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Hace apenas unos días, Rodri, el centrocampista español del Manchester City, advertía de que los futbolistas se estaban planteando ir a la huelga por el excesivo número de partidos que juegan. «Creo que es demasiado. Alguien tiene que cuidar de nosotros porque somos los protagonistas ... de este deporte, o negocio, o como quieras llamarlo. No todo es dinero o marketing, también es la calidad del espectáculo. Si la gente quiere ver mejor fútbol, tenemos que descansar», afirmaba el jugador del conjunto inglés. Lo hacía justo antes de estrenarse en la nueva Champions League, que ha aumentado a 36 el número de equipos y, por tanto, el de partidos... y la cantidad de dinero en juego. La presente edición de la máxima competición continental repartirá 2.467 millones de euros, 500 más que el año pasado, como respuesta de la UEFA a la amenaza de la Superliga, la alternativa promovida por Florentino Pérez y Joan Laporta que prometía multiplicar los ingresos de los clubes.
Pero esta inflación de encuentros que lleva aparejado un mayor riesgo de lesiones no sólo se da en el fútbol. «Empezó con el baloncesto, con los clubes que participan en la Euroliga jugando tres partidos a la semana», aclara Mikel Sánchez, uno de los traumatólogos más prestigiosos del país. Por su mesa de operaciones han pasado Rafa Nadal, Andrés Iniesta, Xavi Hernández o Carles Puyol, además del rey emérito. En tenis, la voz de alarma la acaba de dar Carlos Alcaraz. «El calendario nos está matando», ha lamentado el murciano. Para ver que no anda descaminado basta con pensar en la situación que sufre el propio Nadal. Y, de vuelta al fútbol, lo corrobora Jesús Navas, quien ha reconocido que apenas puede jugar con sus hijos por sus dolores de cadera.
Pedro Ripoll
Traumatólogo
Solo cinco días después de lanzar la amenaza de huelga, en una especie de profecía autocumplida, el propio Rodri dijo adiós a la temporada tras romperse el ligamento cruzado de la rodilla derecha, la misma lesión que dejó sin medalla a Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de París. Ter Stegen, el portero del Barcelona, que se destrozó el tendón rotuliano; su compañero Marc Bernal; Courtois, Militao y Alaba el año pasado en el Real Madrid, entre otros, han corrido la misma suerte.
La temporada que comenzó hace un mes va camino de batir todos los récords. El club blanco podría disputar hasta 72 encuentros. Más jugó la campaña pasada Julián Álvarez, el delantero argentino del Atlético de Madrid, que alcanzó los 75 sumando los partidos con su entonces club, el Manchester City, y la selección, con la que acudió a la Copa América y las Olimpiadas. La cifra supera en solo dos los duelos sumados por Pedri en la campaña 2020-2021, cuando entre su estreno en el Barça con solo 17 años y su participación con la selección en la Eurocopa y los Juegos llegó a los 73. Desde entonces, el futbolista canario no ha levantado cabeza por culpa de las lesiones.
«Los jugadores deberían tener tres días de descanso entre los partidos», defiende el doctor Pedro Ripoll, otro prestigioso traumatólogo español que en su clínica, Ripoll y De Prado, reconocida como Centro Médico de Excelencia por la FIFA, ha atendido a figuras de la talla de Cristiano Ronaldo, Xabi Alonso, Zlatan Ibrahimovic, Keylor Navas, Marcelo o Dembelé. Según su recomendación, los futbolistas no deberían disputar más de dos partidos a la semana, lejos de los tres que juegan de manera habitual los clubes de primer nivel. «La evidencia científica no establece un número exacto de partidos como un límite universal, ya que esto depende de factores individuales y del contexto en el que se encuentra el jugador. Sin embargo, estudios recientes sugieren que jugar más de 55-60 partidos por temporada, especialmente sin suficientes periodos de descanso y rotación, incrementa el riesgo de lesiones», afirma Ander Romarate, director técnico de Emene4sport, empresa dedicada a la preparación deportiva.
«Es una tormenta perfecta», asegura John Kiely, profesor asociado de Rendimiento humano e innovación de la Universidad de Limerick & Orreco en el último informe publicado a principios de este mes por Fifpro, el sindicato mundial de futbolistas. Una tormenta que desencadenan «partidos disputados cada tres días, viajes a través de varios husos horarios, el estrés de los medios, la presión por las convocatorias, los problemas de sueño y los minutos excesivos de juego sin una recuperación adecuada».
Mikel Sánchez
Médico de >Rafa Nadal
«El peligro de lesión se relaciona con las horas de exposición a ese riesgo. Es obvio: a más partidos y entrenamientos, mayor es el peligro», insiste Ripoll, quien subraya que los especialistas saben bien cuándo se incrementan los percances de los jugadores, lo que llaman «estacionalidad». «Siempre se producen en la misma época: diciembre, finales de enero y principios de febrero y mayo. Son momentos en los que se multiplica el número de partidos. Es una situación que se repite año tras año». Y como resultado la cifra de lesiones se mantiene varias campañas en torno a las 700 anuales.
Pero además del disparatado número de partidos entran en juego otros factores. Uno, también relacionado con la creciente necesidad de los clubes de obtener más ingresos con los que pagar los desorbitados sueldos de los futbolistas, son las «pretemporadas desestructuradas». «Por diversos intereses, se juegan en otros países y en muchas ocasiones contra rivales de entidad. Para los futbolistas tienen un especial valor porque se juegan el puesto», dice el galeno.
El contraste con las preparaciones de antaño es más que evidente. «Todos nos acordamos del torneo Carranza hace años -se disputaba en agosto-, cuando parecía que jugaban a cámara lenta. Ahora juegan al mismo ritmo que en diciembre», añade Ripoll, que apunta como factores de riesgo «la falta de entrenamientos individualizados, como en la NBA o en la NFL, donde se tienen en cuenta la posición en el campo y el historial lesional», y de entrenamientos de propiocepción -«la coordinación entre el cerebro y los músculos, el saber caer tras un salto»-. Influyen, asimismo, los planes nutricionales, «que han cambiado la carrera de Carvajal recientemente y de Messi antes», y el estado del césped, «que debería estar homologado».
Mikel Sánchez apunta dos razones más. «Ha habido un cambio del papel del deporte. Hay que ganar siempre, también en pretemporada, nadie admite que su equipo pierda. Y los jugadores ahora son más atletas. Si se compara lo que tardaba Maradona en recorrer todo el campo con un futbolista actual que no sea de los mejores, este le sacaría dos segundos. Todo es mucho más violento y potente», explica.
Xabier Foruria
Cirujano ortopédico
«Algunos futbolistas llegan a los 40 o 50 años con artrosis de tobillo que no ves en pacientes de 70 años. Aunque los deportistas son superatletas, también son humanos y sufren esta exigencia», afirma Xabier Foruria, cirujano ortopédico de los hospitales de Galdakao y San Juan de Dios, en Bizkaia.
Pero esta situación no es patrimonio exclusivo del fútbol. «Los calendarios saturados también están correlacionados con un aumento en la incidencia de lesiones en tenis y baloncesto», apunta Romarate. «Muchos creen que este calendario está bien, pero otros pensamos que hay muchos torneos obligatorios y vendrán años con aún más. En cierto modo, nos están matando», denunció Carlos Alcaraz a la conclusión de la Laver Cup el pasado fin de semana. Rafa Nadal está al borde de la retirada por sus numerosas lesiones, y Federer, que jugaba sin esfuerzo aparente, comenzó su declive al lesionarse un menisco mientras bañaba a sus gemelas. «En pocos deportes el calendario está tan desbordado como en el baloncesto europeo. La saturación de partidos por la escasa armonización de calendarios tiene un perjudicado claro: el jugador y su salud», ha denunciado la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP). El propio Pau Gasol se vio acosado por las lesiones en los últimos años de su carrera. «El cuerpo humano tiene un límite, no sabemos dónde está, pero lo tiene. El deporte se ha convertido en espectáculo y hay demasiadas sesiones de teatro», subraya Sánchez.
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La solución es tan evidente como difícil de adoptar. Reducir el número de partidos implica menos ingresos tanto para los clubes como para los propios deportistas. ¿Estarían dispuestos a bajarse el sueldo? Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, asegura que sí, pero no parece tan sencillo. La denuncia de Alcaraz llegó en un torneo que no es oficial, que se juega por prestigio y… por dinero. Hace unos meses, el murciano jugó un partido de exhibición contra Nadal, que recibió de Netflix 1,5 millones de euros. Los honorarios del murciano fueron de un millón. En octubre, ambos se medirán a algunos de los mejores del mundo en un torneo en Arabia Saudí. El ganador se llevará seis millones de euros.
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