Los jugadores del Real Madrid celebran el gol que sentenció la eliminatoria. José Jordán (Afp)
Dieciseisavos

El Real Madrid cicatriza la herida en Alcoy

La suerte socorre al equipo de Ancelotti, que vengó con más apuros de los que reflejó el marcador la afrenta del pasado curso ante un rival que volvió a subírsele a las barbas

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 5 de enero 2022

Los nombres de Toledo, Real Unión o Alcorcón siguen provocando sudores fríos en Chamartín. En esa lista negra de despropósitos coperos del Real Madrid ingresó el pasado curso el Alcoyano, que infligió una estridente eliminación al por entonces equipo de Zinedine Zidane, culminando en la ... prórroga una remontada que se empezó a fraguar cuando el tiempo reglamentario enfilaba su recta final. El gol de Militao al borde del descanso parecía encarrilar una noche sin demasiados sobresaltos para el bando visitante en El Collao, donde los locales se vieron privados del aliento de su parroquia en plena tercera ola del coronavirus. Pero la diana de Solbes bien avanzada la segunda parte abonó el sueño del David alicantino, que abatió a su particular Goliat con un tanto de Juanan para desatar el éxtasis en Alcoy.

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Los caprichos del azar han designado que ambos rivales vuelvan a confrontar sus fuerzas un año después, de nuevo en dieciseisavos de final del torneo del KO. Será la moral contra la memoria.

«Es una herida que sigue abierta», reseñó Carlo Ancelotti, el último entrenador capaz de ganar la Copa del Rey a los mandos del Real Madrid. Lo hizo en la campaña 2013-14, cuando el esprint de Bale frente a Bartra certificó el triunfo sobre el Barça en la final celebrada en Mestalla. Desde entonces, la escuadra de Chamartín no ha vuelto a disputar el pulso decisivo por el título de un torneo que selló el destino de varios de sus técnicos este mismo siglo. Bernd Schuster inició su caída en desgracia el día en que el Real Unión apeó en dieciseisavos a un bloque que comparecía como vigente campeón de Liga, el 'Alcorconazo' sentenció a Manuel Pellegrini y Zidane comenzó a cavilar su primer adiós tras el 'pepinazo' del Leganés en el Bernabéu.

Ancelotti regateó la celada en su primera etapa en la capital española, pero está advertido del riesgo que entronca minusvalorar a cualquier adversario en una competición especialmente propicia para las sorpresas con el sistema de cruces a partido único. «Es una eliminatoria directa que jugamos fuera y en una competición importante. No es trampa, pero es distinto porque te juegas la competición. Empezamos esta Copa, que es muy importante. El objetivo es ganarla. Va a ser un partido donde necesitamos muchas cosas. No solo la calidad, donde en teoría somos superiores, pero nos va a exigir otras cosas: ganar los duelos, focalizar en el balón parado...», argumentó el preparador de Reggiolo, que adelantó que dispondrá el mejor once posible porque se toma «muy en serio» el duelo.

Reválida para Lunin

Esa determinación no es óbice para que ocho futbolistas se quedasen fuera de la convocatoria del Real Madrid: los renqueantes Bale y Carvajal, el confinado Jovic y un Vinicius que acaba de superar el coronavirus, además de Courtois, Mendy, Modric y Benzema. Pero Ancelotti adujo que los tres últimos salieron con pequeñas molestias de la visita a Getafe, por lo que solo el cancerbero descansará por mera decisión técnica.

Una ausencia que deparará el segundo encuentro oficial como madridista de Lunin en el mismo escenario de su debut, donde encajó dos goles. Ancelotti no para de alabar al ucraniano, una apuesta de futuro cuyo presente se ve ensombrecido por la cohabitación con uno de los mejores cancerberos del mundo. «Conoce bien el campo y el ambiente, así que puede jugar un buen partido. Lo único que le he dicho es que por su calidad merece jugar más», explicó el transalpino.

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De lo primero no cabe duda, pero el escenario que se vivirá en Alcoy será muy distinto al de un año atrás. Entonces el bando local dio la campanada en un estadio silente que devendrá ahora en una olla a presión con el rugido de casi cinco mil gargantas. El lleno está asegurado en El Collao porque la Generalitat Valenciana permite el cien por cien de aforo en recintos de baja capacidad y no cabrá un alma más.

No en vano, desde que el sorteo volvió a emparejar al Alcoyano con el trece veces campeón de Europa, la esperanza embarga a un conjunto cuya mención sirve, desde tiempos vetustos, para aludir a la confianza que se necesita para sobreponerse a los obstáculos más formidables.

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«Esperemos ese arreón de la afición que nos sirva para ir en volandas. Lo normal es que ellos tengan mucha posesión y nos avasallen, pero estamos preparados para competir en cualquier circunstancia», analizó Vicente Parras, técnico de un equipo que aparcará durante unas horas sus tribulaciones en Primera RFEF para intentar reeditar la proeza en una competición que da licencia para soñar. Y más con un hacedor de milagros como el veterano portero José Juan.

El Real Madrid sanó la herida en Alcoy. Los goles de Militao, que purgó el error que sentenció al líder de la Liga en Getafe, Asensio y José Juan, en propia puerta, pagaron otra ronda adicional en la Copa del Rey a una escuadra que vengó, no sin sufrimiento, la afrenta del pasado curso a manos del Alcoyano.

El bravo equipo de Primera RFEF volvió a subírsele a las barbas a su rico contrincante, al que puso en serios aprietos con una primera parte impecable y una segunda pletórica de gallardía y entusiasmo. Le superó en intensidad, orden y ambición, mas le faltó eficacia y fortuna. Dos elementos que acudieron en auxilio del equipo de Carlo Ancelotti, aliviado por haber superado la encerrona en otra noche en la que llegó a coquetear con el desastre.

Apercibido por fiascos pasados, Ancelotti configuró un once robusto, como prometió. De los pretorianos que viajaron a Alcoy solo calentó banquillo de inicio Kroos. Hasta tuvo que bajar al barro Hazard, cuyo menguante estatus obliga a ponerse el traje de luces en plazas donde ni se hubiera imaginado torear en aquellos días de vino y rosas que languidecen en la memoria. Seis supervivientes de la proeza firmada el pasado curso por el conjunto alicantino figuraban en la alineación del Alcoyano, que salió otra vez sin complejos.

Alcoyano

José Juan, Lillo, Primi, Carlos Blanco (Raúl González, min. 60), Carbonell (Revert, min 80), Antón, Miranda (Imanol García, min. 60), Juanan, Andy (Juli, min. 60), Dani Vega (Javi García, min. 80) y Mourad.

1

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3

Real Madrid

Lunin, Nacho, Militao, Alaba (Vallejo, min. 86), Marcelo, Casemiro, Valverde, Camavinga (Isco, min. 78), Rodrygo (Ceballos, min. 86), Mariano (Asensio, min. 48) y Hazard (Kroos, min. 78).

  • Goles: 0-1: min. 39, Militao. 1-1: min. 66, Dani Vega. 1-2: min. 77, Asensio. 1-3: min. 78, José Juan, en propia puerta.

  • Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó a Carbonell, Camavinga y Primi.

  • Incidencias: Partido de dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio de El Collao ante 4.800 espectadores.

Lunin sacó el guante para desviar un remate de Dani Vega cargado de picaresca, Camavinga salvó con la cabeza un disparo a bocajarro a la salida de un córner que encendió las alarmas por la displicencia visitante en las marcas y Militao tuvo que apurar para evitar que de nuevo Dani Vega enfilase la portería tras un envío en largo que burló a la retaguardia del Madrid. Tres avisos gordos en menos de diez minutos que resumieron la destemplada puesta en escena del equipo de Ancelotti.

El Alcoyano planteó un reto indigesto al Real Madrid, al que bloqueó con una presión plagada de pundonor y le amenazó derrochando descaro. El dibujo de Ancelotti ofrecía un punto negro, la ausencia de un surtidor de juego. Lo aprovechó el conjunto alicantino, que cortocircuitó la circulación de su poderoso adversario con un fragor a prueba de bombas y una gran lectura del rival.

Pese a ello, se repitió el guion de hace un año. Como entonces, Militao sacó provecho de su poderío aéreo para poner en ventaja al Real Madrid, embocando con la testa un córner botado por Rodrygo. Fue el primer remate entre los tres palos de una escuadra que hasta entonces se había visto superada por completo. Cabe atribuirle mérito al goleador, que se desquitó de su monumental error en Getafe, pero también al abastecedor, mejor asistente que artillero desde su llegada a Chamartín.

No tenía motivos Vicente Parras para alterar un plan que le había funcionado a la perfección, salvo en el marcador. Tuvo que modificarlo en cambio Ancelotti con la lesión muscular de Mariano al comienzo de la segunda parte, que permitió fungir de falso nueve a Hazard, un espectro hasta entonces. El trastoque de piezas, que llevó a Rodrygo a la izquierda, mejoró al Real Madrid. Encontró vectores de juego y tomó aire con el bajón físico del Alcoyano.

Pero cuando mejor estaba el Real Madrid, resucitó el Alcoyano con una acción extraordinaria de Dani Vega. El atacante extremeño se sacó de encima a Casemiro y Militao con un regate magistral y batió a Lunin con un latigazo inapelable al palo largo.

El golazo del Alcoyano confrontó al Real Madrid con sus fantasmas, mientras la moral de las huestes locales se elevaba a la estratosfera. El libreto era casi un calco del que se desarrolló doce meses atrás en el mismo escenario. Con dos variantes: la presencia de público y la falta de trabajo para José Juan, entonces pluriempleado.

La suerte sacó esta vez del atolladero al equipo de Ancelotti. Porque un disparo de Asensio se envenenó al golpear en Raúl González, dejando sin capacidad de respuesta a José Juan. Y a renglón seguido un mal despeje sirvió el balón en bandeja a Isco, cuyo mano a mano con el veterano arquero resolvió la fortuna en detrimento del último para ofrecer un tramo final sin más historia que el regreso de Ceballos con el Real Madrid más de dos años y medio después. En Alcoy hubo Cabalgata, pero no sorpresa.

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