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No hay autopistas hasta el cielo. A los más de 2.500 metros de altitud de Sierra Nevada hay que subir peldaño a peldaño sobre más de 20 kilómetros de escalera. En un viaje tan largo da tiempo para todo. Cada ciclista contra esta rotunda ... montaña.
Pudo ganar Marc Soler, pero ganó otro de la fuga, el neerlandés Thymen Arensman, que en 2018 solo se había doblado ante Pogacar en el Tour del Porvenir. Pudo claudicar el líder, Remco Evenepoel. Y no. El orgullo se lleva por dentro. Le atizaron todos. Y le recortan tiempo. Aunque poco. Enric Mas, que jugó a ganar y salió a por 'Superman' López a diez kilómetros de la cima, le quitó al líder 36 segundos. «No es mucho botín, pero mis sensaciones han sido increíbles», se animó el balear. También Roglic se acerca 15 segundos a Evenepoel. Pero siguen aún lejos. El esloveno está a minuto y medio en la clasificación general, y Mas, a dos. El líder, aunque da un paso atrás, sale reforzado. Sobrevivió a la etapa más dura. «Para mí ha sido un gran día», declaró con un sonrisa plena. Desde Sierra Nevada ve el cielo más cerca.
Pasó de todo en la subida final. Roglic quiso llegar de un salto. No acertó. Mandó a su equipo tirar la puerta en la rampa inicial. Explotaron la Vuelta y el propio Jumbo. Pero no reventó Evenepoel, que un día antes había parecido vulnerable. Resistió. Y como aguantaba, se crecía. Se puso al frente. Dominador. Solo López, Mas, O'Connor y Roglic le seguían ya. Carlos Rodríguez y Ayuso venían cerca. Aprenden sufriendo. Son más jóvenes incluso que Evenepoel, que disfrutaba casi con la boca cerrada. Seguro de sí mismo en el ecuador de esta ascensión al cielo de Granada. Ahí empezó su infierno. Un rato bajo el fuego enemigo.
López, al que apodan 'Superman', saltó a por la etapa a diez kilómetros del final. Ya había ganado allí. Conocía el camino. Enric Mas, tan calculador tantas veces, se atrevió a jugar esa mano con el colombiano. Remco no replicó. Les mantuvo a tiro, con Roglic subido en su chepa. Rivales delante y detrás. Al líder le echó una mano Vervaecke, que se había rezagado en la fuga. El resto lo hizo solo. Remco cargó con todo.
Ese desgaste en una subida eterna le secó las piernas y no pudo en el kilómetro final con la arrancada de Roglic. Limitó las pérdidas en el día que todos sus rivales trataron de enterrarle. Roglic y Mas siguen detrás en la clasificación general. Ayuso, otra vez de menos a más en la cuesta final, ya es cuarto, a casi cinco minutos, tras rebasar a Carlos Rodríguez. Evenepoel continúa al mando, y con margen, antes de la última jornada de descanso y de una última semana sin alta montaña. Con menos ventaja que un día antes parece más líder. «Todo ha salido bien este fin de semana», zanjó. Al belga le salen las cuentas.
Ayuso tiene apenas 19 años, pero ya conviene escucharle. «Hoy es un día para salir a ganar la Vuelta», anunció en la salida, en Martos, cuna del olivar. No lo decía solo por él, sino por otros. Por Roglic, en especial. Para ganar, todos necesitaban que Evenepoel perdiera. Y se pusieron manos a la obra desde el banderazo. Se desató la locura. El Jumbo de Roglic, que quiere la Vuelta, y el Astana de 'Superman' López , que quería la etapa, activaron la incineradora. La carrera saltó hecha pedazos en su tramo más suave. Al fondo, ya en Granada, amenazaba la sombra de la montaña más temible esta edición: las subidas al Purche y al alto de la Hoya de la Mora, en Sierra Nevada, a 2.512 metros de altitud. El triunfo colgaba de ese techo que está a la altura de tan pocos.
En ese ambiente bélico se montó una fuga de casi treinta dorsales. Unos miraban solo hacia delante. Los que buscaban la etapa: Carapaz, Arensman, Hindley, Carthy, Nibali, Mader, Soler, Vine, Craddock, Azparren... Los otros de la escapada corrían mirando atrás. Vervaecke y Masnada estaba allí por si tenían luego que remolcar a Evenepoel. Oomen y Dennis iban en la fuga para lanzar a Roglic. Como Oliveira pretendía hacer con Enric Mas y De La Cruz con 'Superman'. Había ya muchas cartas sobre la mesa, aunque aún estaba oculta parte de la baraja. La fuga se alejó cinco minutos. Renta para soñar. Pero a la partida se sumó un nuevo jugador: el equipo Ag2R se puso a tirar por detrás para defender la plaza de O'Connor entre los diez mejores de la general. Eso le iba a complicar la vida a la escapada.
De hecho, solo uno, Arensman, fue capaz de culminar la aventura y, con apenas 22 años, subir a su palmarés una victoria mayúscula. El joven neerlandés rebasó a Marc Soler, que se vino abajo en el tramo final. El catalán, con la etapa perdida, cogió aire y se puso al servicio de Ayuso, que remontaba. Al joven alicantino todas las cuestas se le quedan cortas, incluida la interminable Sierra Nevada. Ayuso había perdido pie en la entrada al puerto. «El plan era subir a mi ritmo», desveló. Fue atrapando corredores, incluido el mejorado Mikel Landa. Por el camino recibió el apoyo de Almeida y Soler, y al final entró en la meta con Evenepoel.
No le dio tiempo para alcanzar ni a Arensman, ni a Enric Mas, López, Roglic y O'Connor, los que le recortaron tiempo al líder, aunque no tanto. Remco relucía de rojo en lo alto del podio con el cielo de Sierra Nevada como decorado de su felicidad.
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