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Real Sociedad-Mirandés y Athletic-Granada en semifinales de la Copa del Rey. Cuatro clubes y el sueño de conquistar un título grande que la Real no alza desde 1987, el Athletic desde 1984 y que Granada y Mirandés jamás han levantado, aunque los ... andaluces llegaron a disputar una final en 1959. El torneo del KO ha recuperado plenamente la condición que le dio este apelativo por su capacidad para generar sorpresas cada vez que los grandes equipos del país visitan los campos de los modestos sin margen de error. Sin rastro de Barça y Real Madrid en semifinales, hay que remontarse una década en el tiempo, hasta 2010, para hallar el último precedente. Si se tiene en cuenta que el Atlético también dijo adiós a la competición, aunque en su caso en dieciseisavos y ante la Cultural Leonesa, ninguno de los tres grandes clubes por potencial económico y afición están entre los cuatro mejores, algo que no ocurría desde la temporada 2002-03, cuando el Mallorca de Samuel Eto'o acabó proclamándose campeón ante un Recreativo de Huelva descendido a Segunda en el Martínez Valero de Elche.
El formato de partido único hasta semifinales en el estadio del equipo de inferior categoría ha sido una auténtica revolución en un torneo alicaído en los últimos tiempos. De la mano del cambio en el sistema de competición la Copa se ha vuelto vibrante, con un sinfín de grandes historias, escenarios pintorescos, ilusión a raudales en campos que normalmente están a años luz de la élite y descalabros de los teóricamente favoritos desde las primeras rondas. De entre los semifinalistas, la Real Sociedad es el equipo que se ha mostrado más fiable en su camino copero. Los 'txuri urdin' superaron sin piedad al Becerril –localidad de tan solo 700 habitantes, la más pequeña en la competición– en primera ronda. En La Balastera –estadio de Palencia–, golearon 0-8 los donostiarras. Luego se deshicieron con comodidad de otro 'tercera' como el Ceuta y en los dos duelos frente a otros equipos de Primera que les deparó el sorteo en dieciseisavos y octavos, derrotaron a Espanyol y Osasuna al amparo de Anoeta, para finalmente asaltar el Bernabéu y plantarse entre los cuatro mejores.
Muy diferente ha sido el camino del resto de semifinalistas. El Athletic, antes de dejar en el camino al Barça, también solventó con comodidad sus dos primeros envites frente al Intercity Sant Joan y el Sestao River, pero sufrió lo indecible ante dos equipos de Segunda como Elche y Tenerife, a los que eliminó en una agónica tanda de penaltis y en un duelo que disputó durante muchos minutos con diez hombres por la expulsión de Herrerín. Por su parte, el Granada tuvo que recurrir a una prórroga para eliminar al Hospitalet, hizo lo propio frente al Tamaraceite canario con un triunfo por la mínima y más que sufrido, se vio de nuevo abocado al tiempo extra contra el Badalona y el Badajoz y dejó fuera al Valencia con un tanto de Soldado casi en el descuento. Incluso el 'matagigantes' Mirandés, símbolo de la rebelión de los modestos, también pudo verse sorprendido por otros más humildes en el inicio de su andadura en el torneo, pues superó al Coruxo en la prórroga después de un partido polémico e hizo lo propio ante el UCAM Murcia en segunda ronda, como pasos previos a encadenar tres sorpresas consecutivas ante 'primeras' como el Celta, el Sevilla y el Villarreal.
Más allá de los que aún siguen vivos en el torneo, esta Copa de emociones fuertes ha dejado héroes anónimos como el portero de la Cultural Leonesa Lucas Giffard, capaz de secar al Atlético con una actuación memorable pese a no disponer de minutos en liga, e historias de cuento de hadas, como ver al todopoderoso Real Madrid en Las Pistas del Helmántico y ante Unionistas, representante del fútbol popular y de los clubes nacidos al amparo del hartazgo con las sociedades anónimas deportivas y sus gestiones.
En esta Copa, las hostilidades para los equipos de Primera comenzaron pronto, con el Alavés mordiendo el polvo a las primeras de cambio frente a un 'tercera' como el Jaén, con el Getafe apeado por el Badalona en segunda ronda y sólo seis de los 22 equipos de Segunda vivos tras dos eliminatorias contra rivales de inferior categoría. La gran campanada la protagonizó la Cultural eliminando al Atlético y plantándose en octavos, donde le acompañó otro equipo de bronce como el Badajoz. Ambos rozaron la clasificación para cuartos, pues el Valencia salió vivo del Reino de León tras imponerse en los penaltis y el Granada del Nuevo Vivero después de una prórroga.
Con la emoción garantizada y las gradas llenas, la única incógnita que plantea el formato copero es la reacción de los operadores televisivos con unas semifinales sin el aliciente de los grandes, especialmente en relación con las audiencias a nivel global. Más allá de cualquier aspecto vinculado con el aspecto económico, Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), sacó pecho del sistema de competición. «Queríamos una Copa que permitiera a todos soñar, ya dijimos que el formato iba a ser apasionante, que iba a revitalizar la competición y a llenarla de sorpresas. El Mirandés será un ejemplo de lo que va a ocurrir en los próximos años, ya que nadie con este formato puede aventurarse a pronosticar quien será el campeón y el subcampeón de este torneo», señaló antes del sorteo de semifinales, ataviado con una corbata del Arenas de Getxo, en un claro gesto hacia el fútbol no profesional.
Las semifinales de la Copa del Rey tienen doble premio. Además de todo lo que supone para Athletic, Real Sociedad, Granada o Mirandés y sus aficiones una final de Copa, lograr el pase y estar el próximo 18 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla implica también la clasificación directa para la próxima Supercopa de España, que por segunda edición consecutiva se disputará en Arabia Saudí, en enero de 2021. Las cuatro plazas para el torneo se reparten entre los dos mejores de la Liga y el campeón y subcampeón de la Copa. Toda vez que en este caso no coincidirán, pues no parece probable que Athletic, Real o Granada acaben colándose entre los dos primeros puestos ligueros, los dos protagonistas de la final se garantizarán su presencia en la Supercopa y dejarán fuera a otros equipos como Atlético, Sevilla o Valencia.
En un fútbol cada vez más globalizado y con espíritu de producto exportable, queda la duda de cómo afectará la posible presencia de equipos a priori imprevistos en las audiencias exóticas y el interés del público y las autoridades saudíes en un torneo por el que desembolsan al menos 40 millones de euros por edición. Esta temporada, Barça y Madrid recibieron nueve millones cada uno, el Atlético alrededor de seis y el Valencia unos 2,7 a pesar de que acudió a Yeda como campeón de Copa, un extremo que provocó la indignación del club che, que se consideró víctima de un agravio comparativo y evitó firmar las condiciones económicas a la espera de obtener un mejor acuerdo o incluso llevar el asunto a los tribunales. Semejantes cifras supondrían una considerable inyección económica para las finanzas del Athletic y la Real, aún más destacable en el caso del Granada, pero para el Mirandés, con un presupuesto de poco más de siete millones de euros, sería una suerte de gordo de la lotería.
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