'Emerymanía' en Birmingham

«Mi sueño es ganar un trofeo con el Aston Villa y mi segundo objetivo es jugar en Europa. Quiero estar aquí mucho tiempo y crear una nueva cultura», afirmó Unai Emery cuando asumió la dirección técnica del Aston Villa. Sus palabras sonaban a quimera. Y es que llegaba a un club que venía de tocar fondo con el descenso a la Championship y que, tras su regreso a la Premier League, seguía muy lejos de competir con los mejores. Era así y el primer paso parecía cambiar una mentalidad derrotista que llevaba décadas instalada en la base de datos del club. «Estamos construyendo nuestra mentalidad», decía Emery nada más llegar, sabedor de que la ese era el primer paso, como tantas veces lo había sido en su carrera.

No en vano, ingresaba en un proyecto ganador. Allí estaba el dinero de Nassef Sawiris, magnate egipcio, y solo faltaba la dirección correcta para que la nave llegara a buen puerto. El capitán del barco iba a ser Unai Emery. Llegó en noviembre de 2022 y en apenas unos meses, con los mimbres que tenía, guio a los suyos a una meritoria séptima plaza que sirvió para lograr una clasificación para la Conference League. El club ya estaba en Europa, pero faltaba un paso más en la Premier League para estar entre los mejores.

Ese paso se dio el pasado verano. El Aston Villa mejoró su estructura con la llegada de Monchi y de futbolistas de peso como Moussa Diaby, Pau Torres o Youri Tielemans. El objetivo era elevar el listón y los de Emery lo han logrado permaneciendo en los cuatro primeros puestos durante prácticamente toda la temporada. Lo han hecho con un equipo que es el fiel reflejo de su entrenador. El nuevo Villa es versátil. Sabe jugar en corto, sabe jugar en largo, sabe dormir los partidos y sabe ser el mejor en la segunda jugada, una suerte que Emery siempre ha dominado. Se adapta a los diferentes escenarios y eso le ha llevado a ganar al Manchester City (1-0), al Arsenal en dos ocasiones (1-0 y 0-2) o a ver por el retrovisor a clubes gigantes como Tottenham, Manchester United o Chelsea.

El resultado es una clasificación para la Liga de Campeones que es historia de la entidad. Hacía 41 años que el Aston Villa no jugaba la competición europea más importante de clubes y hacía 42 años que no alcanzaba una semifinal europea, algo que logró este mismo curso en la Conference League. Demasiado tiempo para una entidad que puede presumir de tener una Copa de Europa, aquella que le ganó al Bayern de Múnich en 1983, y que tiene además en sus vitrinas siete ligas, siete FA Cup, cinco Copas de la Liga y una Community Shield. La historia está a favor del Villa y también el futuro ahora que han encontrado a la persona indicada para llevar el timón.

Unai Emery ha calado en el Aston Villa y el Aston Villa ha calado en Unai Emery. Son el matrimonio perfecto. Este martes se pudo ver al técnico en una cena organizada por el club y la comunión no puede ser mejor. «Me encanta estar aquí y todavía tengo mucho trabajo por hacer», dijo el preparador tras renovar hasta 2027. Y es que el de Hondarribia está muy satisfecho por la forma en la que los propietarios le han dejado trabajar con su propio grupo ejecutivo y por cómo han sabido delegar las decisiones importantes en expertos en la materia como Damiá Vidagany, director de operaciones, y Monchi, presidente del área de fútbol. Un vasco, un andaluz y un valenciano. Tres españoles locos por el fútbol dispuestos a levantar a un gigante que parecía dormido.