Descalzo y contra corriente

Después de meses de entrenamiento, de días buscando huecos para acumular kilómetros, de horas y más horas de esfuerzo y sufrimiento, llega la esperada carrera, el objetivo. La meta de la maratón de Sevilla espera para dar sentido a tanto trabajo. ¿Qué puede salir mal?

Eso es lo que podía estar pensando Nacho López en los instantes previos a tomar la salida de la carrera andaluza mientras miraba a uno y otro lado y daba pequeños saltitos para eliminar tensión y mantener los músculos activos antes de lanzarse a por los 42 kilómetros y 195 metros.

Pero la realidad que se encontró nada más darse la salida fue absolutamente contraria a cualquier situación que pudiera haber visualizado antes. Porque era difícil que se plantease que, tras avanzar apenas diez metros, otro corredor le pisaría y le sacaría la zapatilla.

Descalzo de un pie y con las gafas también volando por los aires. ¿Cómo reacciona uno en esta situación? Nacho decidió volverse y para buscar su calzado. «Vi la zapatilla como un metro y medio detrás de mí y fui a por ella», explicaba el atleta riojano del Club Maratón Rioja. Pero recuperar esa escasa distancia se convirtió en una batalla épica que consistía en «nadar contra corriente», en retroceder frente a la marabunda de deportistas que avanzaba en sentido contrario al suyo. «Intenté esquivar a la gente -cuenta-, pero era imposible entre tantos corredores. Entre empujones y golpes logré llegar a la zapatilla y echarme a un lado para volverla a colocar. Además, pude recuperar las gafas».

Después del susto, Miguel pudo recuperar el sentido adecuado e inició su carrera. En el primer kilómetro tras ese «comienzo caótico», el riojano se preocupó de comenzar a coger ritmo y a colocarse su dorsal que, tras tanto meneo inicial, «estaba medio colgando».

Su planteamiento inicial era «ir primero más lento y acelerar más adelante», pero el minuto perdido en esta accidentada carrera le hizo replantearse la prueba y arriesgar más en esos primeros tramos. Al final, cruzó la meta en un meritorio puesto 375, sin más complicaciones reseñables y con un gran tiempo de 2:46:14. «Era un tiempo que se acercaba a lo que había previsto y al que podría restar el minuto extra de la salida», desvela sorprendido, porque el vídeo de su anécdota se ha hecho viral «en una carrera con unos tiempazos».

En su próxima carrera confía en tener más suerte y más cuidado, aunque espera no repetir otra vez un episodio que ya se ha hecho un hueco entre las salidas atléticas más llamativas en las redes sociales.