Naufragio del EDF Logroño en Lezama

Ida le sustituyó en el once. Tampoco estaba Grace, ausencia que sorprendió tras ser una de las piezas claves de Gerardo. Quien optó por reforzar el centro del campo con Vanesa, Chini, Carol y Silvia, ex del Athletic. Cemento armado que duró 30 minutos, cuando Lucía García adelantó a las leonas iniciando la sangría. Antes, Johansen ya había evitado el gol de la internacional española tras un contragolpe bilbaíno. Era la réplica a una clara ocasión de las riojanas que sacó la zaga local desde la misma línea de gol.

El Athletic dormía el balón, aplicando cloroformo al cuero pero sin encontrar la fórmula de la claridad. Hasta que un robo de Azkona acabó con un centro que Lucía, en el segundo palo, lo mandó a las redes. Minutos después, Andrea de la Nava, guardameta con pasado riojano, evitó la igualada logroñesa con una plástica estirada a una falta botada por Leticia que buscaba la escuadra. Las riojanas volvieron a perdonar, hecho que aprovecharon las leonas para asestar la sentencia. Que volvió a llegar desde la izquierda. La joven Ohiane asistió encontrando la cabeza de Azkona para desviar el centro y llevarlo a las redes. A tres del de descanso, la diferencia parecía insalvable, por el luminoso del campo 2 de Lezama y por la realidad vista sobre el césped.

Tras el descanso, Gerardo movió el banquillo dando entrada a Grace, en la búsqueda de aportar algo de desequilibrio al ataque, muy limitado sin la presencia de Banda. Pero 10 minutos después, el Athletic certificó la defunción riojana con un gol de Unzué que aprovechó el rechace de Johansen a disparo de la emblema bilbaína, Erika Vázquez.

Nada reseñable aconteció tras el tercero rojiblanco. Las riojanas intentaron maquillar el resultado, pero fueron incapaces. La nota positiva la puso la jugadora del filial Pierina Núñez, quien debutó en la máxima categoría del fútbol femenino nacional. Un partido horrendo que deja a las logroñesas sextas. El próximo sábado a las 11.00 horas ante el Valencia en Las Gaunas, tendrán una oportunidad para desquitarse los males y volver a sonreír.