S. MORENO Laya
Miércoles, 9 de septiembre 2015, 19:02
Palpita y no lo sientes. Tac-tac-tac-tac, hasta alcanzar las 150 pulsaciones, ésas que permiten un esfuerzo físico continuo y duradero, para superar kilómetro tras kilómetro, independientemente del perfil de la prueba. Hacia arriba, hacia abajo, en liga, en Copa, la primera o ... la última jornada, un ascenso o un descenso. Muneta es el latido de la UD Logroñés. Preciso hasta en el error, porque no se bloquea, e insiste en el ritmo acompasado, sutil, sencillo, rítmico a fin de cuentas. Porque de él, entre otros, depende el movimiento del resto, el juego de todos. Tac-tac-tac en forma de pases de un lado y de otro. Tac-tac-tac, achicando los espacios. Tac-tac-tac hasta, para como este miércoles, fallar algún centro claro, algún eslalon que en su pico de forma supera sin problemas. No se le cuestiona. Porque Antxon Muniesta, sí Muniesta, es el latido de la UD Logroñés. Y como tal se lo reconoce el público de Logroño, que le despidió en esta tarde-noche puesto en pie tras un verano de cariño en la distancia, de necesidad mutua, de complicidad a centenares de kilómetros. Muneta es el latido de la UD Logroñés, junto a otros, y Las Gaunas sus dos ventrículos, el derecho y el izquierdo, como los fondos y la preferencia, hacia donde se asocia para generar ese pellizco que el fútbol necesita. Para redebutar en Las Gaunas como ya lo hiciera en enero del año pasado, con un gol de falta directa que vino a desatascar un partido, el de esta tarde noche de miércoles, que pasó por Las Gaunas como ese pimpollo que se sabe con éxito entre las mujeres.
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La UD Logroñés ganó con consistencia, sin brillantez, casi de forma rutinaria, pero con Muneta sobre el césped, con el feliz reencuentro del vizcaíno con su gente, unos aficionados blanquirrojos que le reconocieron su confianza.
Ganó la UD Logroñés porque sencillamente es mejor equipo que la versión menos titular de un Linares recién ascendido, que peleó tras un largo viaje por seguir en contacto con la Copa del Rey, rentable sobre todo si se juega como local. La versión menos titular del Linares la contrarrestó Carlos Pouso con un equipo que bien pudiera ser titular o suplente. Es la UD Logroñés un conjunto con dos plantillas competitivas, y cualquiera puede estar tan dentro como fuera, salvo Jacobo y Santelices, únicos que repitieron en relación a los tres anteriores encuentros.
Así, se pudo ver la versión ofensiva de Sergio Reguilón, con un disparo desde cuarenta metros que en caso de no haberse estrellado contra la escuadra, la ciudad de Logroño le hubiera puesto un piso en la Gran Vía. O el físico de Birane Ba, con un salto de altura tan elegante como el que pudo demostrar en el segundo tiempo para hacer el segundo y manifestar que esto estaba visto para sentencia, que la UD Logroñés estará a un partido de recibir a un Primera que juegue Europa. O el juego por banda de Álvaro González, falto de fortuna a la hora de embocar la pelota en la portería del rival, un pecado perdonable también en la figura de Carlos Fernández, una referencia arriba para descongestionar al equipo a la espera de que aprovecha sus facultades dentro del área.
Es la UD Logroñés una plantilla completa, que a buen seguro se moverá al ritmo acompasado de Muneta, el latido de un conjunto que sigue adelante. Tac-tac-tac-tac
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