Griezmann evita el naufragio en las Pitiusas

El equipo balear no es un modesto cualquiera. Su presidente es Amadeo Salvo, exmáximo dirigente del Valencia, quien tras no lograr el ascenso a Segunda B por la vía deportiva compró la plaza de Lorca, denunciado por impagos, por 480.000 euros en una muestra de que su proyecto es ambicioso. Su entrenador es Pablo Alfaro, mítico y duro central de Zaragoza, Barça, Racing, Atlético, Mérida y Sevilla. Y en la plantilla aunque sin grandes nombres, hay jugadores con pasado en Primera y Segunda División junto a jóvenes con futuro. Su terreno de juego es de césped artificial, Can Misses, y las gradas se llenarán con 7.000 aficionados. No parece que el mal tiepo vaya a afectar al desarrollo del juego.

Quique Setién, que jugó en el Racing con Pablo Alfaro, sabe que el Barça no puede exponerse a perder dos titulos en enero tras el KO en la semifinal de la nueva Supercopa de España, todavía con Ernesto Valverde, pero está obligado a cumplir con algunos de sus mensajes en estos primeros días en el club, especialmente con los referentes a que todos los jugadores deben sentirse importantes. Acabó satisfecho con el juego tras el 1-0 ante el Granada, pero es consciente de que su equipo no tiene la confianza suficiente para hacer demasiadas rotaciones. Al mismo tiempo, quiere reservar a algún titular para la visita del sábado al Valencia en Mestalla. Un dilema, resuelto en la convocatoria sin Piqué, Busquets y, sobre todo, sin Messi.

«A nadie se le escapa quién es Messi, y a mí tampoco. Pero cuando quiera algo de él, como con cualquier otro futbolista, trataré siempre de convencerle de qué es lo mejor desde mi perspectiva. No soy un entrenador que imponga nada. Trato de convencer a los jugadores y, generalmente, me acaban haciendo caso», explicó Setién en referencia al astro argentino,antes de dar la lista de elegidos, en la que entran el delantero Abel Ruiz y el central Chumi, ambos del filial.

«En teoría, la superioridad del Barça respecto al Ibiza todos la tenemos clara, pero luego hay muchas cosas que se acaban igualando y tenemos que mentalizarnos de que no hay margen de error posible si queremos seguir adelante. Son partidos trampa que se pueden complicar, pero también tengo que pensar en el futuro, por eso algunos puedan descansar», reflexionó el técnico sobre el duelo.

Setién es un tipo serio pero su cara era un poema, el reflejo de su alma, cuando en el descanso se retiraba hacia los vestuarios. Instantes antes, había conversado en el banquillo con Eder Sarabia, su segundo, para tratar de encontrar alguna explicación al

Si en ataque no había noticias y en el medio faltaba dirección, en defensa los males del Barça se agravaban. Pablo Alfaro, mítico y duro central de Zaragoza, Barça, Racing, donde coincidió con Setién, Atlético, Mérida y Sevilla, supo cómo abrirles las costuras a los catalanes. Se aproximó poco el Ibiza al área azulgrana pero cada vez que lo hacía era gol, ocasión manifiesta o tanto anulado. Trataban de adaptarse los culés a las circunstancias cuando los celestes se adelantaron. No encontraron oposición por el costado izquierdo y entre Javi Lara, el brasileño Raí y el alcarreño Javi Pérez fabricaron un gol que dejó en evidencia la capacidad defensiva de

Más problemas para los visitantes tras la reanudación. Pronto, Neto precisó asistencia médica tras apoyar mal un tobillo en una caída. Aguantó el cancerbero pero el tiempo corría y no había continuidad. Setién al fin reaccionó. Decidió poner cuatro laterales en el campo al retirar a Carles Pérez y apostar por Jordi Alba. Extraño cambio pero era obligado tratar de desequilibrar por banda. Mediada la segunda parte, fiesta grande en Ibiza y la ola en las gradas. Tardó una hora y ocho minutos el Barça en tirar a portería. Fue un lanzamiento lejano, flojo y centrado de Rakitic. Pero a partir de ahí cambió el partido.

Los baleares acusaron el cansancio y los catalanes encontraron por fin huecos. Nadie alcanzó el pase de la muerte de Ansu Fati antes de que De Jong filtrase un pase maravilloso a Griezmann, que marcó al primer toque en posición de falso nueve. La entrada de Arthur por Riqui mejoró las prestaciones del Barça. Seis minutos de añadido decidieron los jueces entre las tarascadas de los locales, con Ansu Fati como principal víctima. No se amilanó y demostró gran personalidad. Fue determinante, pero no tanto como Griezmann.