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Tal vez solo faltó la victoria para poner la guinda al pastel de la despedida, y estuvo muy cerca. El pelotari najerino Álvaro Untoria se despidió este sábado como profesional en el frontón de su ciudad y lo hizo en medio de un ambiente muy ... emotivo y respaldado por su familia, amigos y una afición que no dejó ni un momento de animarle.
Fue en plenas fiestas locales y en el día que se festejaba a la patrona, Santa María la Real. No se podía haber montado una escenario mejor. Saltaron los cuatro pelotaris –Altuna, Untoria, Zabala y Rezusta– a la cancha en medio de un pasillo de la chavalería de la escuela de pelota najerina. Ellos, a los que Untoria ya les ha dado unas cuantas lecciones, le vieron pasar soñando con ser como él.
El frontón, con una buena entrada (387 espectadores), entre ellos su cuadrilla, su mujer y su pequeña hija. Los primeros equipados con una camiseta de color rojo con el nombre deportivo del pelotari a la espalda y sobre el pecho la frase: ¡Gracias Campeón! junto a una silueta levantando los brazos en señal de triunfo y el palmarés de Álvaro. La niña, con una camiseta en miniatura como las que utiliza su padre y en la espalda el nombre Untoria II.
Una gran ovación saludó la presentación de los contendientes: Altuna III y Untoria contra Zabala y Rezusta. Un gran partido. Arrancó el mismo con un pequeño fallo del protagonista de la jornada, tal vez los nervios de la ocasión y el tiempo sin jugar le afectaron. El enfrentamiento se fue desarrollando con dominio de los azules, hasta que se produjo el 9-14, un memorable tanto en el que Untoria, Altuna y Zabala mantuvieron una refriega a gran nivel. Los espectadores en pie ovacionaron a los contendientes con fuerza y a partir de ese momento los rojos comenzaron la remontada hasta llegar a la igualada a 17 tantos.
La afición vibraba y cuando se adelantaron por primera vez el delantero guipuzcoano y el zaguero najerino, el personal ya no cabía en sí de gozo. Los ánimos se recrudecieron y así siguieron hasta incluso cuando Zabala y Rezusta volvieron a retomar el mando, para llegar a la igualada a 21. El final no podía tener mejor escenario, bueno sí, que el último tanto se hubiera decantado a favor del homenajeado, pero no pudo ser.
Tras el final llegaron los momentos de mayor emoción. El alcalde, Jonás Olarte, le hizo entrega a Untoria de una talla con el escudo de la ciudad y el presidente de la Federación Riojana de Pelota, Juan José Belmonte, hizo lo propio y se sucedieron otros regalos más. Pero tal vez el más emotivo de todos fue cuando la esposa del pelotari apareció con la hija de ambos que portaba un ramo de flores para su padre.
Tras agradecer el homenaje, llegaron las mil y una fotos con familiares, amigos, allegados, conocidos y aficionados en general. Álvaro estaba feliz y apenas tuvo tiempo de pensar que era la última vez que se vestía de blanco como profesional.
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