«Era un lateral izquierdo que marcaba la diferencia»

José María Ibáñez fue testigo de esos comienzos. «Luis llegó al Haro cuando yo empezaba a entrenar y estuvo primero con Ramón Arízaga en juveniles y después con Valentín Corcuera», recuerda. «Estuvo pocos años aquí porque enseguida se marchó al Athletic», apostilla el técnico, quien define a Luis de la Fuente como un futbolista «muy bueno» que ya apuntaba maneras cuando era muy joven. «Era un jugador de banda izquierda, un lateral que marcaba la diferencia», sintetiza.

De la Fuente, en diversas entrevistas, siempre ha dicho que él fue autodidacta en esto del fútbol. La calle fue su escuela en el deporte hasta que llegó al Haro Deportivo y descubrió la disciplina deportiva. «Y ahí fue cuando el Athletic se fijó en él y no se equivocaron para nada», considera Ibáñez.

A Bilbao llegó, según relata el técnico, «arropado por un familiar que se llamaba Pedro». Aun así, los que vivieron aquella época junto a él aseguran que esos primeros meses lejos de casa no resultaron sencillos. «Hay que tener en cuenta que los 14 años de antes no son como los de ahora y él tenía que dejar a la familia y a los amigos, a los que estaba muy unido», afirma Rodolfo Merino. «La gente puede pensar que lo tenía todo, pero esos inicios no fueron fáciles», añade.

Superó esa etapa y fue dando pasos hasta el momento actual, el de seleccionador. Aun así, la humildad siempre ha formado parte de su ADN. «Siempre nos dice que nos envidia porque va del avión al hotel y del hotel al campo, además de chuparse muchos partidos de fútbol todos los fines de semana», explica Merino. «Nunca se ha creído más que nadie», concluye.