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Claudia Ruanes forma parte de ese selecto grupo de seguidores del Athletic que disfrutó de la final ante el Mallorca en las gradas de La Cartuja. Le tocó una entrada doble y puso rumbo a Sevilla desde Argelia, país donde trabaja como becaria en ... la oficina comercial española.
La joven iba a ir de cualquier manera a la capital hispalense. «Ya tenía el viaje cogido a España porque íbamos a ir mis padres, mi hermano y yo para disfrutar del ambiente en la ciudad», cuenta. Así que las entradas supusieron una motivación extra para ella, que ha llevado su afición por el equipo bilbaíno al país africano. «Mi jefa también del Athletic», comienza. «Por ejemplo, vi la semifinal en casa y eso que habían quedado todos los de mi entorno para salir. Yo me quedé a ver el partido» añade.
Ruanes y su familia salieron la noche anterior al duelo de Haro. «Partimos a las diez y media y llegamos a Sevilla a las nueve y media sin dormir nada», recuerda. Aun así, exprimieron la jornada al máximo. «Era la primera vez que estábamos allí, por lo que aprovechamos para ver la ciudad y luego fuimos a la 'fan zone' antes de movernos hacia el estadio», relata. «Allí donde íbamos había gente del Athletic», remata.
Ya en el estadio, tanto ella como su hermano estuvieron situados detrás de la portería donde se lanzaron los penaltis. «Él no es nada de abrazar, pero durante esos momentos me abrazaba todo el rato», expone la jarrera. «Y el de al lado, que no conocías de nada, también te abrazaba; se generó un ambiente de confianza entre todos», apostilla.
Tras la victoria, la joven regresó a Haro y, como no tiene que volver a Argelia hasta el sábado, hoy irá con su madre a Bilbao, ciudad en la que también estudia su hermano. «Él tiene examen por la mañana, que se lo han cambiado, y después irá a ver la gabarra», relata. Su plan es estirar el día lo máximo posible. «Iré a la gabarra, al Ayuntamiento y me quedaré a dormir allí por si se hace larga la noche», reconoce Ruanes, a quien la afición por los 'leones' le viene de familia. «Mi padre es de Bilbao», expone. Tanto él como el resto de su familia le han inculcado esa pasión por el club vizcaíno. Y ella hace gala de ello, incluso en otro continente.
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