El milagro de Nagelsmann en el Hoffenheim

El Hoffenheim se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de la Bundesliga más rebelde de los últimos años. Si el Leipzig acapara portadas por ser líder tras una historia breve pero intensa, los de Nagelsmann son uno de los conjuntos más difíciles de batir de toda la Bundesliga. El último en probar las peripecias del equipo imbatible ha sido el Dortmund. Los de Tuchel no pudieron pasar del empate a dos este viernes en su visita al Wirsol Rhein-Neckar Arena. Cayeron en la trampa de un sistema, el 3-5-2, que rara vez se había visto en Alemania pero que cada vez cala más en toda Europa.

El método Nagelsmann funciona. Su equipo produce en ataque tanto como los que más, solo Bayern, Borussia Dortmund y RB Leipzig marcan más que él, y se mantiene fiable en defensa, encajando apenas un gol por jornada, una cifra nada desdeñable para un equipo candidato al descenso a principio de curso. La racha del Hoffenheim se compone de seis victorias y nueve empates, un saldo de 27 puntos suficiente para pelear por una tercera plaza muy cotizada esta temporada después de que el Bayern (36) y el RB Leipzig (36) se hayan escapado en el liderato.

El arranque del Hoffenheim, el mejor de su historia, ha pillado por sorpresa en Alemania a todos menos a Julian Nagelsmann. Si alguien tenía claro que su lugar estaba en el banquillo era él. Tanto que, tras colgar las botas con apenas 20 años por sus continuas lesiones de rodilla, inició de inmediato su preparación como técnico. Lo hizo como alumno de Thomas Tuchel, su rival este fin de semana. Aprendida la lección, entró en las categorías inferiores del Hoffe y desde entonces no ha parado. Dirigió al equipo sub-16, trepó al sub-19, fue ayudante del primer equipo en 2013, y se hizo con el filial hasta hacerle campesón en 2014. Nagelsmann ha vivido una carrera meteórica a la que no se le aventura techo.

El equipo prodigio

«Tenía asumido que se armaría un alboroto por mi edad, pero si te eligen como el jefe de una gran empresa a la edad de 28 años también sería una gran historia», declaró Nagelsmann el día de su presentación. Su fichaje no era el primero que podía suponer un «alboroto» en el Hoffenheim. El encargado de firmarle fue Alexander Rosen, director deportivo del club de tan solo 37 años. «Julian es desde hace casi diez años entrenador. Uno no puede estar nunca seguro de si funcionará o no, pero somos optimistas y creemos en ello. Queremos tomar decisiones con coraje y estamos absolutamente convencidos con él», afirmó el día de su presentación.

Como Nagelsmann, Rosen fue futbolista antes de ponerse la americana. El hoy director deportivo del Hoffenheim colgó las botas en diciembre de 2010, tras haber pasado por clubes como Eintracht Frankfurt o el Augsburgo. Por entonces, aún en activo, ya se había convertido en gerente de desarrollo del centro de rendimiento del club, era la antesala del cargo que iba a aceptar en 2013, el de director deportivo. Y es que en el Hoffe tienen claro que la edad no es un impedimento.