Bilbao será sede de la Eurocopa 2020

Londres acogerá las semifinales y la final, mientras que Múnich, Bakú, San Petersburgo y Roma serán las sedes de los cuartos de final. Las seis ciudades candidatas que fueron descartadas fueron Sofía, Skopje, Minsk, Jerusalén, Estocolmo y Cardiff. Atendiendo a la reglamentación UEFA para este torneo, España -siempre que se clasifique- jugará al menos dos partidos en la sede de su país, por lo que volverá a la capital vizcaína, donde no juega un partido desde 1967.

Ser nombrada sede de la Eurocopa implica además recibir una cantidad fija de dos millones de euros para sufragar una parte destacada de los gastos de la organización del evento, como pueden ser el transporte gratuito los días de partido, las fan zones para los hinchas, la seguridad y servicios médicos, las señalizaciones y branding (mercadotecnia) que deberán existir en la ciudad y territorio cercano. La cifra podrá verse incrementada en dos millones más en función del cumplimiento de una serie de compromisos, aún sin definir, relacionados con la celebración de la competición.

El torneo tendrá un impacto económico espectacular en la ciudad. La Cámara de Comercio de Bilbao, que estos días ha acogido unas jornadas de marketing y deporte, prefiere tomarse un poco más de tiempo para poder valorarlo, si bien saben de la existencia de un informe interno de la UEFA que lo cifra en al menos 30 millones de euros. Además, está muy fresca la experiencia vivida en el Mundial de baloncesto, en el que más de 7.000 finlandeses han copado durante dos semanas hoteles, restaurantes y demás servicios de la provincia. «Fueron realmente civilizados y hemos estado encantados con ellos. Ojalá haya más eventos así cada poco tiempo», explicaba Jose Ramón, resumiendo la opinión de varios de los restauradores de la zona centro. La primera fase del torneo mundialista de basket, que contaba con el atractivo de la presencia de la selección de Estados Unidos, tuvo un impacto económico cercano a los 35 millones de euros. «Esto es cuatro veces unos Mundiales de baloncesto», expresó Andoni Aldekoa, director de Gabinete de la Alcaldía de Bilbao, al conocerse la noticia.

La de 2020 será la segunda fase final de un torneo de selecciones de fútbol en la ciudad, aunque el primero en este siglo, ya que el primer gran acontecimiento futbolístico que acogió Bilbao fue en 1982, cuando San Mamés fue sede del Grupo D, formado por Inglaterra, Francia (con el presidente Michel Platini de estrella), Checoslovaquia y Kuwait. Además, el primer partido entre ingleses y galos fue durante muchos años recordado por ser el que había acogido el gol más rápido de la historia de los Mundiales, anotado por Bryan Robson a los 34 segundos en La Catedral.

Pedirá una final europea

El nuevo San Mamés combina el aroma de fútbol de centenario campo con las comodidades de un estadio nuevo, que se inauguró en septiembre de 2013 sin una de sus tribunas para acoger los partidos del Athletic durante la Liga pasada y que se cerró en agosto para la previa de la Champions, aunque le faltan unos detalles en la zona VIP (completar los 122 palcos), donde estará el palco de autoridades, para que sea igual el coliseo que acogerá esos cuatro duelos en 2020. El estadio, diseñado por la ingeniería IDOM y que ha supuesto una inversión 198,1 millones de euros, tendrá una capacidad definitiva de 53.289 espectadores, por lo que no tiene aforo para acoger una final de la Liga de Campeones, pero su categoría 4 estrellas sí le habilita para ser sede de una final de la Liga Europa.

Bien podría ser la de 2017, idea en la que ya trabajan las instituciones (Ayuntamiento y Federación Española, así como el Gobierno vasco y central) están ya estudiando si cumplen los requerimientos exigidos. El Athletic sabe que la FEF apoyaría la petición, más si se tiene en cuenta que España no es sede de la final de la segunda competición continental desde la celebrada en Sevilla en 2002 (jugada entre Oporto y Celtic) y que además la última de la Champions fue en Madrid en 2010 (entre Inter y Bayern). Si la petición toma forma y UEFA la aprueba, sería la segunda final continental que se disputa en Bilbao. Entonces fue por motivos deportivos, ya que el 18 de mayo de 1977 acogió el duelo de vuelta de la final entre Athletic y la Juventus, que pese al 2-1 de aquel día fue para los italianos por el doble valor de los goles.

En el Comité Ejecutivo de este viernes se decidió que el estadio Giuseppe Meazza de Milán (80.000 espectadores) albergue la final de la Champions el 28 de mayo de 2016. Diez días antes se celebrará la de la Europa League en Basilea, el 18 de mayo en el St. Jakob-Park (38.000), mientras que la de la Supercopa de Europa, que desde 2013 abandonó Mónaco para tener una sede cada verano, será el 9 de agosto en el noruego estadio Lerkendal de Trondheim.

Ilusión y curiosidad por ver a España

Más de medio siglo después, la selección española volverá a San Mamés.... siempre que se clasifique para la fase final del torneo. El regreso de España a Bilbao era uno de los objetivos que tenía Ángel María Villar desde hace años y finalmente lo ha podido conseguir. «Me acuerdo perfectamente de la última vez que jugó aquí España. Fue el 31 de mayo de 1967 y estuve en el campo. Ganó 2-0 a Turquía con Iribar de portero y marcó Gento (y Grosso). Aún había varios de la Eurocopa ganada», explica Enrique, un jubilado que hace gala de su buena memoria y no oculta su emoción por la noticia. La selección española jugaría al menos dos partidos en el nuevo estadio del Athletic. España sólo ha diputado seis partidos en toda su historia y nunca perdió: otras dos victorias ante Bélgica (1921) y Portugal (1941) al margen de la citada ante Turquía y tres empates: frente a Italia (1931), Suecia (1953) e Irlanda del Norte (1964).

La noticia llenó de optimismo Bilbao y el resto de Vizcaya y el País Vasco, aunque está por ver cómo reaccionará la población ante el posible retorno de la afición. «A la gente que le gusta el fútbol le parece bien que se juegue aquí. Otra cosa es ya los políticos», explica Iker, uno los taxistas habituales en La Alhondiga. Hace unos meses, el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao, realizó unas polémicas declaraciones al asegurar que no quería ser sede si eso suponía, como recoge el reglamento de la UEFA, que España jugara como local en la ciudad.

«Tendríamos un problema muy serio de orden público y de seguridad ciudadana. No me invento nada. Si mañana jugara España en San Mamés, se producirían varios fenómenos. Primero, junto a la selección española vendrían un montón de autobuses con banderas rojigualdas con aguiluchos y con toros negros encima, a tomar posesión de las provincias traidoras. Y a la vez habría otro grupo grande esperándoles a esos en la Gran Vía en una quedada a mitad de camino. Y tendríamos un despliegue de toda la plantilla de la Ertzaintza con todas las tanquetas en la calle. Y la hostelería igual no tendría mucho negocio que hacer, porque tendrían que bajar las persianas porque les rompieron los cristales», declaró. Desde entonces no ha vuelto a opinar del asunto y no ha surgido, por el momento, ninguna otra voz discordante.