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Ignacio Tylko
Jueves, 18 de diciembre 2014, 19:28
Por plantilla, presupuesto, estado de forma, confianza e incluso apoyo popular en Marrakech, no hay color entre el potencial descomunal del todopoderoso Real Madrid y el discreto nivel de San Lorenzo de Almagro, campeón de la Copa Libertadores pero ahora octavo en el campeonato argentino ... y clasificado para la final del Mundialito tras ganar en la prórroga al Auckland City de Nueva Zelanda. Sin embargo, el fútbol siempre ofrece algún antecedente idóneo para que el favorito lo tenga muy presente, respete al 'outsider' y evite distracciones. Iker Casillas, capitán, veterano y único superviviente del anterior Mundial de Clubes que jugó el Real Madrid, tiene sobrados motivos y argumentos para alertar a sus compañeros, también persuadidos por un entrenador experto como Carlo Ancelotti.
Hace casi 15 años, el Real Madrid no era el vigente campeón de Europa, honor que le correspondía al Manchester United, pero fue invitado al primer Mundialito que organizaba la FIFA por su historial y porque logró la Intercontinental en 1998. Se disputó en Brasil y lo conquistó el Corinthians, campeón de su liga y vencedor del Vasco de Gama, que acudió como ganador de la Libertadores. El equipo que dirigía Vicente del Bosque quedó encuadrado en un grupo aparentemente sencillo con el Al Nasser de Arabia Saudí, el referido Corinthians y el Raja de Casablanca.
Sin brillo pero con mejor juego y más contundencia, el Real Madrid solventó su estrenó con un triunfo relativamente cómodo ante el campeón asiático (3-1), fruto de los goles del francés Anelka, Raúl y el brasileño Savio. En su siguiente partido, no pudo pasar del empate ante el Corinthians. Edilson anotó por partida doble para los paulistas y Anelka para los madrileños. En la tercera jornada de la liguilla, el colombiano Freddy Rincón apeó a su exequipo de la final del Mundialito con un gol a falta de ocho minutos que dio al Corinthians la victoria frente al Al Nassr (2-0). Antes, el Madrid sólo pudo arrancar una pírrica victoria frente al Raja Casablanca (3-2). La diferencia de goles dio a los brasileños la final y dejó al Madrid con la pedrea, el partido por el tercer y cuarto puesto en el que cayó ante Nexaca mexicano por penaltis.
Morumbí vio todo lo contrario a una noche épica del Madrid, que jugó a la velocidad equivocada y sufrió ante un campeón africano magnífico. Ese Madrid fue víctima de una relajación con la que afrontó un partido que exigía más revoluciones. Esa serenidad se volvió contra él y subió la moral del adversario, que pasó de los complejos a soñar con un día glorioso. Un arreón final selló el triunfo de los blancos, con dianas de Fernando Hierro, Morientes y el camerunés Geremi, cuando ya jugaban con ocho futbolistas por las expulsiones de Roberto Carlos, Guti y Karembeu. Fue un día tan aciago en el que Anelka se lesionó en un menisco. El equipo se vio tan superior que se dejó llevar como quien sólo cumple un mero trámite.
De París a Tokio
Meses después, en mayo de 2000, el Real Madrid se alzaba con su octava Copa de Europa al arrollar al Valencia en la final disputada en el Stade de France en Saint-Denis (París). Los goles de Morientes, McManaman y Raúl dejaron sin opciones al equipo de Héctor Cúper, que había cuajado una temporada excepcional, y coronaron a los de Del Bosque. Ya con el título continental, el Real Madrid disputó el 28 de noviembre de 2000 la Copa Intercontinental frente a los argentinos de Boca Juniors. Partía como indiscutible favorito en Tokio pero se vio sorprendido por el popular equipo argentino, que ganaba entonces su segunda Intercontinental. El ejército de Carlos Bianchi superó por ganas, ambición y preparación de la final al autocomplaciente conjunto de Del Bosque. Los tres goles se marcaron en 12 minutos. El 'Loco' Martín Palermo se convirtió en el gran triunfador del día al anotar dos tantos tras geniales asistencias de Delgado y Riquelme. El zurdazo de Roberto Carlos que superó a Córdoba, resultó insuficiente. Un fracaso para los Casillas, Geremi, Hierro, Helguera, Karanka, Roberto Carlos, Makelele, Guti, McManaman, Figo y Raúl. Savio y Morientes entraron en el transcurso del duelo pero no arreglaron nada.
San Lorenzo no es Boca pero los blancos bien harían en desconfiar del canchero equipo argentino que entrena Edgardo Bauza, 'El Patón'. De momento, su presidente, el joven Matías Lammens, un abogado de sólo 34 años, calienta el choque del sábado en Marrackech. ¿Violentos?, le preguntaron. «No creo que sea un duelo violento. En todo caso debe preocuparse San Lorenzo por Pepe», respondió con vehemencia al periodista, sin tener en cuenta que el duro central portugués es, curiosamente, el que menos faltas comete en la Liga española. También se quejó por la designación del árbitro, enfatizó sobre la enorme diferencia presupuestaria entre ambos clubes (540 millones de euros el Real Madrid y 10 el 'Ciclón') e insistió en que «nadie puede desconocer el poder del Real Madrid en cuanto a capacidad de lobby». «Si la FIFA cae en el error de escuchar más al poderoso, incurriría en un error muy grave». San Lorenzo ya juega otra final a la que el Madrid acude con el cartel de indiscutible favorito.
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