El Liverpool desnuda al Barça en un abarrotado Wembley

Llenazo en Wembley, santuario donde el Barça conquistó dos de sus cinco Copas de Europa, pero invadido esta vez por miles de hinchas reds, desplazados en trenes fletados desde Londres. Disfrutaron de su equipo, listo para visitar al Arsenal en el Emirates en el comienzo de la Premier, y aplaudieron a rabiar a dos antiguos ídolos de Anfield como Mascherano y Luis Suárez.

Luis Enrique ya apostó de inicio por Busquets y se decantó por alemán Ter Stegen en la pugna con el chileno Claudio Bravo por la titularidad bajo los palos. Su once tenía muy buena pinta, aunque era experimental en el centro del campo, donde Denis Suárez y Arda Turan acompañaban al indiscutible mediocentro internacional. Aunque dejó destellos de su indudable clase, le faltó entrar más en juego a Denis, más a gusto tirado hacia la izquierda que por la derecha. Hay que darle tiempo para que gane en confianza y galones.

Arda se mostró tan intermitente como siempre desde que llegó al Barça. Toques geniales con pérdidas de balón tan evitables como la que propició el contragolpe que adelantó a los reds, al cuarto de hora. El error del turco lo aprovechó Lallana para conducir una jugada de manual que culminó el delantero Sadio Mané, velocísimo delantero senegalés fichado del Southampton por más de 30 millones.

En el primer tiempo, el Barça logró su objetivo de darle más pausa al partido a base de posesiones más largas. Coincidió su mejoría con la mayor presencia de Messi partiendo desde atrás. Tras una larga combinación, el astro argentino pudo empatar, pero lanzó la poste tras un gran control orientado. Antes del descanso, los culés desperdiciaron dos ocasiones más para igualar. Pero Mignolet desvió un punterazo de Arda, tras una vistosa triangulación en la que participaron Messi y Suárez, y luego neutralizó un disparo a bocajarro del delantero uruguayo. El pase cruzado de Munir al pistolero fue extraordinario.

El Liverpool sacó los colores a los culés en el inicio de la segunda parte. De nuevo, su mayor intensidad y chispa, unidas a la lentitud de los catalanes, resultaron determinantes. Sendas pérdidas en la salida de Mathieu y de Busquets preludiaron dos goles del Liverpool en apenas un minuto. En ambos intervino el belga Origi, recién entrado al campo. El Barça era vulnerable por todos los flancos. No le mejoraron los cambios, aunque fue noticia el estreno del lateral francés Lucas Digne. Reseñable que Luis Enrique probase a Rakitic en el lugar de Busquets y ubicase a Sergi Roberto en el carril derecho. Ampliada tras el postrero gol de Grujic tras otro grave error defensivo de los catalanes, goleada inquietante para un equipo en rodaje.