La saga Lung, de Las Gaunas a la Europa League

Luego de aquel éxito, Lung aprovechó la apertura de fronteras que siguió en Rumanía a la caída de la dictadura de Ceaucescu y acabó como otros tantos compatriotas en el fútbol occidental. En su caso, el destino le llevó hasta Las Gaunas: Marcos Eguizábal, entonces presidente del añoradoClub Deportivo Logroñés, vio en Lung al adecuado sustituto de Islas, arquero argentino cedido por el Atlético de Madrid que en la Liga 89/90 fue titular de aquel grupo de ensueño, es decir, el equipo de los Setién, Sarabia y compañía.

Lung, titular en la selección rumana en el Mundial de Italia 90, respondía al prototipo de portero reclamado por el técnico del Logroñés, David Vidal, quien había relevado en el banquillo blanquirrojo a José Luis Romero: un jugador de elevada estatura, que garantizaba por lo tanto poderío aéreo y acreditaba una profunda experiencia en el fútbol de élite. Lung, sin embargo, chocó con la adversidad: en los primeros compases de temporada se lesionó y vio cómo su plaza la ocupaba el meta en teoría suplente, Juan Canales.

Canales había llegado a Logroño en préstamo desde el Real Madrid, dentro del segundo lote de jugadores que compensaba el traspaso de Ruggeri. Si en la temporada anterior Las Gaunas había acogido a Maqueda, Aragón, Vílchez y Rosagro, en esa campaña los elegidos para la cesión fueron Aguilá, Hurtado y el citado Canales. Un portero que, al contrario que Lung, no parecía adecuado para el perfil que buscaba Vidal, pero Canales se adaptó perfectamente a las exigencias del puesto una vez que se hizo con él, pilotó formidablemente a aquel equipo que fue segundo de la Liga durante casi toda la primera vuelta y ya no abandonó la titularidad, récord de imbatibilidad incluido. Sólo en algunos partidos de Copa Lung pudo custodiar de nuevo la portería blanquirroja.

Así de lánguida transcurrió la experiencia del jugador rumano en el fútbol español, de modo que su regreso a su tierra parecía cantado cuando concluyó la temporada. Fue lo que ocurrió. Lung volvió a su equipo de siempre, el Universidad de Craiova, y acabó abandonando el fútbol en activo en 1994. Aunque no del todo: hoy le sobrevive su estirpe. Sus genes fecundaron dos futbolistas que siguen sus pasos en el fútbol, sus hijos Tiberiu y Silviu. Sí anda por ahí unSilviu Lung junior, quien protege la portería de un desconocido club, el Astra Giurgiu. Una entidad con menos nombre que otros equipos de aquel país balcánico pero que ha logrado meterse en la EuropaLeague, donde está a punto de acceder a la siguiente fase si culmina en la vuelta su sorprendente triunfo a domicilio ante el prestigioso Lyon francés.

Menos suerte parece haber tenido el otro hijo de Silviu Lung senior, Tiberiu. Luego de una trayectoria que siguió el modelo paterno (del Universidad de Craiova pasó al Steaua), su rastro se pierde en una sucesión de equipos de perfil bajo: el último responde al improbable nombre de Mpumalanga Black Aces FC, radica en la ciudad sudafricana de Witbank y juega en la Liga de aquel lejano país. Poco que ver con su hermano, el segundo Silviu Lung de la historia del fútbol: un portero de buena planta, como su padre, que ha sido tres veces internacional y que mantiene vivo el legado de aquel futbolista que una vez soñó con ser titular en Las Gaunas.