Yuri rescata al Athletic y conquista Granada

Mientras que en la capital de la Alhambra se ha disparado la ilusión ante la histórica posibilidad de alcanzar la segunda final en la historia del club nazarí, que en la primera sucumbió por 4-1 ante el Barça en 1959, en el 'Botxo' se considera una ocasión pintiparada para volver a levantar este trofeo 36 años después. No lo ha podido hacer en esta década por encontrarse siempre en la final con el poderoso Barcelona de Leo Messi. Ciertamente, los culés le han amargado a los bilbaínos la vida en las tres últimas finales a las que llegaron, en los años 2009, 2012 y 2015.

Sin embargo, los azulgranas también fueron los últimos a los que el Athletic derrotó para festejar su título más reciente, sin contar la Supercopa de España de 2015. Fue en 1984, con Maradona como estrella del Barça y en una final que terminó en una pelea barriobajera en el Santiago Bernabéu. Estaban Javier Clemente en el banquillo del Athletic y su enemigo César Luis Menotti en el del Barça, y fue la última vez que la Gabarra surcó la ría. Si supera a los andaluces, el equipo vasco disfrutaría de su trigésimo octava final de Copa, aunque en sus cuentas hay una más ya que suma el título de la Copa de la Coronación de 1902, no reconocida por la Federación Española.

Más allá de datos, de historia y tradición, el meritorio equipo de Diego Martínez se presenta en un buen momento, ya que en el torneo de la regularidad ha recuperado la dinámica positiva después de unos meses de dura travesía y acumula siete puntos en los tres últimos partidos. Presume de ser uno de los mejores conjuntos como local del campeonato, aunque esta vez sufre la importante baja del 'peleas' Roberto Soldado, sancionado. Es duda el centrocampista camerunés Yan Eteki, aquejado de un golpe en la rodilla sufrido ante el Celta, y se encuentran entre algodones el central portugués Domingos Duarte, el lateral francés Dimitri Foulquier y el medio venezolano Yangel Herrera.

Por su parte, los leones se presentan con más optimismo tras un triunfo contra el Villarreal con el que pusieron fin a una pésima racha de diez partidos sin vencer y cuatro derrotas consecutivas. Garitano sufre la baja por sanción de Dani García, básico en su esquema, y recurrirá a la veteranía de Mikel San José para acompañar a Mikel Vesga. El Athletic actuará con tres centrales, Yeray, Unai Núñez e Iñigo Martínez, teniendo en cuenta el peligro del Granada en las acciones de estrategia; pero también con el temible tridente ofensivo que integran Muniain, Raúl García e Iñaki Williams. Marcar al menos gol se antoja clave para el éxito de los vizcaínos. No va más en Los Cármenes.

Yuri Berchiche, exrealista y guipuzcoano de Zarautz para más señas, emergió como por arte de magia para rescatar a un Athletic que agonizaba ante un pletórico Granada y clasificar a los leones para su trigésimo octava final de Copa. No hizo justicia ese gol a los méritos de los contendientes en este partido, ya que

Pese a ese gol que echó por tierra los anotados por Carlos Fernández y Germán, tras sendos cabezazos, heroico Granada, que el curso pasado sufría en Segunda y ha acariciado el pase a su segunda final copera, tras la perdida hace 61 años ante el Barça, está virtualmente salvado de todo peligro de descenso y ganó a los azulgranas en el torneo de la regularidad.

Nervios, tensión, faltas, quejas, protestas al árbitro y, sobre todo, demasiadas imprecisiones en un duelo de alto voltaje. Típico choque al límite en el que los locales trataron de marcar territorio casi desde el vestuario y los visitantes, en este caso más expertos, jugaron con la ventaja de la ida y trataron de cortar el ritmo todo lo que podían hasta que vieron la muerte deportiva de cerca. Nada más sacar de centro, Munian se llevó una tarascada del venezolano Yangel Herrera que bien pudo ser amarilla. No se amedrentó el navarro, que pronto se la devolvió pero también se llevó un golpe en la cara. Un sinfín de disputas y en casi todas Raúl García, enorme especialista en el otro fútbol del que hablaba José Antonio Camacho. Dicen quienes bien le conocen que es un tipo encantador fuera del campo, pero un tormento para árbitros y rivales en su trabajo.

Sí

Más activo, dinámico y seguro tras el gol, el Granada conquistaba el balón en las segundas jugadas.