El Leeds de Bielsa da un paso hacia la final de ascenso a la Premier

Nunca en la historia breve del Championship, antes la Segunda División, un equipo ha remontado una derrota en casa en las semifinales de promoción, pero el fútbol inglés vive estos días, tras las victorias del Liverpool y del Tottenham en las semifinales de la Liga de Campeones, con el sentimiento de que todo es posible. Este partido tuvo sin embargo una pauta previsible.

El Leeds tiene un estilo que sus rivales conocen. Una presión alta para recuperar el balón, retrocesos hasta la defensa para comenzar con la basculación a las bandas o el movimiento más vertical entre líneas. El County del exinternacional inglés, Frank Lampard, salió con ímpetu para evitar ese mareo y probar la fuerza mental de un Leeds deprimido por las derrotas que han impedido su ascenso directo.

No dio señales de fragilidad, a pesar de las bajas por lesión y alinear jugadores sin rodaje. Impuso su trama y repitió la película de previos partidos: posesión pero falta de remate. Un tiro del defensa Dallas se fue alto, el balón de un córner atravesó el área pequeña sin que defensas o delanteros lo tocasen, Ayling entró en el área y se fue a la línea pero no vio a Shackleton en el segundo poste.

Roos, el portero local, no había tenido que hacer una parada en la primera parte. Encajó el gol en el 54 gracias a dos paredes rápidas en la banda izquierda y un excelente balón curvado, raso y fuerte de Harrison, que burló a defensa y portero antes de que Roofe lo rematase. El delantero, aún falto del ritmo que tenía antes de su larga lesión, lanzó un disparo duro desde fuera del área en el 56.

Lampard arriesgó con sustituciones y su equipo tuvo más urgencia. Perdió dos veces contra el Leeds en la liga y parecía rendido a la superioridad del rival. Dio a su grada en el 65 la primera gran excitación, pero el tiro en falta de Wilson fue rechazado por la barrera. Presión, tarjetas, contraataques que se perdían por la imprecisión,

El último partido entre estos clubes fue precedido por el 'spygate'. El Derby llamó a la Policía tras descubrir a un enviado de Bielsa espiando su entrenamiento. El Leeds fue sancionado con 230.000 euros. Algunos achacan a ese incidente la decadencia del equipo a la segunda vuelta, también a la pérdida de conocimiento secreto de sus rivales por el genio argentino tras ser descubierto. Esta vez el misterio fue físico.

En el 76 el árbitro pitó penalti contra el Leeds, el linier lo anuló. Harrison derriba a Bogle, que le desborda por la espalda, al golpearle la pierna cuando intenta despejar el balón desde el suelo. Penalti. El linier ve Bogle poner una mano leve en la espalda de Harrison. ¿Le empuja? No es penalti. Si Harrison, el único que toca el balón, derriba a Bogle porque este mete su pie en el movimiento del despeje, ¿es realmente penalti? Comentaristas de televisión habían visto diez repeticiones y no estaban seguros.