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Andrea Cimadevilla | Alain Mateos
Bilbao
Viernes, 1 de marzo 2024, 12:56
Faltaban todavía unas horas para que se disputase la vuelta de las semifinales de Copa cuando un grupo de radicales del Athletic irrumpió con violencia en un restaurante cercano a San Mamés y atacó a decenas de peñistas del Atlético que habían viajado a ... Bilbao para disfrutar del partido, declarado días antes de alto riesgo. Los radicales dejaron varios heridos, uno de ellos con un fuerte golpe en la mandíbula y otro con un botellazo que fue trasladado a Urgencias y que, posteriormente, fue dado de alta. Los medios consultados por El Correo precisaron que el incidente se produjo en un local de la calle Rodríguez Arias. Uno de los presuntos agresores fue identificado y, según las mismas fuentes, está vinculado a Herri Norte.
Cristóbal Bernal forma parte de la peña colchonera Rock&Roll de Legazpi que viajó ayer a Bilbao para disfrutar del partido. En total eran unos treinta aficionados, aunque sólo veinte fueron a comer al restaurante donde ocurrió la agresión. Según ha explicado a este periódico, a él le propinaron dos «fuertes patadas en la cara» que le han provocado grandes daños en la mandíbula. Aún con el miedo en el cuerpo relata cómo sucedieron los hechos: «Todo iba bien hasta que sobre las 19.30 cerca de ochenta personas afines al Athletic rodearon el restaurante donde estábamos comiendo algo. Treinta de los mismos entraron directamente con botellas para atacarnos». Ahí comenzó lo que él mismo ha denominado como «una cacería».
Asegura que el incidente les «pilló de imprevisto» y que muchos de ellos sufrieron golpes. «A alguno le han tenido que dar más 16 puntos y otros tienen el ojo morado», cuenta. En su caso, no «puede cerrar la boca». «Si no me han roto la mandíbula, me la han dislocado seguro. Ahora voy a ir a Urgencias», explica. Lo que iba a ser una noche de disfrute se convirtió en un invierno. «Cuando vimos que venían a por nosotros nos escondimos donde pudimos, pero al poco, con la situación más calmada, salimos fuera. En ese momento otro grupo de radicales nos atacó. A mí me tiraron al suelo y me golpearon en la cara», relata.
Cristóbal recuerda a la perfección el aspecto de sus agresores. «Los primeros que entraron al restaurante estaban más curtiditos. Iban tapados y sabían lo que hacían. Los que nos atacaron en la calle sin embargo eran más jóvenes. A algunos sí que se les veía la cara», dice.
Anoche fue su propia mujer la que entró en el programa de la Cadena Ser 'El Larguero' para relatar el infierno que vivieron. Según cuenta, falló el dispositivo de la Ertzaintza desde el primer momento al tratarse de un partido de alto riesgo. Relató que ellos suelen «viajar habitualmente con el equipo» y que lo normal es que les citen en un punto para evitar incidentes. Y ayer no fue así. «Los autobuses dejaron a los aficionados donde pudieron, unos quince se quedaron juntos y otros cuantos se fueron por la ciudad» a hacer turismo.
«Sabíamos que iba a ser una ratonera. Esto no se ha hecho nunca... las aficiones van controladas por la Policía...», criticaba Ana. «Todo estaba mal organizado» y el dispositivo diseñado por parte de las autoridades para un partido «como este fue insuficiente».
Los incidentes en el bar de Rodríguez Arias se produjeron pocos minutos antes de que los autobuses de los dos equipos llegasen a San Mamés. En la explanada de San Mamés se estaba viviendo uno de los momentos de mayor dificultad de la noche, con radicales que empezaban a tomarla con el vallado dispuesto en la zona como medida de seguridad. «En el momento de la agresión llamaron a la Policía, les dijeron que estaban entrando en el bar (los radicales) y que nos iban a matar... y no vino nadie. (...) Decían que no podían ir porque no tenían efectivos». Cristóbal apoya la versión de su mujer e incluso cuenta cómo él mismo fue quien salió del bar en busca de ayuda. «Un agente de la Policía Municipal me dijo que tenía que ser la Ertzaintza y después de un rato, vinieron los antidisturbios», explica.
El ataque fue condenado por ambos clubes al instante. Jon Uriarte, el presidente del Athletic, se mostró muy duro, igual que había hecho antes del partido con los graves incidentes vividos en la explanada. «No sé quién ha protagonizado ese ataque. Nosotros como club condenamos ese tipo de actos. No creo que sean aficionados del Athletic y desde luego no le representan», lamentó.
Enrique Cerezo también mostró su repulsa por lo ocurrido: «Quiero recordar a los aficionados de toda España que esto es fútbol. No hay que venir a matarse...».
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