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La Real Sociedad se convirtió en el primer semifinalista de la presente edición de la Copa del Rey tras asaltar Balaídos, un recinto al que le tiene tomada la medida, por segunda ocasión en el corto espacio de cuatro días. Un gol de Oyarzabal al ... inicio del partido y otro del debutante Becker mediada la segunda parte sirvieron para sellar el pase del conjunto de Imanol Alguacil y enterró las esperanzas que mantenía el Celta para celebrar su centenario por todo lo alto el 6 de abril en el sevillano estadio de La Cartuja.
El cuadro de Rafa Benítez, de nuevo superado por el bloque txuri urdin como ya ocurriera el pasado sábado en Liga, llegó a recortar distancias en el descuento por mediación de De la Torre, pero la reacción olívica llegó demasiado tarde para cambiar el desenlace frente a un oponente tan energético como eficaz.
De este modo, al Celta no le quedó más remedio que despedirse de un torneo al que se agarraba como un clavo ardiendo a fin de endulzar una temporada llena de sufrimiento que, sin embargo, todavía puede depararle muchas alegrías a la Real Sociedad, viva todavía en la Copa, situada en la zona noble de la tabla en Primera y con un ilusionante cruce de octavos de final de la Champions que le medirá al PSG.
Celta
Iván Villar, Kevin (Mingueza, min. 64), Starfelt, Carlos Domínguez, Ristic, Tapia (Fran Beltrán, min. 72), Jailson (Aspas, min. 64), Miguel Rodríguez (De la Torre, min. 46), Swedberg (Larsen, min. 78), Hugo Álvarez y Douvikas.
1
-
2
Real Sociedad
Remiro, Aramburu, Zubeldia, Le Normand, Tierney (Aritz, min. 39), Mikel Merino, Zubimendi, Brais Méndez (Turrientes, min. 78), Becker (Sadiq, min. 78), André Silva (Zakharyan, min. 46) y Oyarzabal (Magunazelaia, min. 90).
Goles: 0-1: min. 2, Oyarzabal. 0-2: min. 65, Becker. 1-2: min. 92, De la Torre.
Árbitro: Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a Douvikas, Merino, Unai Núñez, Larsen, Ristic y Magunazelaia.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en Balaídos.
Había ganas de Copa en Balaídos después de cinco años, más aún teniendo en cuenta que la competición ofrecía un atractivo marco para adornar el centenario del Celta. La afición olívica respondió en masa a la llamada, pero enseguida recibió un jarro de agua fría con un gol de cabeza de Oyarzabal que, asistido por Mikel Merino, castigó la timorata defensa local de un saque de banda.
La ventaja no alteró la disposición ofensiva de la Real Sociedad, un equipo que ataca de maravilla y sabe protegerse estupendamente con la pelota. Al Celta, de naturaleza reactiva bajo el paraguas de Benítez, le costó muchísimo reponerse. El técnico madrileño perseguía una presión agresiva, sobre todo a partir del doble pivote conformado por Jailson y Tapia, pero su adversario logró burlarla con una circulación muy fluida, lo que le permitió dominar con comodidad y pulsar diversos registros arriba, especialmente mediante la velocidad al espacio del centelleante Becker.
Hasta tal punto llegó la superioridad realista que la lesión de Tierney, solventada por Imanol Alguacil alistando a Aritz como lateral derecho y cambiando de carril a Aramburu, fue el único contratiempo de los visitantes en una primera parte en la que el Celta apenas pisó las inmediaciones de Remiro.
Agitaron la baraja tanto Benítez como Imanol tras el paso por vestuarios, el primero buscando la llegada que le faltaba con la entrada de Luca de la Torre por el canterano Miguel Rodríguez y el segundo reforzando la sala de máquinas con la irrupción de Zakharyan en detrimento de André Silva, lo que a su vez provocó que Oyarzabal pasase a ejercer como punta de lanza. Al Celta no le quedaba otra que subir de marcha y dio un paso adelante en pos del empate, pero la Real Sociedad aguantaba las acometidas sin despeinarse.
De ahí que Benítez volviese a intervenir doblando la delantera con la aparición de Aspas, a costa de perder sujeción en la medular con la salida de Jailson. Pero el movimiento de piezas le jugó una mala pasada porque la Real vio despejada la autopista y lanzó a su flamante nuevo bólido para sentenciar a la contra. Becker, habilitado por Brais, pisó a fondo y definió con suficiencia antes de celebrar su bautismo con la Real haciendo honor al apodo de Spiderman que le acompaña. Achuchó a la desesperada el Celta y consiguió acortar distancias por mediación de De la Torre ya en el descuento, pero la suerte estaba escrita.
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