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Dos semanas después del inicio de la Vuelta, a Remco Evenepoel se le vio al fin una mueca de dolor. Primoz Roglic le quitó la máscara de cera a cuatro kilómetros de la cima de La Pandera. Carretera vieja, áspera. El ciclismo de antes, de ... siempre. Cuerpo a cuerpo sobre rampas del 15%. Roglic, ganador de las tres últimas ediciones, no se resigna a perder ahora. Ordenó a sus gregarios torturar a todos y luego desenvainó. Evenepoel, por primera vez, no replicó. Síntoma. El líder enseñó una grieta. La vieron también Enric Mas y 'Superman' López, que se largaron a por Roglic. A Evenepoel, maillot rojo abierto, le humeaba el aliento. Le pasó Carlos Rodríguez. Y le cogió Juan Ayuso, que había pinchado. El belga, rostro desfigurado, se tocó las piernas. Sonaban a hueco. Tiró de carácter y limitó la pérdida con Roglic a menos de un minuto. Aún le lleva casi dos. Pero el esloveno, que no pudo alcanzar al fugado Richard Carapaz, ganador de la etapa, ha olido el rastro de sangre del líder. Y viene hoy, sin pausa, Sierra Nevada. Insistirá.
Roglic siempre tiene un plan. Y se ajusta a él como un guante. Se conjura. Confía en que tras la caída que le apartó del Tour su nivel físico crecerá en esta Vuelta. Su fiel Gesink endureció la subida a Los Villares, antesala de La Pandera. El Jumbo apretó, ya en la cuesta final, con Harper. Nudo al cuello de Evenepoel, que seguía aún con su rostro impasible pero ya sin gregarios. Aislado. Roglic se atrevió a desenmascararle. Ahí se agrietó el gesto del líder. «Confío en que haya sido mi día malo. No he podido salir a por Primoz», resoplaba Remco.
A Roglic sólo pudo aguantarle López. Alejaron casi medio minuto a Enric Mas, que se fundió en el tramo final. «Primero he cogido a Roglic, pero luego me ha dado un bajón. No me esperaba esa rampa final. Casi no llego a la meta», reconoció el mallorquín, que cruzó la cima con Carlos Rodríguez, siempre regular. A casi 50 segundos, retorcido pero no hundido, apareció Evenepoel. Con Ayuso. La Pandera no había cambiado el orden en la clasificación general, pero sí le pone emoción. Roglic se acerca a menos de dos minutos (1.50) y Mas, a 2.43. «Esa ventaja me ha permitido no entrar en pánico», confesó Remco. El joven líder belga aún tiene margen pero ha mostrado sus límites. Quizá pagó la caída del jueves. Roglic ha tomado nota.
El ciclismo es, básicamente, una cuestión de fuerza. Y de eso iba sobrado Evenepoel. Remataba en las subidas y aplastó contra el cronómetro. Así que sus rivales han tenido que buscar otra fisura. La resistencia. El joven belga no tiene pasado en las grandes vueltas. Sólo ha disputado el Giro 2021 y no lo terminó. El más fuerte es también un principiante. Para examinar su resistencia y a falta de grandes etapas de montaña, era preciso endurecer las dos jornadas andaluzas de este fin de semana.
❤️ @EvenepoelRemco en la llegada
La Vuelta (@lavuelta) September 3, 2022
🇧🇪 Remco Evenepoel in the finish line @qst_alphavinyl #LaVuelta22 pic.twitter.com/7NdPUyUeyi
Así, a morder, salió la carrera desde Montoro camino de la cima de La Pandera. El viento, juguetón, cogió por la cintura al pelotón y lo sacó a bailar. Cambio de pareja constante. Fuga tras fuga. A 48 kilómetros por hora. A más de 32 grados. Juan Ayuso, libre ya de la carga del covid, pasó algún apuro por un corte en un descenso. Su equipo, el UAE, mantuvo a flote al joven alicantino, que tiene 19 años y que tenía solo uno cuando otro del pelotón, Alejandro Valverde, ganó en La Pandera durante la Vuelta de 2003. Carlos Rodríguez había cumplido dos años y Evenepoel, tres. Los niños que vienen. El 'viejo' Valverde sigue en activo y avisaba en la salida: «La Pandera está hecha para atacar». Era un guiño para su líder en el Movistar. «A Enric (Mas) le va muy bien esta cuesta», le azuzó. Aunque debió de escucharle Roglic.
Con Jaén ya a la espalda, al fin cuajó una fuga con Carapaz, Pedersen, Elissonde, Armirail, García Pierna, Champoussin, Lutsenko, Luis León Sánchez, Brenner y Conca. Enfilaron hacia la sierra entre colinas rayadas por el olivar. Con la silueta de La Pandera al fondo. Palacio de la naturaleza. La carretera, parda, aceitosa, se empezó a poner en contra. Dureza gradual. Tras el puerto de la Siete Pilillas y otro paso por Jaén, comenzó la subida a Los Villares, encadenada con el puerto final. La última hora era cuesta arriba. Luis Léon, que ha corrido por todas las esquinas de este deporte, quiso poner distancia con Carapaz. Sabe de su pegada. El ecuatoriano no se lo permitió. Quería su segunda victoria.
🇪🇨 From Carchi to the top of the world!
La Vuelta (@lavuelta) September 3, 2022
🏆 2nd win for the INEOS Grenadiers man at #LaVuelta22 after a hectic battle on la Sierra de la Pandera.
🎬 Enjoy the final KM! pic.twitter.com/yvZZJl0rgS
Pero no eran los otros fugados los que cuestionaban el triunfo de Carapaz, que se quedó solo en La Pandera. Sus enemigos corrían por detrás, en el pelotón al ritmo del Jumbo. Roglic y López tuvieron a la vista al ecuatoriano. A apenas 9 segundos. El descenso final antes de la última rampa salvó a Carapaz. Le apodan 'la locomotora'. Unos aficionados le habían regalado un pedazo de carbón en la salida de Montoro. Lo agradeció. Lo utilizó. Y ganó como había hecho en Peñas Blancas. Ha enderezado su Vuelta. Eso pretende Roglic, el ciclista más determinado del pelotón. Ha arrinconado a Evenepoel justo antes de la etapa más dura de esta edición, la de Sierra Nevada. Nieve. Su origen.
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