Óscar Bellot
Jueves, 15 de diciembre 2016, 13:32
En un partido plagado de imprecisiones, Modric y Kroos tuvieron que salir al socorro de Casemiro. Una escena vino a definir el tormento vivido por el brasileño en la primera parte. Mientras Benzema acudía a Zidane para celebrar el gol anotado en el descuento, el ... técnico se dirigía al mediocentro buscando corregir los numerosos errores que pudieron costarle un serio disgusto a los blancos. Imprescindible para el entrenador galo desde la derrota ante el Atlético de Madrid el pasado 27 de febrero, el '14' sigue sin recuperar el ritmo desde su vuelta a los terrenos de juego una vez superada la lesión que le mantuvo fuera de los mismos durante más de dos meses. Su incapacidad para cerrar los espacios ya estuvo a punto de salirle cara a los blancos en el clásico, cuando Modric hubo de multiplicarse para ejercer la labor de tapón encomendada a su compañero a la vez que trataba de conectar con los delanteros. Se redimió salvando un gol bajo palos cuando moría el partido ante el Barcelona y desde entonces ha gozado de minutos tanto en Liga como en el choque de Copa del Rey ante la Cultural Leonesa, en un intento de recuperar a ese fontanero capaz de subsanar cualquier vía de agua dentro un conjunto fiado al talento de sus estrellas pero perezoso a veces en las tareas más ingratas. El plan, por el momento, no acaba de funcionar.
Publicidad
más información
Como el pasado sábado ante el Deportivo de La Coruña, cuando un error suyo al tratar de regatear al delantero rival siendo el jugador de cierre le costó un gol al Madrid, Casemiro volvió a sembrar la inquietud cada vez que entró en contacto con la pelota, sobre todo en una primera parte en la que se hartó de perder balones. Errores que no tuvieron penalización gracias a la falta de mordiente del América. Modric y Kroos se encargaron de salvar los muebles en esa fase del choque en la que el brasileño estaba como un flan. Especialmente el croata, seguro atrás y pujante en ataque, el único capaz de poner pausa y cabeza ante la precipitación de sus compañeros. De una combinación entre Modric y Kroos nació precisamente el gol de Benzema cuando el árbitro se disponía a señalar el fin de la primera parte.
Pero Zidane no tenía tiempo para la celebración. Tocaba hablar con Casemiro para corregir errores. El Madrid sufría demasiado por el centro y si marchaba con ventaja era más demérito del rival que otra cosa. El toque de atención surtió efecto. El brasileño se mostró más consistente a la vuelta de vestuarios, adelantando ligeramente su posición y acercándose a Modric cuando en el primer tiempo tendía a incrustrarse entre los centrales. Los blancos salieron indemnes de un partido en el que dieron más facilidades de las debidas al adversario. Y Casemiro pudo al fin respirar, consciente de que de no ser por el croata -elegido mejor jugador del partido- y por Kroos podría haber quedado marcado.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.