El Chapecoense honra a sus héroes caídos

El estadio Pachencho Romero de Maracaibo, prácticamente repleto con 36.000 aficionados en las gradas, se rindió al Chapecoense con un aplauso unánime tras el pitido final. Sus rivales también lo hicieron, intercambiando camisetas en el centro del campo. Reinaldo, lateral izquierdo de 27 años, marcó de tiro libre en el minuto 33, y Luiz Antonio, centrocampista de 25, lo hizo con un potente remate a media distancia en el 69. Cedidos respectivamente por el Ponte Preta y el Flamengo, se erigieron así como grandes figuras en el esperado retorno del Chape a la escena internacional, además del portero Artur Moraes, otra de las incorporaciones, procedente del Osmalinspor turco.

Aunque el capitán del Zulia, Juan Arango, exfutbolista del Mallorca, recortó distancias con un cabezazo en el minuto 78, el Chapecoense resistió e hizo valer la idea lanzada en la víspera por su entrenador, Vagner Mancini: ganar era «el mejor homenaje» a las víctimas del accidente del pasado 28 de noviembre. Tras el partido, Mancini se mostró satisfecho por la imagen dada por los suyos. «Sabíamos que la ciudad de Chapecó, conmocionada, merecía una victoria. Teníamos que ganar para retribuir todo el apoyo recibido», declaró el técnico del equipo brasileño.

El nuevo entrenador del Chape, heredero de Caio Junior -uno de los 71 fallecidos en la catástrofe, incluidos 19 jugadores-, destacó el factor emocional que tuvo el encuentro, que marcó la reaparición del conjunto del sur de Brasil en la escena internacional. «El partido tenía un aspecto deportivo, pero también un aspecto emocional muy importante, porque para Chapecoense fue el primer partido internacional tras el accidente», subrayó Mancini. «No es sólo la victoria, que nos da tres puntos, sino cómo ganamos. Ganamos jugando bien. Ganamos neutralizando al rival», destacó. Entre los integrantes del once elegido por Vagner Mancini se encontraba Moisés Ribeiro, que formaba parte de la plantilla de 2016, pero al que una lesión le sacó de la expedición que sufrió el accidente.

Un "corazón inmenso"

Entre la multitud que llenó las tribunas del Pachencho Romero se encontraban torcedores del Chapecoense, orgullosos de ver a su amado equipo ponerse de pie ante las adversidades. Uno de ellos era Alexandre Tozzo, precisamente de Chapecó, la pequeña ciudad de 200.000 habitantes a la que Mancini dio gracias por su respaldo. «Somos un equipo pequeño, en una ciudad pequeña, pero tenemos un corazón inmenso», dijo el hincha. Alexandre Tozzo, de 30 años, desplegó orgulloso una bandera de Brasil junto a otros compatriotas, George y Jose, con los cuales se cruzó a su llegada al estadio. «¡Força Chape!», gritaban los tres a todo pulmón.

Corazón fue lo que mostraron los hombres de Vagner Mancini, que consiguieron hacer valer su juego pese a ser visitantes, ante un Zulia que tardó en sentirse cómodo. Lo hizo por fin en la recta final, pero era el día de los nuevos héroes. El propio Arango, después de marcar, intentó empatar con un tiro potente, pero Artur Moraes se consolidó como naciente ídolo de Alex Tozzo y la hinchada junto con Reinaldo y Luiz Antonio. «El Chapecoense se armó fuertemente. Creo que es un equipo que tiene muy clara su forma de jugar», expresó por su parte el técnico del Zulia, Daniel Farías.

Fue un gran inicio para un equipo que apenas ha tenido un par de meses de trabajo bajo el mando de Vagner Mancini. El Chapecoense reapareció el pasado 21 de enero para un amistoso contra Palmeiras en su campo, el Arena Condá, y ahora compagina la Libertadores con dos torneos: el Campeonato Catarinense y la Primeira Liga.

La meta de Mancini es seguir los pasos de Caio Junior, quien llevó al Chapecoense a conquistar inesperados objetivos. Un equipo que en 2009 jugaba en la cuarta división del fútbol brasileño se ganaba en 2016 el derecho a enfrentarse al colombiano Atlético Nacional-campeón de la pasada Libertadores- en la final de la Copa Sudamericana. No pudo hacerlo, pues el avión que llevaba al equipo a Medellín se estrelló en una zona montañosa próxima a la ciudad. El Atlético Nacional decidió cederle el trofeo.