El Berceo se prepara para su adiós a La Isla

El 5 de junio de 1982, apenas ocho días antes de que diera comienzo el Mundial de fútbol en España, el Club Deportivo Berceo inauguraba La Isla, una instalación de 25.000 metros cuadrados, en la que la entidad reunía toda su actividad, que se había puesto en marcha en 1948. Un pionero. A partir del 1 de enero del 2024, es decir, en menos de dos semanas, el Berceo tendrá preparadas sus maletas para abandonar la instalación. ¿El día? Cuanto antes, mejor. Duro, pero realista.

Aquel sábado en el que el aficionado estaba pendiente del primer partido mundialista y de la España de la furia, Real Sociedad y Logroñés se medían en La Isla. Todo un acontecimiento. El primer partido de esa historia. Santi Viguera, un histórico del Berceo, lideraba al Logroñés y Alberto Gorriz a la Real Sociedad. Un equipo, el donostiarra, en el que formaba otro jugador formado en el Berceo, Javier Zubillaga. Venció el once txuri urdin por 1-3.

Antes de esa fecha, a finales de los setenta, el entonces presidente Ricardo García había llegado a un acuerdo para comprar los terrenos por una cifra cercana a los siete millones de pesetas, 42.000 euros en la actualidad. Terrenos que estaban lejos de la ciudad, no como ahora, prácticamente integrados. Acuerdo económico en el que se implicaron diecisiete socios, que fueron los que avalaron la operación. Años después, y ya con la instalación edificada, se volvió a comprar la misma, porque había ido a parar a manos de Cajarioja en el proceso de su construcción.

De La Isla se deriva un futuro doble. Por un lado, el club, centrado en el fútbol cuando antaño también dispuso de baloncesto y balonmano. Su futuro no corre peligro, si bien sus equipos tendrán que reubicarse en las diferentes instalaciones municipales, de las que ya hacen uso. De hecho, en la instalación verde solo juegan los conjuntos de categoría nacional. Césped natural. Por otro, la instalación en sí. La entidad la abandonará porque no puede soportar los gastos que se derivan de la propiedad y de su mantenimiento como tal. «El número de socios ha descendido», admitía este sábado Esteban Rubio, antes de fijar nuevo rumbo. «Tenemos que ser realistas y pensar en otras instalaciones en las que seguir. El futuro del Berceo pasa por aquí», decía. Se refiere al club propiamente dicho. Como otros muchos de la ciudad paga por usar instalaciones municipales.

El traslado conlleva deshacerse de esos 25.000 metros cuadrados. En los últimos meses, desde el club se ha hablado con los representantes de las instituciones, tanto socialistas como populares. Es decir, no son conversaciones improvisadas ni de última hora. Sin embargo, no hay una respuesta y los responsables del club les han transmitido que ellos aguantan económicamente hasta el 31 de diciembre.

Y es que a lo largo de estos años, La Isla ha estado en el mercado en diferentes etapas económicas. No se puedo cerrar su vente en el 'boom' de la construcción porque no era terreno urbano a pesar de contar con una importantísima oferta. Años en los que se compraba todo metro cuadrado que se ponía a la venta. Félix Revuelta, propietario de la UD Logroñés, también estudió con los dirigentes del Berceo la posibilidad de comprar la instalación antes de decidirse por la adquisición de las 12,6 hectáreas de Valdegastea. Era pequeña y Revuelta quería también hacerse con la propiedad de los terrenos aledaños para sumar más extensión. Se abrieron conversaciones con el ejecutivo que lideraba Concha Andreu, pero no se llegó a cerrar la operación y llegaron las elecciones; también se ha hablado y se habla con los gobiernos de Gonzalo Capellán y de Conrado Escobar. Y si no se llega a un acuerdo es más que probable que la instalación pase a manos de la Caixa, que financió la compra, como en su día fue a parar al patrimonio de Cajarioja. Ahora bien, los regentes quieren agotar todas las vías y ser ellos quienes vendan los terrenos.

«Las instalaciones están como están y necesitan una reforma», dice Felipe Royo, otro histórico de la entidad, que recuerda también los problemas que han tenido con la piscina, que no se pudo abrir este verano, y con esos chopos que hay que talar. «No es viable pagar las nuevas cuotas (del préstamo)», admite.

Hace ya años, incluso una década, el Berceo ya tanteó la posibilidad de fijar su nueva casa, aunque como inquilino, en el Mundial'82. Cerca de su hábitat natural, con dos campos de fútbol once, se pensaba también en trasladar su sede a la nueva zona que se ha levantado en el entorno del Javier Adarraga y Las Norias. No sería extraño el escenario. El Berceo comenzó en 1948 en el colegio Gonzalo de Berceo, de ahí su nombre. Hasta allí llegó Luis Santos, 'El Orejas', pero aquel patio no fue su única casa. Pasó por Las Chiribitas, por el campo de fútbol del Adarraga, por los anexos a Las Gaunas,... y por La Isla. Ahora bien, también ha conocido y conoce Pradoviejo, donde juegan sus categorías inferiores.

El Campillo es un nuevo barrio en crecimientos. El Comillas, por ejemplo, ha instalado su sede en la zona de La Cava y Fardachón y todos sus equipos juegan en Pradoviejo. El Berceo busca también su ubicación.

Entre sus acuerdos, el de llegar al oportuno con la Federación Riojana para trasladar los partidos que jugaba en La Isla a otros escenarios. El Mundial'82 es el preferido, porque además en él se puede cobrar entrada, una fuente de ingresos. Cuenta con diecisiete equipos de fútbol once y fútbol ocho, más todos los que computen en fútbol cinco, que también tendrán que buscar acomodo porque juegan en La Isla. Su torneo de categoría Juvenil, el Ciudad de Logroño, hace tiempo que tenía a La Isla como escenario. Las Gaunas o el Mundial'82.

«¿Cuándo nos vamos? No lo sé. No es tan sencillo porque no solo tenemos que trasladar a los equipos que juegan en La Isla, sino también la sede del club», explica Esteban Rubio, el presidente. Ahora mismo, las oficinas del club están dentro de la instalación. «No sé si acabaremos la temporada en La Isla o no», admite, pero si hay luz verde deportiva, dirán adiós a La Isla lo antes posible.

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