El Rayo sigue de fiesta en Vallecas

Tras dejar en la cuneta al Guijuelo, Bergantiños, Mirandés y Girona, cuatro rivales de inferior categoría, el equipo de Andoni Iraola busca hacer historia también en la Copa. Hace 40 años el Rayo disfrutó de su pase a semifinales, pero en esa ronda cayó ante el Sporting de Gijón y se quedó en puertas de la final. Sufren los vallecanos la baja del delantero Radamel Falcao, concentrado con Colombia, y presentan dos dudas. Una en la portería, ya que Luca Zidane ha sido el titular de la Copa pero el macedonio Stole Dimitrievski es un bastión en la Liga, y otra en el el de la zaga, donde en este torneo ha actuado el veterano Mario Suárez, centrocampista reconvertido, pero son más fiables Catena y el argentino Saveljich.

Hace diez años que el Mallorca no se presentaba en cuartos. Es un equipo muy copero, campeón incluso en 2003. El buen rendimiento este curso en este torneo, donde ha superado a la Gimnástica Segoviana, Llaner, Eibar y Espanyol, contrasta con la mala racha en la Liga, con cuatro derrrotas consecutivas que le situan a solo dos puntos de la zona roja. Es probable que debute bajo los palos Sergio Rico, llegado en este mercado de invierno procedente del PSG, aunque el técnico Luis García Plaza ha brindado la titularidad en las anteriores eliminatorias a Leo Román, sustituto también en recientes partidos ligueros de un desafortunado Manolo Reina. La expectación es grande en la populosa barriada madrileña, con aficionados que hicieron cola de madrugada ante las taquilla del estadio.

En Vallecas siguen de fiesta. El equipo revelación de la Liga, el Rayo, también lo es de la Copa del Rey. A las puertas de los puestos europeos en el campeonato de la regularidad y amagando con disputar competición continental más de veinte años después de su debut en el Viejo Continente, el conjunto de la franja también repite hitos históricos en el torneo del KO. Disputará las semifinales por segunda vez en su historia, como en aquella eliminatoria de 1982 frente al Sporting, después de dejar en el camino al Mallorca con un tanto de penalti de Trejo.

El duelo entre dos de las sorpresas de la Copa prometía. Se esperaba la frescura propia de dos equipos sin mucho que perder, ante una ocasión histórica. Sin embargo, con el horizonte cercano de una semifinal sobró respeto y faltó atrevimiento. La noche era de gala y se notaba en la grada, animosa mientras el equipo de la franja llevaba el peso del juego. El Mallorca, mientras, agazapado a la espera de desplegarse a la contra con el kosovar Muriqi, adquisición invernal, como punta de lanza. El conjunto de Iraola, una máquina bien engrasada capaz de asombrar a la Liga en su retorno a Primera, dominaba el balón, pero sin la mordiente que exhibían en mayor medida los bermellones.

Más allá de un gol bien anulado a Ángel, Maffeo tuvo la más clara ocasión visitante del primer acto. Cabeceó desviado tras centro de Jaume Costa. En cualquier caso, la tónica general fue un quiero y no puedo de ambos contendientes, demasiado imprecisos bajo la responsabilidad propia de las rondas avanzadas del torneo. Ya se perfilaba la pausa cuando Trejo, dueño de las esencias futbolísticas en el bando local, la puso en profundidad para la incorporación de Álvaro García. El sevillano amagó ante Russo y este picó en el anzuelo, yéndose al suelo y provocando el penalti. Desde los once metros firmó Trejo la ventaja local, quizás demasiado premio para lo visto hasta ese momento.

Aupado por la ventaja, el Rayo afrontó mejor la segunda parte. Sergi Guardiola se anticipó a Russo y conectó un cabezazo que desbarató como pudo el debutante Sergio Rico. Minutos después, Isi enganchó un zurdazo que se fue lamiendo el poste de la portería balear. Luis García rumiaba desde el banquillo ante una situación límite para el Mallorca y se la jugó con un triple cambio. Pareció reaccionar el campeón del torneo del KO en 2003, con un disparo de Kang-in Lee blocado por Dimitrievski, pero fue un espejismo.

La réplica la puso Mario Suárez, con un remate muy alto tras eslalon de Comesaña para abrir otra etapa del duelo de dominio rayista. Pasaban los minutos y los pupilos de Iraola defendían con comodidad la preciada ventaja. Total impotencia en un Mallorca que apenas alegó un testarazo desviado de Muriqi en pos del empate. Poco argumentario frente a un Rayo que incluso acabó mereciendo el 2-0 con dos ocasiones de Bebé, la segunda de ellas en un remate al poste. Se prolonga el estado de felicidad en Vallecas.