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Javier Bragado
Martes, 19 de julio 2016, 18:53
Ángel María Villar ha deshojado la margarita. A un día de que concluyera el plazo oficial el abogado vasco hizo oficial que se presentaba como candidato a la presidencia de la UEFA, el máximo organismo del fútbol europeo. El escueto comunicado que anunció su decisión ... esconde la oportunidad del interesado. Aspira a derrotar a los otros aspirantes, el neerlandés Michael van Praag y el esloveno Aleksander Ceferin, para la elección que se efectuará en septiembre. Aunque no se adivina quién cuenta con mayores apoyos en la complicada red de la UEFA, el español es consciente de que será su mejor ocasión para escalar en Europa antes de que se consoliden un nuevo presidente y pierda el favor de la inercia.
Villar, quien asumió las responsabilidades como presidente en funciones de la UEFA desde que Michel Platini fuera suspendido en mayo, siempre mostró su adhesión y apoyo a su predecesor francés y confía en heredar los votos que le auparon a la presidencia. A pesar de que rehúye a los medios de comunicación y de sus carencias con los idiomas, su desempeño en los despachos ha sido uno de los secretos de su éxito.
El español conoce bien los entresijos de una organización que le permitió ocupar y mantener una de las cinco vicepresidencias de la FIFA a pesar de que su hijo Gorka Villar ha sido relacionado con la red de corrupción del 'FiFAGate' que destronó a Joseph Blatter y que incluso golpeó de carambola a Platini por su enfrentamiento por sucederle. En el mismo día en que anunció públicamente sus intenciones, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) dio por finalizado el contrato de Ángel María Villar como director general del ente, cargo que desempeñaba desde diciembre de 2014.
La decisión de Villar también afecta a la Federación Española de Fútbol, puesto que si es elegido como nuevo presidente de la UEFA el 14 de septiembre en Atenas no podrá presentarse a la reelección local. De manera provisional ocuparía su cargo en funciones Juan Padrón, vicepresidente actual. Los apoyos regionales que le mantienen en el puesto con reiteradas victorias desde 1988 pasarían a uno de sus hombres de confianza: Luis Rubiales. Su plan B sería el presidente de la federación murciana, José Miguel Monje Carrillo.
No obstante, el bilbaíno cuenta con una oposición cada vez más frecuente en casa. Actualmente está a la espera de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) resuelva un procedimiento de información reservada después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) solicitara su inhabilitación por un supuesto trato de favor al Recreativo de Huelva y del CD Marino Tenerife-Sur.
Además, al no haber accedido España a los Juegos Olímpicos ni en su versión masculina ni en la femenina la ley establecía que las elecciones deberían haberse adelantado, pero que la FEF fijó para finales de 2016. Villar se negó, recibió el apoyo de la UEFA y mantiene un pulso con el CSD, que ha rechazado en varias ocasiones «por no ser acorde a la orden ministerial que regula el proceso». El presidente de CENAFE (Centro Nacional de Formación de Entrenadores), Miguel Galán, le ha interpuesto una querella por el retraso. Incluso su todavía secretario general desde 2003, Jorge Pérez (que apoya a Galán) es uno de los que han postulado como posibles candidatos en España y cuenta con el apoyo de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, y Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte en funciones.
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