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Iñaki Izquierdo
Jueves, 14 de septiembre 2023, 20:45
En Linares viven 40 personas, pero los fines de semana van más. Este jueves llegaron 149 ciclistas, una multitud. La Vuelta tuvo que abrirse paso por una pista estrecha sorteando caseríos para alcanzar la cima de la Cruz de Linares. Un lugar precioso. Una cima ... inédita, claro, nadie va por allí. La tensión táctica y existencial de los tres líderes del Jumbo abocaba a una resolución definitiva en esas rampas, a poner de una vez por todas la casa en orden. La Cruz de Linares, llegar y besar el santo, decidir la Vuelta a España en su primera aparición en escena. No fue así. Algo pasó tras la etapa del Angliru en el cuartel general del Jumbo.
Al frente de los 149 llegó el gran dinamitero. Desde que se hundió en el Aubisque y dejó la lucha porla general sin alicientes, Remco Evenepoel (Soudal) sale de caza todos los días. No acertó en Lekunberri ni en el Angliru, pero este jueves se marcó una cabalgada desde el primer paso por la Cruz de Linares y llegó solo, el estado natural de las gentes en estas aldeas, donde las distracciones son pocas y el trabajo mucho. Fue un triunfo fácil para él, que se deshizo de sus compañeros de escapada como quien sale de paseo por el monte a tomar el aire. Fue su tercera victoria en esta Vuelta, que suma a título de inventario. La recordará porque es la número 50 de su palmarés, pero no la contará entre las mejores. Demasiado fácil.
Diez minutos por detrás, el Jumbo no se movió. Tras acercar a Vingegaard al liderato hasta el mismo límite, la calma. Kuss tuvo que meterle el codo a Mikel Landa (Bahrain) el miércoles en la última curva del Angliru para conseguir la bonificación, por la angustia de perder el liderato. Lo salvó por ocho segundos. Este jueves, en la recta final, Vingegaard se dejó caer como una hoja en otoño para perder suave y deliberadamente nueve segundos y quedar a 17. El cambio de estrategia del equipo neerlandés resultó total.
En meta, las explicaciones. ¿Qué sentido tiene la maniobra? Que el Jumbo ha decidido de una vez por todas qué hacer y que esa decisión sea que gane Kuss. La versión oficial es que el desenlace de la etapa del Angliru determinó el cambio de estrategia. El equipo neerlandés no confiaba en conseguir tres primeras plazas en el coloso asturiano. Por eso, dictaminó libertad para moverse si no se ponía en riesgo el triunfo del equipo. Con el triplete en el Angliru y la resistencia de Kuss, la noche del miércoles en el Hotel Las Caldas Villa Termal el equipo más fuerte de la carrera decidió que el ganador en Madrid debe ser Kuss. Y Vingegaard y Roglic acataron la decisión.
Había que organizar la logística de la la decisión. A ocho segundos del maillot rojo, el danés estaba a tiro de una bonificación, es decir, con riesgo de adelantar al líder en caso de ganar una etapa, que reporta diez segundos. El equipo decisió eliminar ese peligro. Al soltarse del grupo de cabeza y quedarse a 17, nada le impedirá disputar la victoria en la etapa del sábado si se dan las circunstancias. ¿Y todo lo de los últimos días para esto? No se puede negar al Jumbo su capacidad para descolocar a todo el mundo. Toda esta estrategia, además, estuvo aderezada por conversaciones constantes por el pinganillo. La cosa es que ya aparece Madrid en el horizonte.
Desde estos montes se imagina la meseta. Hace siglo y medio, los ingenieros franceses que trabajaban en las sociedades hulleras de estos valles ya proyectaron una salida directa a Castilla, pero al final se hizo el paso por Pajares. Al final, se construyó un ferrocarril de vía estrecha rumbo a Oviedo. Hoy, como en todas partes, se ha convertido en una vía verde. La senda del oso le llaman. Kuss también mira ya a Castilla. Los mapas siempre están vigentes.
La Vuelta regresa este viernes al llano, a la provincia de Valladolid, a Íscar, antes de la última jornada complicada, el sábado, por la sierra de Guadarrama. Kuss es líder con 17 segundos de ventaja sobre Kuss y 1:08 con Roglic. Tras ellos, Enric Mas (Movistar) implora por que todo acabe, Mikel Landa (Bahrain) avanza relajado y Juan Ayuso (UAE) aprende.
Pese a todo, el Jumbo, con su superioridad aplastante, no termina de dar con el tono del relato. Unos días por exceso y otros, por defecto. El caso es que su triunfo va a ser una exhibición de poder pero no una cumbre de la elegancia. Reina la paz.
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