también lo bordó en el segundo encuentro ante Italia. Pero las ilusionantes promesas iniciales derivaron en pleitos mucho más trabados, donde el miedo a perder se imponía por lo general al deseo de vencer. «Ha habido partidos que vi por televisión y en los que me costó aguantar despierto», espetó el seleccionador de Austria, Ralf Rangnick.

Con los duelos a eliminación directa hubo más emoción, con hasta tres prórrogas en cuartos, pero poco brillo. Según los analistas, las causas hay que buscarlas en la presión enorme por lo que está en juego, el exceso de tacticismo y la fatiga acumulada por la mayoría de jugadores de las grandes ligas.

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Dani Carvajal, apuntó a un «calendario inviable» del fútbol mundial, generador de un cansancio incompatible con un espectáculo permanente: «No podemos mantener el nivel jugando cada tres días», subrayó a la hora de justificar ese «aburrimiento mortal» del que habló el antiguo internacional francés y exdelantero del Barça Christophe Dugarry en RMC.

La Alemania de Julian Nagelsmann mostró signos de cambio antes de caer con España, pero selecciones como Francia e Inglaterra, a priori las grandes favoritas, no engancharon a los aficionados. Tampoco Países Bajos, más allá de los detalles de Cody Gapko o Xavi Simons.

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Hristo Stoichkov, leyenda búlgara que hoy ejerce de comentarista, también se confesó «aburrido» aunque orgulloso por el brillante papel de la selección española y el diamante de su Barça. Coincide en parte con el francés Christian Karembeu en que se trata de una evolución de este deporte. «Quizá es el fútbol de hoy en día, mucho más cerrado, mucho más táctico, en el que se juega más sin balón, con más precauciones. Los encuentros son como partidas de ajedrez», argumenta el exmadridista.

Convertidos los campos en esos tableros, insoportables las actuaciones de 'Les Bleus'. Su disciplina contrastó con sus enormes carencias en ataque y su supuesto rigor defensivo lo hizo saltar por los aires España con dos goles en apenas media hora.

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