Semana sin tregua para conocer al ganador de La Vuelta

También están puestas las miradas en Enric Mas. «Será una subida dura y larga -dice- con tramos muy duros donde espero poder marcar la diferencia. La subida es guapísima, aunque en mis dos experiencias anteriores siempre hubo niebla. Espero que esta vez sea diferente». El corredor balear, líder del Movistar, cree, sin embargo, que la primera etapa después de la segunda jornada de descanso no será la más importante de las que quedan. «La etapa decisiva será la del Picón Blanco», el sábado. «Pero primero nos esperan tres etapas muy duras donde en cualquier momento puede pasar cualquier cosa». Entre otras, que a Roglic le vuelvan los dolores de espalda que mermen su rendimiento. «Es difícil saber si tendré molestias porque la tercera semana de esta Vuelta es muy dura. Hasta ahora todo va bien, no me preocupo demasiado y sigo siendo positivo».

Antes de la etapa del Picón Blanco, y tras una transición con jornadas sinuosas, aunque en teoría, sin dificultades para que O'Connor mantenga el jersey rojo si no lo pierde a la primera en los Lagos, llega otra oportunidad en la jornada del viernes, que finaliza con la ascensión a Moncalvillo, de 8,6 kilómetros de subida y un porcentaje medio del 8,9%.

Pero la duda radica en saber si el líder resistirá. «Ben está en excelentes condiciones, es un gran corredor, siempre ha obtenido grandes resultados, así que en ese aspecto no es una gran sorpresa verlo en este nivel», dice Primoz Roglic. «Ganó tiempo gracias a un hecho excepcional. De momento está muy fuerte y corre bien». Para Enric Mas, todavía no hay nada decidido. «Ni O'Connor ni nadie tienen garantizado un podio. Puede pasar cualquier cosa, incluso una caída o un pinchazo en un mal momento. Luego todavía tenemos que afrontar subidas en las que puede pasar cualquier cosa». Para Roglic la incertidumbre también lo preside todo. «No conocemos la forma de nuestros oponentes». «Aún tengo que superar 1.03 minutos y lo voy a dar todo», agrega. En los Lagos, en Moncalvillo o en el Picón Blanco, en una etapa agotadora, con seis puertos -dos de ellos de primera categoría-, antes de afrontar la subida final de 7,9 kilómetros a un 9,1% de pendiente media. Y si no basta con eso, la contrarreloj final en Madrid, prácticamente llana de 26,6 kilómetros. Puede ser un final apasionante.