Los leones se hacen con la selva logroñesa

Se preveía una visita masiva de los aficionados del Athletic. Y los leones no defraudaron confirmando la teoría de que los vascos lo hacen todo a lo grande. Las miles de camiseta, bufandas y banderas de los de San Mamés se adueñaron de las calles de la capital riojana que, durante el vermú, fue más rojiblanca que blanquirroja.

El día no había hecho más que empezar pero ya se sentía que lo que iba a vivir la ciudad durante la jornada del 4 de enero iba a ser histórica. La cercanía entre ambas comunidades también favoreció al desplazamiento de mayores pero también pequeños. Porque hubo mucho cachorro cantando el himno del Athletic ayudado por sus padres o abuelos.

También llegó a Bretón de los Herreros una citroen clásica decorada con la cara de los Williams que marcó la banda sonora del mediodía y se convirtió en el photocall a la entrada de La Laurel. Los autóctonos prefirieron la San Juan, aunque se vieron sorprendidos por una masa de leones que iban a rugir y mucho durante el día.

Sin embargo, el respeto entre aficiones prevaleció para empezar a escribir un capítulo único y especial en la vida de ambas que se cerrará esta noche en las gradas de Las Gaunas. Tras esas primeras horas en La Laurel y aledaños, el blanco y el rojo, o el rojo y el blanco (el orden de los factores sí altera el producto en este caso) fueron tomando poco a poco más zonas de la capital riojana.

Los múltiples aficionados del conjunto vizcaíno que previamente se habían hecho fuertes en los lugares más concurridos de la ciudad para comer se fueron desplazando hacia la calle Bretón o la plaza del Mercado. Los seguidores del Athletic seguían siendo mayoría conforme las horas pasaban (o al menos sus camisetas y bufandas se dejaban ver más), aunque cada vez más la convivencia entre riojanos y vizcaínos se hacía patente.

Los cánticos comenzaron a ser frecuentes pasadas las siete de la tarde. Entonces, los vecinos de la capital riojana que suelen aprovechar las tardes de los sábados para tomar algo con los amigos se entremezcablan con las siempre numerosas despedidas de soltero e imágenes más insólitas propias de un partido de estas características: una aficionada, por ejemplo, movía con soltura una gran bandera del Athletic mientras otros muchos aficionados la aplaudían y la vitoreaban, otros brindaban su equipo y muchos más simplemente hacían tiempo antes de encaminarse hasta Las Gaunas.

Además de las calles de pinchos y las de los bares de copas, otro punto de interés fue la calle Murrieta. En uno de los hoteles que se allí se levanta se ha hospedado el conjunto de Ernesto Valverde antes de poner rumbo al encuentro. A la llegada del autobús, decenas de aficionados han sacado a relucir sus bufandas, dando así una muestra más de la abundante presencia de seguires 'leones' en la ciudad. Y lo mejor aún estaba por llegar. El plato fuerte llegará en el interior de Las Gaunas.