El Mallorca baja de la nube al Girona y se mete en semifinales

Partidazo típicamente copero, entretenido y cambiante, en el que los baleares llegaron a disfrutar de tres goles a favor, pero terminaron pidiendo la hora y en inferioridad por expulsión de Raíllo. Hubo incertidumbre hasta el final pero sobrevivió el Mallorca y en la ciudad aún siguen ilusionados con la posibilidad de reconquistar ese título que consiguieron en 2003.

El Mallorca logró desnaturalizar por completo al Girona en un primer acto sorprendente. Y eso que la contienda se abrió con una ocasión pintiparada de los catalanes, abortada por Greif ante Stuani en el mano a mano entre delantero y portero. No acertaron los gerundenses en ese inicio prometedor y esta vez el vistoso choque de ida y vuelta les salió cruz porque los bermellones, más frescos, más intensos y ganadores en casi todos los duelos individuales, mostraron una contundencia en ataque demoledora.

Tras un par de avisos protagonizados por Abdón Prats y Larin, cuyos lanzamientos desvió Juan Carlos, los locales se adelantaron. Balón largo, Dani Rodríguez gana la espalda a una defensa desubicada y le regala el gol al canadiense Larin. Fútbol directo, simple y sin contemplaciones, el le gusta al técnico mexicano.

Intentaban reponerse aún los de Míchel, que no igualaron porque Savinho, completamente solo, lanzó al muñeco, cuando recibieron el segundo directo al mentón. Defensa blanda y tremendo zurdazo desde la frontal de Abdón. Inapelable. Y en un pispás el tercero, una de esas obras del fútbol moderno, puro VAR. De un fuera de juego indicado a Larin se pasó a la revisión en el monitor y al penalti por una mano involuntaria del joven Antal que ocupaba un espacio. Abdón, no perdonó.

El doble cambio de Míchel en el descanso, su apuesta por Yan Couto y Dovbyk, evidenciaron que no se rendía. Cambió la dinámica, tal y como se esperaba, porque el Mallorca reculó y el Girona fue más dominador. Lanzó cuatro saques de esquina en apenas siete minutos, pero no era su noche, pero el portero eslovaco estaba segurísimo.

Como no cambiaba el resultado, dos nuevos movimientos enseguida del técnico de Vallecas. Más mordiente con Valery y Portu, pero todavía los isleños se sentían cómodos atrás, parando el partido todo lo posible. El pleito parecía decidido, pero se animó por un doble error de Raíllo, que se excedió primero en el agarrón a Stuani y luego en las protestas a Munuera Montero por el penalti que transformó Stuani. Con uno más y en torno a media hora por delante, incluido el descuento, había eliminatoria. Rozó el segundo Dovbyk, tras un centro pasado de Couto, pero el Mallorca resistía. Marcó Savinho en largo descuento, pero no hubo milagro.