De Vizcaya a Catar: la travesía futbolística de Lotina

En un país con una superficie inferior a la provincia española de Salamanca, las dimensiones también influyen en el fútbol: "Hay mucha cercanía con la federación, el catarí es buena gente", explica Lotina. "Te escuchan, ves que quieren crecer deportivamente y todo lo que podamos aportar de Europa o de otros lugares lo aceptan porque quieren estar a la altura para cuando alberguen el Mundial", añade sobre sus nuevos compañeros.

Su objetivo es que Al Shahaniya permanezca en la Liga de las Estrellas catarí -formada por 14 equipos- y profesionalizar el nivel de sus futbolistas.

Lotina asegura que "los jugadores son muy agradecidos y les encanta cualquier cosa que se les enseñe", lo que considera "muy gratificante para un entrenador". Además, cuenta que estos siguen mucho la liga española y lo primero que le preguntan es si es del Real Madrid o del Barcelona, una cuestión con la que "hay mucho piques", como en España.

Para Miguel Ángel Lotina, uno de los 14 técnicos extranjeros en la primera división catarí, su nueva etapa también es una forma de regeneración tras los dos sonados descensos a la Segunda División española del Deportivo de la Coruña y del Villarreal. "Salí cansado de entrenar en España, donde hay mucha presión. La verdad es que los últimos años no habían sido buenos para mí deportivamente hablando, por lo que decidí irme", destaca el técnico, para quien las opciones que siempre le gustaron eran esa parte de Oriente Medio y Japón.

A pesar de encontrarse lejos de casa, dice seguir a sus antiguos equipos españoles, a los que ve "con buena salud". De ellos, afirma, el Celta "aúna juventud y experiencia", mientras que "el Dépor está aún en construcción pero en buena forma".

Desde la Liga española a la Liga de las Estrellas catarí hay un largo viaje. "Catar es una gozada, no nos falta nada, lo tenemos todo. En cuanto a pruebas médicas, te las hacen en segundos y sabemos con muchísima antelación cuándo jugaremos, lo cual nos permite organizarnos mejor", apunta el entrenador vasco, natural de la localidad vizcaína de Meñaca.

Otro aspecto determinante al entrenar es la humedad: "El juego está muy condicionado, sobre todo por la humedad, más que por el calor", según el técnico, que señala que entrenan por la noche, por lo que el ritmo es diferente, aunque espera mejoras a partir de octubre, cuando bajen las temperaturas.

Esos son factores para tener a cuenta de cara al Mundial de 2022, que -según estudia la FIFA- podría celebrarse en invierno, una decisión que el técnico no ve factible. "Un Mundial hay que prepararlo bien. Modificar las fechas sería un cambio muy importante porque reestructurar los partidos de la Liga o competiciones europeas no sería algo de un año, sino de dos o tres. Yo apostaría por adelantarlo a mayo y jugar por la noche", comenta Lotina, mientras sigue experimentando los calurosos meses del verano en Catar.