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La nueva Ley del Deporte tiene en jaque al fútbol español. El anteproyecto, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de diciembre de 2021 y que está llamado a renovar la ley vigente desde hace más de tres décadas, pretende regular, entre otras ... cosas, la figura del deportista y las entidades deportivas, reconocer la actividad deportiva, impulsar el deporte femenino y fomentar el deporte inclusivo. Sin embargo, la guerra del fútbol que se vive en estos momentos ha entorpecido la visibilidad de contenidos de esta nueva Ley. Tanto el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta; como el secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, se comprometieron en sacar adelante esta nueva Ley antes del término de la legislatura, por lo que la reunión de esta tarde en el Congreso, donde cada enmienda se mirará hasta el último detalle, puede ser decisiva.
Este martes, una Comisión de Cultura y Deporte en el Congreso (comienza a las 16.00 horas) puede cambiar alguna de las peticiones del fútbol profesional y solucionar esta situación. Se trata del paso previo a que la Ley del Deporte llegue al Pleno del Congreso, aunque todavía le queda el trámite del Senado. El problema radica en que antes ya se discutieron otras enmiendas en el Congreso y en ellas LaLiga había acordado unos cambios con PP y PSOE, que según la patronal, les otorgaba seguridad jurídica para seguir explotando su modelo comercial y el contrato firmado con el fondo CVC. Sin embargo, a última hora las retiraron y 39 de los 42 equipos que componen el fútbol profesional (Primera y Segunda división) han amenazado con una huelga inmediata. Sólo Real Madrid, Barcelona y Athletic se han mantenido al margen de esta postura.
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Amador Gómez
La actual Ley del Deporte data de 1990 y ya en 2017 el entonces secretario de Estado para el Deporte, José Ramón Lete, invitó a los grupos parlamentarios a respaldar iniciativas para impulsar el crecimiento del deporte, así como a luchar contra el dopaje, la violencia, el racismo y los amaños, y anunció la elaboración de una nueva Ley. En 2018 se convocaron, en el seno del Comité Olímpico Español, reuniones entre las federaciones deportivas y diferentes partidos políticos para explicar «la necesidad de desarrollar un nuevo marco legislativo que sustituyera a la actual ley deportiva». El anteproyecto, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de diciembre de 2021 y que está llamado a renovar la ley vigente, pretende entrar en vigo antes del final de la legislatura.
El organismo presidido por Javier Tebas se siente engañado por el proyecto de Ley del Deporte que cuenta con el consenso de PSOE y PP. LaLiga acordó una serie de enmiendas con las que se buscaba castigar a los equipos que participaran en una hipotética Superliga, además de proteger la forma de venta de derechos televisivos y el modelo que ha venido teniendo la competición. Sin embargo, tanto el PSOE como el PP retiraron esas enmiendas y los 39 clubes contrarios comenzaron con la amenaza de detener la competición.
Si las enmiendas retiradas por PSOE y PP no se incluyen en la nueva ley, LaLiga amenaza con aprobar en su Asamblea extraordinaria del próximo jueves la paralización de la competición liguera en Primera y Segunda división. La Federación Española de Fútbol ya ha avisado que se opondrá a este parón y que mantendrá el protocolo establecido para los partidos del fin de semana y mandará a los árbitros. Además, amenaza con sancionar a los clubes que no se presenten a los partidos correspondientes a la jornada liguera.
El acuerdo alcanzado por LaLiga y CVC, que fue firmado por 39 de los 42 clubes profesionales, inyectaba a LaLiga unos 2.000 millones de euros a cambio del 8% de los beneficios obtenidos de la venta de los derechos de retransmisión de la competición liguera durante los próximos 50 años. De la cantidad recibida, el 70% debe ser empleado para infraestructuras, mientras que un 15% para refinanciar deuda y el 15% restante para la incorporación de futbolistas. Dentro del acuerdo, el fondo CVC se convertía en socio estratégico para desarrollar el negocio en su vertiente digital.
LaLiga explica a los clubes a través de un comunicado que tres de las enmiendas retiradas ponen en peligro su modelo económico y de crecimiento, principalmente el acuerdo con el fondo. La enmienda que puede hacer más daño a LaLiga y a los clubes es la correspondiente al artículo 52.5 que atañe a la venta conjunta de los activos de LaLiga: «Podrán, asimismo [las ligas profesionales], desarrollar otras competencias, conforme a lo dispuesto en esta Ley u otras normas del ordenamiento jurídico, así como, complementariamente, ejercer actividades de carácter económico, comercial, profesional o de servicios que guarden conexión con su naturaleza, competencias u objeto social». Si esto se lleva a cabo, se produciría una inseguridad jurídica que llevará al fondo CVC a la revisión del contrato porque hay cláusulas que lo contemplan en el caso de cambiar el contexto jurídico.
La segunda de las enmiendas de la discordia, que también ha sido retirada, es la que pretendía mantener el espíritu del artículo 46.4 de la actual Ley del Deporte. En el mismo se asegura que si las federaciones deciden modificar estatutos y reglamentos que afecten a las ligas profesionales deben contar con un informe previo y favorable de estas antes de ser aprobado por el Consejo Superior de Deportes. Esto provocaría que la federación de turno podría determinar el número de equipos que participan en cada competición, algo que provocaría la posible disminución de equipo en Primera y Segunda, siguiendo las consignas de UEFA y FIFA que ya ha dejado clara su intención de disminuir el número de equipos en las competiciones para reducir el calendario a medio plazo.
La Superliga, ese proyecto en el que llevan trabajando varios años algunos de los clubes más importantes del mundo, cobra protagonismo en la tercera enmienda retirada y que apunta a la protección de los clubes frente a otras nuevas competiciones. El texto del artículo 45.1 de la nueva Ley del Deporte señala que «El otorgamiento de la licencia [para competir] nunca podrá quedar condicionada a la participación en otras competiciones o actividades deportivas», algo que LaLiga quiere retirar para protegerse porque con este texto no se podría prohibir a los clubes que participasen en nuevos proyectos como podría ser el de la Superliga. En otro episodio de la eterna disputa entre LaLiga y la Federación, el organismo presidido por Luis Rubiales señala que ya ha modificado sus estatutos para que los clubes que participen en la Superliga sean excluidos de las competiciones nacionales en todas sus categorías. Sin embargo, LaLiga también pretendía tener potestad para sancionar a los clubes y dirigentes que se marcharan a nuevas competiciones.
La retirada de las tres enmiendas de la nueva Ley del Deporte provocaría unas pérdidas de millonarias a LaLiga para los próximos años tanto en patrocinios, como en derechos de televisión, activos digitales y el museo Legends Madrid, además de la no podrían acometer las reformas en infraestructuras iniciadas. Los presidentes de los 39 clubes contrarios a la retirada de las tres enmiendas han hecho declaraciones públicas antes de los partidos de la última jornada denunciando los peligros de la nueva Ley del Deporte, defendiendo que la actual situación ha permitido que hayan podido sanear sus cuentas con la Seguridad Social y Hacienda, además de aportar más dinero a tanto a la Federación como al CSD.
La Federación Española de Fútbol defiende desde que LaLiga firmó el contrato con CVC, que es perjudicial para el fútbol no profesional. Desde el organismo presidido por Luis Rubiales denuncia que los clubes que accedan en el futuro a ese estatus no formaron parte del acuerdo y deben asumir los 50 años de aportar el 8% de sus beneficios. Además, con el apoyo de Real Madrid, Barcelona y Athletic, creen que el acuerdo no es ventajoso económicamente.
Los 39 clubes amenazan con hacer un parón en la próxima jornada de Liga de este fin de semana, pero tienen complicado llevarlo a cabo porque la Constitución solo lo permite en circunstancias que no se cumplen en actual escenario. Los clubes alegan que no será un paro patronal porque no va contra sus trabajadores al mantener el abono de los salarios, pero lo que está claro es que si no se presentan a sus partidos, perderán tres puntos y, en caso de llevar a cabo una segunda incomparecencia, podrían ser expulsados de la competición.
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