Los cuatrocientos goles de Rubén

Rubén Pérez ha nacido con el don de meter goles. De lo contrario, su pericia a la hora de anotarlos sería difícil de explicar. Los ha metido de todas las formas posibles y vistiendo la camiseta de hasta cinco equipos diferentes, entre los que se encuentra la Selección riojana de fútbol. Porque, pese a que el delantero es mirandés de cuna, La Rioja le acogió con los brazos abiertos sin llegar a imaginarse que en su seno crecería uno de los máximos anotadores de la historia del fútbol modesto.

El ariete consiguió el pasado jueves un hito incomparable al marcar su gol número cuatrocientos durante el partido que les enfrentaba con el Racing Rioja. El Varea se puso a la cabeza con el doblete de Rubén, pero los racinguistas remontaron en el descuento desluciendo la celebración personal del delantero arlequinado. «Mi objetivo nunca ha sido el hecho de sumar goles para agrandar la cifra, es más, hubiera cambiado totalmente esos dos tantos por haber ganado el partido», asegura el jugador.

Treinta años lleva Rubén Pérez jugando al fútbol. Gran parte de ellos dentro del Varea. Su primera vez vistiendo la camiseta arlequinada fue con el División de Honor Juvenil, en el que estuvo un año y medio. Poco después, el ariete fichó por el Mirandés, donde se inició en el papel de goleador anotando dieciséis para los de Anduva. Allí marcó el primero de su carrera. «Fue durante la primera jornada de liga contra el Numancia B, a pase de Iván Agustín con un buen centro y remate de cabeza», rememora el delantero.

De Miranda pasó al Cádiz, equipo en el anotó 14 goles, y de ahí volvió al Varea. «Desde entonces llevo aquí trece años aunque entre medias estuve unos meses en el Leioa, pero no salió bien y decidí retomar mi vida en Logroño donde no puedo estar más a gusto», asegura Rubén. Y es aquí, en el Varea, en el equipo en el que ha conseguido labrar su leyenda al marcar la friolera de 365 goles con la camiseta arlequinada. A estos, además, habría que sumarles cuatro que anotó con la Selección riojana. Unos goles que el delantero recuerda con especial cariño «por el hecho de ser el Campeonato de España y, sobre todo, por representar con mucho orgullo a La Rioja».

A pesar de que esta cifra pueda abrumar hasta al más experimentado, Rubén Pérez considera que estos datos vienen de la mano «de todos los años que llevo jugando como delantero». «El hecho de estar siempre en un equipo como el Varea, que pelea año tras año por ocupar uno de los puestos de arriba, te brinda más oportunidades de marcar que si estuviera en otros equipos que persiguen objetivos muy distintos», explica el jugador arlequinado.

Jugar en el Varea ha podido favorecer en cierta manera al delantero, pero lo que es una realidad es que ninguno de los arietes que han pasado por el conjunto del barrio logroñés estos años han llegado a acercarse a los números de Rubén Pérez. «Lo que más me puede diferenciar es el olfato de gol; sé donde tengo que estar dentro del área, donde va a caer justo el balón y aprovechar los errores del rival» enumera el ariete a la vez que asegura que su única virtud es «meter goles, poco más se me da bien hacer, por lo que me centro en hacer mi trabajo lo mejor posible para ayudar al equipo».

Esta es su decimotercera temporada en el Varea y, como cursos anteriores, disputar el 'play off' de ascenso es el único objetivo de unos arlequinados que aún siguen adaptándose a los cambios. «Es un año complicado por el hecho de ser mucha gente nueva tanto dentro del vestuario, en el club y en el cuerpo técnico», relata. Pese a todo, el jugador asegura que el ambiente «es muy bueno por lo que yo creo que llegaremos a grandes cosas, sobre todo, durante la segunda vuelta».

Después de cuatrocientos goles en su palmarés, ¿qué le queda por hacer a Rubén Pérez dentro de la Tercera División riojana? Pues bien, ascender al Varea sigue siendo una de las tareas pendientes del delantero. «Mira que hemos ganado ligas, hemos disputado 'play off', hemos metido muchos goles y hemos conseguido encadenar más de trece jornadas sin perder pero el ascenso es algo que se nos resiste», explica apenado el jugador.

Con 35 años y muchos campos de fútbol recorridos en sus piernas, la opción de retirarse de este mundo no entra en sus planes de momento. «Me queda ilusión por seguir muchos años más jugando al fútbol mientras esté bien físicamente, para algo me cuido bastante», concluye entre risas Rubén Pérez.

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