Marcelino: «Somos unos privilegiados por estar aquí»

Y también el preparador que hace algo más de dos meses concedió el título al Athletic, la Supercopa. En el mismo escenario. Un lugar inolvidable para Marcelino. «Cuando entras aquí -se refiere al Estadio de La Cartuja-, lo primero que se te pasa por la cabeza es el grandísimo recuerdo de felicidad que vivimos». Pero, de inmediato, se olvida. «Tenemos que pensar en que eso es historia, centrarnos en el entrenamiento de hoy, en la idea de juego que queremos establecer y luego intentar poner todos los medios para tener el acierto, la convicción y el atrevimiento para ganar el partido», situó las claves.

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Le dio vueltas en varias ocasiones Marcelino al hecho de la puntería, estar certeros. Es uno de los caballos de batalla de su Athletic: genera pero no redondea las ocasiones. «La clave va a ser quién domine los detalles. La Real -aplaudió- es un equipo bueno, juega buen fútbol. Tiene una identidad muy clara. Lo que va a decidir el partido va a ser concretar las oportunidades de gol que tengamos unos y otros, tomar buenas decisiones y equivocarnos lo menos posible. Si se dan las tres circunstancias, tendremos la victoria más cerca», lanzó un preparador que no quiso dar más importancia al factor mental que al físico, ni al revés, tampoco al táctico. Los tres al mismo nivel. «En lo táctico, cada uno tratará de imponer su idea. El partido puede ser largo, así que el físico será importante. Igual que controlar el estado emocional. El que domine estos tres aspectos y tenga el acierto -volvió a repetir-, será el que gane el partido y se lleve la Copa».

Y está convencido de que su equipo ha hecho todo lo posible para recaudar el título. Repitió la importancia de disfrutar del encuentro. «Lo afrontamos con las ganas y el convencimiento de lograr esta victoria», subrayó un Marcelino que resaltó el «máximo respeto» que le produce cualquier rival, que no por ser la Real se encarará el partido de otra manera. «Tenemos la máxima humildad de respetar a todos los equipos por igual. Y a la vez, la ilusión de ser campeones». 37 años después. Sería maravilloso. Así disfrutarían los jugadores, el cuerpo técnico, el club y la afición ausente.