Un 2021 entre sonrisas y lágrimas

El 6 de junio el antiguo EDF Logroño se despedía de la máxima categoría de fútbol femenino al caer en Las Gaunas contra el Eibar (1-2). Aún quedaban varias jornadas para el final de la temporada, pero las riojanas certificaron ese día un descenso que ensombreció su histórica campaña en Primera. Llegó el verano y con él los cambios. Salió el cuerpo técnico al igual que grandes jugadoras de la casa. Por contra, volvieron caras conocidas, como Héctor Blanco, que tomaba de nuevo las riendas de un club que acaba de hacer efectiva su alianza con el equipo de eSports DUX Gaming.

Tocaba despojarse de la losa del descenso y encarar una nueva categoría en la que, pese a ser uno de los favoritos del curso, no iba a ser sencillo hacerse con los puestos del 'play off'. Y ese ha sido el único objetivo del DUX Logroño desde el pasado 5 de septiembre, momento en el que las vinotinto se estrenaron con honores en la Liga Reto al cosechar una abultada victoria sobre el otro representante riojano en la división, el Pradejón (0-3).

Las pupilas de Héctor Blanco extendieron ese buen inicio con una nueva victoria, la primera en casa, ante el Racing Féminas (3-2) para dar paso al único traspiés de las riojanas en esta primera vuelta de la Liga. Después de empatar a domicilio con el filial del Atlético, las vinotinto mordieron el polvo al caer por la mínima contra el Oviedo (1-2). El 3 de octubre pasó a ser el día en el que el DUX Logroño sacó su última lágrima ya que, desde entonces, no ha hecho otra que no sea sumar.

Así, las vinotinto arrastran más de dos meses y ocho jornadas en las que se han mantenido como invencibles ocupando la tercera posición de la Liga Reto a tan solo 4 puntos del actual líder, el Deportivo Abanca. Su última victoria llegó en la última jornada que se pudo disputar antes del parón de Navidad, la duodécima, contra el Parquesol donde las riojanas pusieron el broche de oro a su primer tercio de campaña con una goleada que contó con el acierto de Valeria, Aby y Elloh.

El DUX Logroño hace balance con una sonrisa en la boca esperando que el próximo año las lágrimas, esta vez de felicidad, vuelvan de la mano del ascenso.