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Ainhoa de las Heras y David González
Miércoles, 29 de enero 2025, 19:11
Faltaban cinco minutos para las nueve de la noche del pasado lunes cuando Álex Berenguer escuchó un ruido extraño procedente del jardín de su casa, ubicada en la localidad vizcaína de Mungia. El jugador del Athletic se asomó y descubrió estupefacto que había tres individuos ... merodeando por su propiedad. Ocultaban sus rostros con capuchas y vestían con ropa oscura, pero lo más inquietante era que uno de ellos exhibía un arma corta en la mano. El extremo navarro ya había sufrido con anterioridad un robo en otra vivienda. La diferencia con aquel es que en este caso tanto él como su esposa, que esperan un bebé en pocas semanas, se encontraban dentro del chalé cuando los ladrones pretendían entrar.
El impulso protector le empujó a correr hacia una puerta de cristal reforzado que estaba abierta y que conecta con el exterior. A su vez, los asaltantes también se apresuraron hacia el acceso, pero el futbolista llegó antes y quedó frente a frente con los ladrones. Había logrado frustrar así probablemente un robo con violencia o algo peor. Con gran sangre fría, el asaltante que iba armado le apuntó con el cañón de la pistola indicándole que abriera mientras los otros dos cómplices apalancaban la cerradura con una barra de hierro delante de él. Los nervios se apoderaron de la mujer, que por su estado se sentiría especialmente vulnerable.
Entonces, Berenguer apretó el botón del pánico, un sistema de seguridad que conecta directamente con la central de alarmas y que a su vez avisa a la Ertzaintza de que se está registrando un asalto. Un vecino de un chalé contiguo había observado en la calle un llamativo 'Porsche Cayenne' negro con el motor encendido y cómo tres individuos saltaban la tapia que rodea a la vivienda en un momento en el que no estaba conectada la alarma perimetral. La Ertzaintza supone que al volante del vehículo de alta gama podría encontrarse un cuarto implicado, aunque este extremo aún no ha podido ser confirmado. El comunicante tomó varios números y dígitos de la placa.
Se da la circunstancia de que la urbanización donde se encuentra la vivienda cuenta con una sofisticada red de protección, que incluye un lector de matrículas para detectar coches robados, entre otras medidas como cámaras de vídeovigilancia o una aplicación a la que pueden unirse todos los vecinos para avisar de que están sufriendo un robo. Los asaltantes debían tener bien planificado el asalto porque habían colocado al 'Porsche' placas dobladas de un 'Audi RS6', que pertenecía a una empresa de Valencia y que carecía de seguro. No se descarta que pueda corresponder a alguno de los coches destrozados por la dana, que han quedado amontonados como chatarra en las calles sin ninguna vigilancia.
¿Qué pretendían los ladrones? ¿Acceder a dinero u otros objetos de valor que pueda tener el jugador en su casa mediante una detención ilegal? Al comprobar que no iban a poder entrar en el chalé, los delincuentes optaron por abortar el golpe y huir. Apenas estuvieron entre 30 segundos y un minuto dentro de la urbanización.
Mientras la pareja del extremo navarro era asistida por sanitarios de una ambulancia, la comisaría de la Ertzaintza en Gernika desplegó un amplio dispositivo de búsqueda, pero el rastro se perdió momentáneamente. La Unidad de Intervención llegó a estar en prealerta. Menos de una hora después, un ertzaina fuera de servicio localizó el 'Porsche Cayenne' sospechoso a las afueras de Vitoria. La Policía baraja como una de las hipótesis que la banda estuviera intentando otro robo en una de las viviendas de lujo de la zona de Uleta-Armentia, donde dos de los asaltantes se introdujeron en una villa. El conductor debió de ver en ese momento un vehículo policial y se dio a la fuga dejando allí a sus cómplices. Estos pasaron a otra vivienda, cuyo propietario avisó a la Policía, y después huyeron corriendo hacia un bosque.
La pista del 'Porsche' volvió a aparecer ayer por la mañana. Sobre las nueve y diez, su conductor se marchó sin pagar tras repostar en una gasolinera de Rivabellosa, la última en territorio vasco, en la N-1 en dirección hacia Burgos. Sólo se bajó quien iba al volante, aunque la empleada debió de ver a al menos otro ocupante en la parte trasera. «Ha pedido que le abriéramos el surtidor para llenar el depósito. Aprovechó que había bastante jaleo en ese momento. Mi compañera le ha visto que levantaba el capó y después se ha marchado», explicaban ayer a este periódico desde la estación de servicio. «Alguna vez pasa. Si están a dártela, te la dan», admitía una empleada.
Las cámaras grabaron a un hombre, de mediana edad y barba de tres días, que llevaba puesta una visera negra, del mismo color que los pantalones, y una chaqueta gris. Se sospecha que el individuo había regresado a por sus cómplices, a los que dejó abandonados la noche anterior en la capital alavesa. Probablemente, el coche esté ya oculto en alguna lonja o garaje de seguridad. Los investigadores buscan cámaras para seguirles el rastro.
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