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Jan Hennop y Emmanuel Barranguet
Viernes, 16 de diciembre 2016, 14:34
Comenzó como camarero de una modesta pizzería en Holanda, pero su estilo descarado, su ambición y su mediación en fichajes astronómicos han convertido a Mino Raiola en uno de los más poderosos agentes de futbolistas del mundo. Ahora su nombre está salpicado en el escándalo ... de Football Leaks sobre la evasión de impuestos en el fútbol. Pocos podían presagiar a comienzos de los 90 que este hombre de modales poco refinados protagonizaría 25 años después el traspaso del jugador más caro del mundo, Paul Pogba, fichado el pasado verano por el Manchester United, procedente de la Juventus, a cambio de 105 millones de euros.
En aquel momento, Raiola servía pizzas en el restaurante de sus padres, italianos emigrados a Holanda, recuerda el periodista local Edwin Struis. «Ese lugar era frecuentado por los dirigentes del FC Haarlem», cuenta. «Se le preguntase o no, Mino les daba su opinión en todos los temas, sobre el club y sobre fútbol en general. En un momento dado, esos directivos le dijeron simplemente: Ya que tú sabes tanto, ¿por qué no te unes a la directiva?», prosigue Struis su relato a la agencia AFP.
Mino Raiola fue durante un tiempo director deportivo del club, pero el destino y su ambición le tenían reservado otro papel. Se sintió atraído por el lucrativo mercado de fichajes y regresó a Italia, a la región de Nápoles, que sus padres habían dejado cuando apenas contaba con un año. Consigue con celeridad una agenda de contactos y va ascendiendo en el escalafón. Al principio, sin embargo, «muchos le subestimaron por su forma de vestirse», cuenta Willem Vissers, periodista deportivo del De Volkskrant, un prestigioso periódico deportivo holandés.
En casa de Mino Raiola, la distinción brillaba por su ausencia. Basta leer la forma en la que el sueco Zlatan Ibrahimovic, en aquel entonces prometedor delantero del Ajax, describía su encuentro en 2003. «Creí que era una broma. Parecía un tipo salido de la serie Los Soprano, con pantalones vaqueros, camiseta Nike y una panza enorme», describe el gigante sueco en su biografía «Yo, Zlatan».
Pero el excéntrico agente, hoy de 49 años, encadenó negocios redondos en la primera década del milenio. La llegada del futuro Balón de Oro Pavel Nedved a la Juventus fue obra suya, al igual que la gira por varias ligas de Europa de Ibrahimovic, y el traspaso récord de Pogba este verano.
Precisamente, la gestión de los derechos de imagen del astro francés es lo que le llevó a aparecer en Football Leaks, la investigación de un consorcio de doce medios europeos. Raiola habría transferido dichos derechos desde el verano a una sociedad offshore en Jersey, una isla en el Canal de la Mancha con una fiscalidad ventajosa. Raiola tacha esas informaciones de «imaginarias, inexactas o en todo caso deformadas».
Raiola figura en el top 10 de los agentes deportivos con más ganancias en 2016, según una clasificación de la revista Forbes, con ingresos de 35 millones de dólares (33 millones de euros), de los 356 millones que negoció en los contratos de sus jugadores.
«El Donald Trump del fútbol»
«Es el Donald Trump del fútbol, sabe venderse y ha logrado construir sus propios edificios. Cada uno de ellos tiene el valor de un edificio de Manhattan», dice a la AFP Gael Mahé, fundador de la agencia Sport GM, la primera en tener los derechos de Paul Pogba. «Por desgracia, se ha acostumbrado a insultar a la gente. Es duro de pelar. Algunos dirían que es un vacilón que habla mucho pero no dice gran cosa», explica el periodista Edwin Struis.
La diana preferida de Raiola: Pep Guardiola, culpable de no haber sabido apreciar a Ibra en el Barça. «Nunca me gustó y nunca me gustará», lanzó Raiola sobre el técnico catalán en una radio española. En 2012, sus excesos verbales le llevaron a tachar de senil a Johan Cruyff en un periódico holandés, causando un revuelo que le obligó a disculparse posteriormente.
Entre sus colegas agentes, su trayectoria es un ejemplo, al igual que el traspaso de Pogba, como lo califica Gael Mahé. «Lo convirtió en el jugador más caro del mundo y yo digo: Bravo. Es Raiola el que le puso ese precio. Es un golpe genial, ganar 25 millones de euros en un traspaso. Es el Leonardo da Vinci a este nivel».
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