La justicia argentina investiga si hubo negligencia en la muerte de Maradona

El campeón mundial en México-86 murió el miércoles a los 60 años por un «edema agudo de pulmón e insuficiencia cardíaca crónica». Se encontraba en casa en un barrio cerrado en la localidad de Tigre (30 kilómetros al norte de Buenos Aires), donde residía desde el 11 de noviembre, tras recibir el alta de la clínica en la que ocho días antes fue operado de un hematoma en la cabeza.

La causa abierta por la Fiscalía General de San Isidro se denomina: 'Maradona, Diego. Averiguación de la causa de muerte'. «Hay que ver si cumplían con lo que hay que hacer o se relajaron. La enfermera declaró una cosa cuando apareció el fiscal el día de la muerte de Diego, después amplió su declaración y, al final, salió a decir que por televisión que lo que dijo la obligaron a decirlo, así que hay alguna contradicción en su declaración», advirtió a la AFP el allegado a la familia, que pidió anonimato.

La fiscalía espera los resultados de las pruebas toxicológicas sobre el cuerpo de Maradona. En el marco de la investigación en la que trabajan tres fiscales se requirieron las historias clínicas de Maradona y los registros de las cámaras del barrio donde vivió sus últimos días. Los testigos ya comenzaron a desfilar frente a los fiscales a cargo de la causa penal.

Un enfermero encargado de cuidar a Maradona habría sido el último en verlo con vida el miércoles. «Se pudo establecer que habría sido la última persona en verlo con vida aproximadamente a las 6:30 de la mañana, al momento de efectuarse el cambio de guardia», indicó un comunicado de la fiscalía.

En su testimonio, el enfermero «refirió haberlo encontrado (a Maradona) descansando en su cama, asegurando que estaba durmiendo y respirando normalmente». Hasta esta declaración, se pensaba que la última persona que lo había visto con vida era su sobrino Johnny Herrera, a las 23:30 horas del martes, según su testimonio. Es decir, muchas horas antes de su fallecimiento. El abogado de Maradona se declaró indignado y denunció «una criminal idiotez».

Además, amplió su testimonio la enfermera presente en el momento del deceso. «Refirió que promediando las 07:30 horas lo habría escuchado moverse dentro de la habitación», señaló el parte.

En un primer momento, la mujer, que tomó el turno de la mañana, había dicho que a las 11 horas le vio dormido y no quiso molestarlo para darle la medicación y prefirió esperar la llegada al mediodía de la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz. Fueron Cosachov y Díaz los que notaron que Maradona no reaccionaba. Intentaron despertarlo y entonces comenzaron las llamadas y las solicitudes de ayuda. Un médico del barrio intentó reanimarlo.

La primera llamada a la empresa médica contratada por Maradona se realizó a las 12:17 horas. Un minuto antes se registró una llamada al 911 realizada por el médico personal de Maradona, Leopoldo Luque. La primera ambulancia llegó a las 12:27 horas. Se observó después la llegada de otras ambulancias, según refirió la fiscalía.

La localización de la casa para la rehabilitación de Maradona fue elegida para que estuviese cerca de sus hijas. Hasta entonces vivía a unos 90 kilómetros de allí, cerca del club Gimnasia La Plata al que dirigía y donde desde marzo estaba confinado por la pandemia del coronavirus. Tras la intervención quirúrgica, la recuperación era buena, según su médico personal Leopoldo Luque. La salud de Maradona era precaria por sus antecedentes cardíacos. Se informó además que atravesaba una abstinencia al consumo de alcohol que solía mezclar con los muchos fármacos recetados que tomaba. «El alta Diego la tenía y después si bien la clínica recomendó que fuera a otra lugar a internarse, la familia decidió que no. De hecho, la salida de internación la firmaron las hijas», dijo el allegado de la familia.