El EDF Logroño rompe a sudar en la soledad de Pradoviejo

Bajo un cielo amenazante por una tormenta, la plantilla que lidera por segundo año consecutivo Gerardo García León, completó en la tarde de ayer una nueva sesión de pretemporada. La más larga que se recuerda debido a la necesidad de las futbolistas de aclimatarse a un terreno de juego tras cuatro meses sin pisarlo. «Tenemos una o dos semanas más que otros años buscando la adaptación de las chicas a la vuelta al campo. A partir de esta semana iremos recuperando los ejercicios habituales que solemos realizar otros años», comenta Miguel San Martín, preparador físico.

Volverá la normalidad en los entrenamientos, pero seguirá siendo una puesta a punto diferente con respecto a otros años. Las actividades al aire libre que los clubes suelen realizar para hacer grupo y romper con la rutina diaria, están descartadas.

«Como mucho haremos alguna dinámica que no incumba a personas ajenas, algo muy cerrado. Vamos a evitar cualquier contacto con actividades fuera de Pradoviejo para evitar problemas», declara San Martín.

Por lo que los entrenamientos seguirán siendo en los campos de fútbol de hierba artificial de Pradoviejo. Lugar que ya era habitual el año pasado, donde el EDF entrenaba los días previos al compromiso liguero. En las sesiones del resto de la semana, el Mundial 82 era la casa de las de Gerardo. Algo que cambiará al menos durante la pretemporada. «En Pradoviejo estamos muy tranquilos, tenemos todas las instalaciones disponibles, contamos con gimnasio. Está todo muy bien preparado, las futbolistas se cambian en diferentes vestuarios. Es todo más sencillo», expone el responsable físico del club.

Sobre el césped, tranquilidad. El trabajo en los despachos ya se ha realizado. La plantilla está cerrada a falta de una ficha federativa que puede ser completada en este mercado estival o ser reservada para el que se abra en enero. Todas las futbolistas ya están entrenando en grupo salvo Daniela Caracas, Nothando Vilakazi y Rebecca Eloh, todavía fuera de Logroño.

De momento, los objetivos básicos de la pretemporada –la adaptación al esfuerzo y la prevención de lesiones– se están cumpliendo. Gran culpa de ello la tienen las futbolistas y su buen trabajo durante los meses de confinamiento. «Han venido mejor de lo esperado, estamos sorprendidos», sostiene San Martín.

Cuando el virus trajo consigo la cascada de cancelaciones de competiciones deportivas, el cuerpo técnico del EDF configuró un plan de entrenamientos mediante videoconferencias que parece haber surtido efecto. A ello se le sumó, ya el 1 de julio, un conjunto de sesiones individuales orientadas al regreso al verde. La llegada de futbolistas de la talla de Olga García o Paloma Tajonar contribuye también a una exponencial mejora física calibrada por una mayor intensidad en los ejercicios.

Asimismo, y si de nuevo el virus obliga a paralizar y confinar la rutina, el club cuenta con más herramientas para mantener el estado físico. «Antes de comenzar la pretemporada, les hicimos llegar a cada jugadora un paquete con material básico que tienen en sus hogares en el caso de que volvamos a repetir lo acontecido en la primavera pasada. El club se ha esforzado y está ahora más preparado que en marzo. A su vez, también estamos proporcionando material personalizado (colchonetas, gomas, rodillos) a cada futbolista para evitar y minimizar el riesgo de contagios», informa Miguel San Martín. Pasos adelante que está dando el EDF con el objetivo de llegar al 5 de septiembre en óptimas condiciones.