Alexia Putellas e Irene Paredes, tras declarar ante el juez. Efe
Juicio a Luis Rubiales

Putellas y Paredes confirman que Hermoso no consintió el beso y las presiones que recibió

Una amiga de la denunciante relata en el juicio el "entorno muy hostil" que sufrió la futbolista en Ibiza e implica a los acusados por coacciones Rubén Ribera y Albert Luque

Jueves, 6 de febrero 2025, 09:57

Las tres futbolistas de la selección española que comparecieron este jueves en la cuarta sesión del juicio a Luis Rubiales han ratificado el testimonio dado en su día en fase de instrucción. Alexia Putellas, Irene Paredes y Laia Codina han relatado a preguntas de la Fiscalía su versión del beso "no consentido" a su compañera Jennifer Hermoso, las presiones ejercidas por el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) y su entorno y la mala situación anímica de su compañera tras negarse a cambiar de opinión tras lo sucedido en la entrega de medallas del Mundial de Australia de 2023.

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En su declaración por videoconferencia desde un juzgado de Barcelona, Putellas ha corroborado que en el avión de regreso a España le pidieron a Jenni Hermoso que fuera a hablar con Rubiales "por sus hijas", pero su compañera "estaba enfadada, agobiada, llorando.... y pidió que la dejaran en paz". Además, ha reconocido que había un "ambiente raro y oíamos cosas y veíamos reuniones. Luis Rubiales, Jorge Vilda (seleccionador) y Rafael del Amo (directivo de la FEFE) estaban comentando cosas en el avión".

La jugadora del Fútbol Club Barcelona, catalogada la mejor del mundo, ha añadido que Hermoso le comentó que Rubiales le insistió "que desmintiera que no había consentimiento". Sobre el momento del beso, la testigo ha relatado que "en directo no lo vi porque estaba saludando a la Reina, pero luego me di cuenta de lo que había sucedido". "Me enteré porque me lo dijo Jenni (Hermoso) después del pasamanos protocolario. Su cara era algo rara. Me comentó que le había agarrado de la cara y le había besado", ha manifestado Putellas.

Alexia Putellas. Efe

Ya en el viaje a Ibiza para celebrar el titulo mundial, ha incidido en el estado anímico de Hermoso. «No estaba bien. No era Jenni. Intentamos que estuviera alegre. Alguna vez me llegó a decir que qué hacía aquí. Entiendo que la están presionando para que haga el vídeo que desde el primer momento han intentado hacer para desmentir lo del beso", añadió.

Pese a la insistencia de la fiscal del caso, Putellas no vio a Vilda hablar con la familia de la denunciante ni al actual seleccionador Luis de la Fuente formar parte de las reuniones en el avión. Tampoco ha apuntalado las presuntas coacciones del acusado Rubén Rivera, exjefe del departamento de marketing, para que la víctima hablara por teléfono con la federación en el marco de la investigación interna abierta. "No lo vi", reconoció.

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Paredes: «No era para hacer broma»

Tras Alexia Putellas ha declarado su compañera del Barça Irene Paredes, quien ha reconocido que no vio el beso de Rubiales "en directo" y no se enteró hasta llegar al vestuario. "Había mucho ruido y pensé que se había dado un beso con la Reina. No recuerdo las palabras exactas, pero (Jenni Hermoso) dijo que Rubiales le había agarrado la cara y le había dado un beso. Lo contó varias veces", manifestó. Luego en el autobús de camino al aeropuerto, relató, "algunas jugadoras bromearon con el grito de 'presidenta, presidenta', y yo les dije que parasen, que lo que había pasado era algo muy grave y no era para hacer broma".

Paredes ha señalado que ya en el avión se encontró con Rubiales al salir del baño y éste le comentó lo siguiente: "Es increíble, me están tachando de violador", a lo que la jugadora contestó que no le "parecía bien lo que había pasado". Además, ratificó que en el vuelo a España "hubo muchas reuniones entre gente de la federación, pero no escuché nada". También ha corroborado que Jenni Hermoso "estaba triste" por lo ocurrido y "solo quería que la dejaran en paz".

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Laia Codina. Efe

La tercera jugadora que ha testificado fue Laia Codina. La futbolista del Arsenal ha señalado que se trató el tema en el vestuario, dijo que vio cómo sacaron a su compañera para "hablar con el presidente" y recordó las presiones vividas en el avión. "Nos cuenta que Luis (Rubiales) ha hablado con ella para que hiciera un vídeo quitando importancia al beso. Se puso a llorar y le aconsejamos que estuviera tranquila. Vimos muchas reuniones entre gente de la federación, pero no escuchamos nada", contó.

Sobre el viaje en Ibiza, Codina dio más detalles sobre el papel de acusado Rubén Rivera. "Estábamos en unas hamacas, descansado, y vino cinco o seis veces como mínimo pidiendo a Jenni que fuera a hablar con (Albert) Luque, que también estaba en la isla. Luego ella se agobió y se puso a llorar", narró.

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«Iban y venían para presionarla»

Por su parte, Ana Belén Ecube, amiga de Jennifer Hermoso, ha reconocido las presiones que sufrió en Ibiza donde "sin sentarse a comer ya querían hablar con ella". "Tenía el teléfono descargado y querían que lo cargara para poder hablar con ella y diera su opinión", precisó. "Fue un momento muy incómodo porque insistieron mucho para que hablara con alguien de la federación. Anímicamente estaba agotada por todo", afirmó.

Además, la testigo ha confesado que "Rubén (Rivera) iba y venía para presionarla para que hablara y después de la llamada en que dejó claro que no quería hacer nada, Rubén siguió presionado para que hiciera caso a la petición" en un "entorno muy hostil". "También le puso un whatsapp Albert Luque" para que cambiara de opinión.

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Al final ha contado que Luque se presentó en el hotel "como amigo". "Yo bajé a recibirle y le dije que Jenni no iba a hablar con él. Le recordé que estábamos todos aquí por vuestra culpa, porque Rubiales no pidió perdón y que estaban todos muy nerviosos porque si cae se iban todos a la calle". Por último, ha hablado sobre los mensajes que le mandó el acusado y que entonces no se lo contó a su amiga "porque le iban a afectar". "Se los enseñé después de la asamblea en la que Rubiales dijo que no iba a dimitir", reveló.

El último testigo de la jornada ha sido Javier Puyol, responsable del departamento de Compliance (cumplimiento normativo) de la federación. Relató que la vicepresidenta de la FEF le llamó para porque la jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, que denunciar la "encerrona" que le había hecho Rubiales y su equipo en el despacho del presidente mientras se preparaba el informe interno que exculpaba al entonces mandatario.

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