La Real también retrata a un Atlético sin defensa

«Da igual que no esté en su mejor momento y no tenga ciertos jugadores, porque es el Atlético de Madrid. Cuando nadie da un duro por ellos, dan el callo y se crecen. El Atlético es más peligroso ahora», advirtió este martes Imanol Alguacil, mientras Simeone se mostró convencido de que sus futbolistas «van a responder bien». Después de los últimos batacazos sufridos y de las críticas recibidas por su habitual paso atrás cuando va por delante y su falta de concentración y contundencia para defender córners y faltas, Simeone apunta que «hay que tener tranquilidad y paciencia y esperar que el equipo aparezca, porque aparecerá, y esperemos que sea mañana», apuntó el Cholo, que sin embargo recordó las quejas de Carlo Ancelotti al inicio de la Liga y la capacidad posterior de reacción que mostró el Real Madrid.

«Lo explicaba muy bien Ancelotti en las primeras jornadas de su equipo, que no había tanta implicación a nivel colectivo. Después hubo implicación, y se puede jugar con un montón de jugadores que jueguen bien con una buena implicación», lanzó Simeone, para quien desde que se hizo cargo del banquillo colchonero en diciembre de 2011 el Atlético «siempre piensa de la misma manera». «En jugar cada partido como una final, e intentamos generar ese estímulo», dijo el entrenador argentino, que para enfrentarse a la Real salvo sorpresa volverá de nuevo al 4-4-2 de inicio, con Luis Suárez, Carrasco y Lemar en principio en el banquillo. En el caso de la Real, que sufrió para eliminar al Leganés en dieciseisavos (2-3) pero no conoce la derrota en lo que se lleva de año, recupera a Rafinha después de haberse incorporado también al grupo Silva, Januzaj y Sorloth.

El técnico del equipo donostiarra espera «que se genere un ambiente tremendo en el Reale Arena». «Pero tenemos que dar nosotros el primer paso y hacer un partidazo, porque no hay otra manera de poder ganar al Atlético de Madrid», aventuró Imanol. «El rival nos va a complicar la vida y ahora hay que hablar en el campo», reclamó quien espera que la Real haga un regalo a la afición: «Es un partido grande, y qué mejor manera que la víspera de San Sebastián (el 20 de enero)». «Nosotros llegamos superbien y con unas ganas tremendas. Veo a los jugadores ilusionados y supermotivados», apuntó el entrenador guipuzcoano antes de recibir a un Atlético poco fiable que después de cuatro derrotas consecutivas en la Liga se recuperó con el 4-4-2 ante el Rayo Vallecano y el Majadahonda pero volvió a tropezar frente al Villarreal y el Athletic.

La Real Sociedad, campeona de la Copa de 2020 el pasado mes de abril, también retrató a un Atlético de Madrid sin defensa, para clasificarse para los cuartos de final del torneo del KO, dejando a los rojiblancos sin la opción que era más clara, y seguramente única, de salvar la temporada con un título. El equipo de Diego Pablo Simeone volvió a estrellarse, en este caso en Anoeta, donde la Real y su afición disfrutaron de una auténtica fiesta la víspera de San Sebastián, celebrada gracias a los goles de Januzaj y Sorloth, con Felipe Monteiro como triste protagonista en sendos tantos. El central brasileño del Atlético fue superado por el centrocampista belga en el duelo por alto que abrió el marcador y cometió un gravísimo error al inicio de la segunda parte del que se aprovechó Sorloth, sustituto del lesionado Isak, a quien no echó nada en falta la Real, bastante más trabajada, intensa y ambiciosa que el endeble conjunto colchonero.

Tuvo dos remates al poste el Atlético, pero el vigente campeón de Liga, que no gana la Copa desde 2013 y fracasó muy pronto en las últimas temporadas en esta competición ante rivales muy inferiores, fue despedido al segundo partido por una Real que fue superior desde el 2-0 y dejó en evidencia muchas de las debilidades de los rojiblancos. Sobre todo atrás, de nuevo con una defensa de cuatro en la que faltaban Giménez y Savic y en la que destacó, para mal, Felipe, cuyo regalo al intentar sacar el balón provocó ya el hundimiento definitivo del nervioso Atlético, que apenas tuvo un tímido intento de reacción cuando Januzaj abrió el marcador tras una contra donostiarra y ya en la recta final.

Incapaz de dejar su portería a cero esta temporada en ninguno de los partidos que ha disputado fuera del Metropolitano, desde el pitido inicial se pudo ver a una Real lanzada a por la victoria y a un Atlético dormido y a la expectativa. Así, en solo seis minutos el conjunto de Imanol Alguacil, que juega muy bien al fútbol, pudo lograr dos goles, pero Elustondo y Januzaj perdonaron entonces dos grandes oportunidades. Saltó al campo a por todas la Real y, aunque no tuvo eficacia en ese comienzo que solo tuvo color blanquiazul, acogotó durante más de 20 minutos a un Atlético que confirmó una vez más que no es nada fiable y volvió a exhibir malísimas sensaciones, sin alma en el terreno de juego y también con muchas dudas en el banquillo.

En esta ocasión, cuando Simeone quiso responder con tres cambios a la vez, para dotar al equipo de más ataque, pero sin ningún orden ni fe, la eliminatoria ya estaba perdida para el Atlético, víctima de una Real que no ha perdido en lo que se lleva de año y recurrió al oficio y el control cuando fue preciso. Cuando con dos goles de ventaja y el camino de cuartos despejado, apostó por la contención para intentar golpear al contraataque.

Pudo incluso ser más amplio el marcador a favor de la Real, que se adelantó cuando mejor estaba el Atlético y sufrió muy poco, salvo en alguna acción aislada en el tramo final, como cuando Remiro anuló una llegada de Cunha en el minuto 80, poco después de que Simeone retirase del campo a De Paul y Carrasco para sustituirles por dos chavales. Al menos entonces, el Atlético, que atraviesa una profunda crisis en el peor momento de Simeone en una década al frente del equipo, recuperó algo de espíritu en ese tramo, pero ya era demasiado tarde, porque el trabajo de la Real y sus intenciones habían tenido su merecido premio. Lo intentó sin embargo el conjunto colchonero al final con más corazón que cabeza frente a una Real que, lógicamente, ya no fue tan atrevida y se arriesgó a algún gol. Sin embargo, este Atlético, como le ocurre con la defensa, tampoco tiene contundencia en ataque. Y así aumentan sus males y va camino de quedarse este año en blanco.