daniel panero
Sábado, 1 de abril 2017, 22:54
Unai Emery coge aire. El París Saint-Germain se impuso este sábado al Mónaco en la final de la Copa de la Liga y dio carpetazo al momento convulso en el que estaba inmerso el equipo tras la dolorosa derrota por 6-1 ante el ... Barcelona. Los goles de Draxler, Di María y Cavani, por partida doble, decantaron una balanza en la que el equipo de Jardim volvió a poner todo pero en la que concedió demasiado ante los hombres de talento del conjunto capitalino. El título, el segundo del técnico vasco en Francia tras la Supercopa, supone un soplo de aire fresco para seguir en la persecución por hacerse con la Ligue 1, en este momento en manos del Mónaco.
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El partido comenzó sin respiro. Así lo quiso Unai Emery. El técnico vasco no quiso esperar a que el equipo de Jardim desplegase las armas que le han llevado a ser el equipo más goleador de Europa y planteó una presión asfixiante sobre la medular del equipo del Principado. La fórmula, de alto riesgo si se superaba la primera línea, sonrió al equipo capitalino y en el minuto cuatro Di María se plantó solo ante Subasic y cedió el balón en claro fuera de juego a Draxler, que solo tuvo que empujar el balón a la red para inaugurar la final.
El tanto tranquilizó a un PSG que quiso bajar las revoluciones del juego y controlar el partido a través de la posesión del balón. Los Verratti, Motta y Rabiot y compañía se hicieron con los mandos y todo parecía en punto muerto. Nada más lejos de la realidad. El Mónaco es un equipo ingobernable, un equipo que va con todo y que no se amilana. Lo demostró ante el City y frente al conjunto de Emery no iba a ser menos. En el peor momento del equipo Thomas Lemar enganchó un latigazo desde la frontal que sorprendió a Trapp y restablecía la igualada. El guion no cambió pese al revés y, tras un aviso de Cavani, Di María iba a dar ventaja a los parisinos justo antes del descanso.
Tras la reanudación el PSG seguía muy bien sentado sobre el campo, siendo el equipo que ha mantenido una tiranía en Francia en los últimos años, mientras que su rival echaba de menos en la creación a Fabinho, ausente en el choque por sanción. Era el momento ideal para asestar el golpe y Cavani lo olió. El delantero uruguayo cazó una tremenda volea desde el borde del área tras un centro de Verratti, imposible para Subasic. 39 goles en 40 partidos suma el de Salto. El partido se le ponía cada vez más complicado a un Mónaco que concedía demasiados metros a los jugadores de talento de su rival. Pagaba sus licencias ofensivas.
El Mónaco acusó el golpe. Trató de volver a mostrar su esencia pero las prisas y las imprecisiones hacían imposible debilitar a un PSG que, esta vez sí, supo mantener la diferencia en el marcador. Jardim lo probó todo. Dio entrada a Dirar y Cardona pero el último pase no llegó. Cavani en los últimos minutos rubricó un triunfo incontestable con un nuevo remate de delantero puro. Emery levantó la Copa de la Liga, en su caso la 'Copa de la vida'. Superó su particular 'match ball'.
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