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Jesús Ballesteros
Sevilla
Sábado, 25 de mayo 2019
No miren el resultado de la Copa del Rey, da igual, le sobran copas al Barça. Lo que no le sobra es sangre y capacidad de reacción. El Barça saltó derrotado al césped del Benito Villamarín. 18 días han pasado ya desde la vergonzosa derrota ... de Anfield y el equipo no se ha repuesto. Lo avisó Messi en la previa y parece que el duelo aún permanece en el vestuario azulgrana. Es impropio de un equipo como éste la actitud mostrada durante buena parte del choque. Necesitó verse con el agua al cuello para ir a por el partido y mucho tiene que ver esa actitud con los que se transmite desde el banquillo. Ernesto Valverde ha dado sobradas muestras de ser incapaz de revertir el estado de ánimo del vigente campeón liguero y el club debe tomar cartas en el asunto.
La debacle en Champions y la derrota en la final copera exige un cambio en el banquillo. Y lo exige ya, mañana antes que pasado y hoy antes que mañana. Le duela a quien le duela, Valverde quedará en la memoria del barcelonismo como el entrenador que dobló la rodilla de forma sonrojante ante Roma y Liverpool. Y la grada se lo recordó en Sevilla pidiendo su salida inmediata.
Koeman es la opción que más fuerte suena en Can Barça para iniciar un nuevo ciclo, estuvo hace unos días en la Ciudad Condal, pero lo cierto es que el cambio de entrenador no solucionaría todos los problemas. Ayudaría a cambiar la inercia negativa en la que se encuentra el equipo pese a ganar la Liga, pero ha de hacérselo mirar también el responsable de la dirección deportiva con los fichajes del mercado de invierno. Un equipo de la talla del Barcelona no puede andarse con experimentos ni jugadores de segunda línea.
Resuelta la obviedad, el Barcelona debe comenzar a recuperarse ya de las heridas abiertas que aún sangran. La derrota ante el Valencia es otra más en la lista del actual entrenador. Cierto es que no le trajeron lo que pidió en enero, pero ha sido incapaz de levantar el ánimo de una tropa que bien podría hacer de dobles de los caminantes blancos.
Ha llegado hundido el Barcelona a este final de temporada. Se dejó humillar por el conjunto inglés y el Valencia le pasó por encima privándole del segundo doblete consecutivo. 11 años hacía el conjunto valenciano que no levantaba una copa. Sin duda, un premio enorme a la temporada del equipo de Marcelino. Clasificado para la Champions y levantando la Copa, no habrá mejor revés para todos esos valencianistas que no creyeron en este equipo y que se bajaron del barco hace meses, tampoco habrá mejor homenaje para los que se quedaron por el camino sin quererlo, los que soñaron con este Valencia y no pudieron verlo. Alguno habrá seguro con el pinganillo en la oreja dando paseos y escuchando las alegrías más allá de donde alcanza la razón che.
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